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Educación para la salud bucal en las brigadas multidisciplinarias de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ). Un análisis desde la cotidianidad

Mungaray et al. (2002) revela en entrevistas a responsables del servicio social, que las principales limitaciones de su trabajo se asocian a la carencia de recursos materiales, específicamente en materia de equipamiento para brigadas, unidades de transporte, audiovisual y de cómputo. En otra vertiente, el servicio social suele conceptualizarse como un convenio mercantilista, representando el pago que el profesionista debe dar a la sociedad que le prestó para que estudiara; desvirtuando su impronta ética, desde el punto de vista del humanismo, refiere Contreras (1998), y agrega que el profesionista participa en las tareas del desarrollo por solidaridad social, por sentido humano, porque es consciente de su lugar y se sabe parte del conjunto social; porque siente que debe, comercialmente hablando. La palabra retribución habría que sustituirla por la noción de correspondencia ampliándose hasta corresponsabilidad.

Los resultados de Mungaray et al. (2002), arrojan que el servicio social no está actuando como un medio para retribuir a la comunidad la formación profesional del estudiantado; por ende, tampoco es la estrategia para vincular a los estudiantes, menos una oportunidad para que las instituciones de Educación Superior (IES) conozcan la validez de sus planes y programas de estudio. Se concibe como un requisito en la formación curricular, sus acciones se han convertido en programas puntuales y coyunturales, desvinculados entre sí, sin continuidad que en su mayoría no responden a un diagnóstico propio y articulado de la realidad, resultando en la simulación.

Ruiz (2010) numera una serie de recomendaciones que emanan del estudio: el servicio social (SS) como punto de articulación con el entorno, para la Secretaría de Salud exhorta:

Proveer -oportunamente- a las instituciones de saludes materiales, equipo, instrumental y medicamentos para el ejercicio adecuado de las funciones de los pasantes… Evitar la practica inadecuada de delegar a los prestadores responsabilidades propias de los empleados de las clínicas, centros de salud y hospitales (pp. 138-139).

Reformular los criterios con que se realiza el servicio social, es importante para convertirlo en un dinámico instrumento de desarrollo comunitario y a la vez, en una oportunidad para relacionar los programas de estudio con la práctica profesional que permita ajustarlos a las necesidades de la sociedad. En consecuencia, Mungaray et al. (2002) resalta la necesidad de una política educativa que lleve la educación superior a las regiones más pobres del país, reformulando los criterios de vinculación con la sociedad, para convertirlas en desarrollo nacional como el espíritu original del servicio social fuera concebido.

5. Las brigadas multidisciplinarias en las instituciones de Educación Superior (IES)

Durante el Cardenismo (1934-1940) las primeras brigadas multidisciplinarias (BM) apoyaron a pequeñas comunidades rurales y los pasantes de química apoyaron la nacionalización de la industria petrolera, y los de medicina colaboraron en los nacientes ejidos formados con la reforma agraria (Mungaray et al., 2002).

Como un intento por acercar a los estudiantes universitarios a los problemas nacionales, en 1937, el entonces rector de la UNAM Gustavo Baz, integra la primera brigada multidisciplinaria del servicio social refiere (Cordera, 1994). Fue otra modalidad en que la comunidad participara activamente. Se constituyeron con trabajadores y/o estudiantes de instituciones oficiales o privadas que acudían a la comunidad para realizar campañas de vacunaciones, de saneamiento ambiental u otras (Hevia, 1977).

En la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), se impulsaron acciones relacionadas con el servicio social y las brigadas multidisciplinarias. Para el Jefe del Departamento de Estomatología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), el servicio social es uno de los escenarios donde se desarrollan las brigadas de salud. (*)

(*) Comunicación personal (07 Agosto, 2010).

A René Franco (1973-1978) se le atribuyó una vinculación positiva entre el alumnado y la planta docente para resolver la problemática social, económica y cultural. En marzo de 1975, el presidente Echeverría entregó dos camionetas a la Universidad para ser utilizadas en las campañas multidisciplinarias (Padilla, 1999) El 15 de junio del mismo año se implementó la clínica dental de la Escuela de Odontología y la unidad móvil odontológica entró en función. Para la atención en las diferentes colonias de la ciudad (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), 1982). Durante la gestión de Enrique Villarreal (1978-1982) la dirección de servicio social se estableció como la forma más directa en que la Institución contribuye al desarrollo de los núcleos de mayor marginación, considerándolo un recurso en la responsabilidad social. Carlos Bernardo Silveira asevero que a través de sus prácticas los estudiantes favorecen su formación profesional y adquiere responsabilidad social (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), 1986).

A Wilfrido Campbell (1990-1994) se le imputó la llegada de ayuda comunitaria a las colonias de la periferia, donde los estudiantes de diferentes institutos sostenían pláticas con las familias de temas relacionados a la salud entre otros (Campbell, Loera, Padilla, Pequeño, Rascón, Rascón, & Vega, 1999). Rubén Lau (1994-2000) demandó que se realizará una reordenación normativa del extensionismo, convirtiéndose en la estrategia de integración de la vida académica, pretendiendo que los estudiantes amplíen su formación teórica con la experiencia adquirida en los escenarios reales de la vida social y productiva. Las brigadas multidisciplinarias continuaban evidenciando un aumento en el número de servicios y expresó:

De particular relevancia y trascendencia resultan las prácticas de los egresados de Medicina, Odontología y Enfermería, al ser pioneros en las actividades del Servicio Social que prestan con devoción y autentico profesionalismo, al brindar apoyo en la solución de lacerantes necesidades de los sectores suburbanos y rurales (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), 2000, p. 67).

Felipe Fornelli (2000-2006), enfatizó que en las brigadas multidisciplinarias se aplican los conocimientos en beneficio de la sociedad. Las actividades eran coordinadas por la Dirección General de Extensión Universitaria e incluyeron profilaxis, aplicaciones de flúor, exodoncias, rayos “X” odontológicos, dotación de cepillos dentales, instrucción de técnicas de cepillado y pláticas sobre prevención de caries para niños y adultos. En el año 2002 se incrementó la prestación de servicios y el número de usuarios atendidos con la incorporación de dos unidades de equipo dental (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), 2002). En el sexto informe Fornelli destacó lo siguiente:

Conforme a la misión social de las universidades públicas mexicanas, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) realiza labores de extensionismo con la finalidad de participar en la transformación de la sociedad,… procurando que exista una amplia gama de beneficiarios, privilegiando a los sectores menos favorecidos (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), 2006, p. 69).

La extensión universitaria para González (2011), se interpreta como simples servicios (bufetes populares), o como práctica profesional supervisada. Difiere de extensiones universitarias que no estimulan al debate sirviendo solo para resolver requisitos que deben llevar los estudiantes sin promover satisfactoriamente la Universidad con el medio social; y añade que para las concepciones tradicionales de extensión, los sujetos-pobladores son vistos como receptores pasivos, objetos de prácticas y emisores rutinarios o ejecutores a quienes prestan servicio. González enfatiza que la Universidad se despoje del carácter de expertos que no sólo se trata de querer ver cabezas parlantes, cuando su función es: “impulsar los métodos de la formación democrática y habilidades de decisión, en paz y democracia, que teorice y ejecute en prácticas con las poblaciones concretas” (p. 86).

Desde la propuesta de trabajo para la rectoría de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) Jorge Quintana, propuso el Programa Intensivo de Intervención Social que contemplaba aplicar una política que se concentrara en la atención de problemas comunitarios más apremiantes, con el objeto de mejorar la contribución a la atención de problemas sociales; planteando e impulsando estrategias efectivas para atender problemas de sectores previamente identificados; desarrollando un diagnóstico social que permita jerarquizar problemas que vive la comunidad cuya atención y solución esté al alcance de las estrategias de formación e intervención universitarias. (*)

(*) Desde: http://www.uacj.mx/informacion/Documents/Abril%202009/PIDE.pdf. Recuperado noviembre 2010.

Como rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) Jorge Quintana incorporó la vinculación con la comunidad, en torno a cuatro factores: ampliar los beneficios de la extensión universitaria, garantizar la formación integral de los estudiantes, reformar los esquemas de prestación del servicio social e involucrar la docencia e investigación con la comunidad, especialmente con los sectores más vulnerables.

Las campañas destinadas a prestar servicio social a la comunidad, en específico las brigadas multidisciplinarias son coordinadas por la Subdirección de Acción Social y Comunitaria donde participan estudiantes de Odontología, Medicina, Optometría, Nutrición, Veterinaria, Enfermería, entre otros.

En sus informes Jorge Quintana (2007-2010) hace referencia a la red con los centros comunitarios del gobierno municipal y estatal para el desarrollo de los ejes de salud, educación, organización y participación comunitaria, competencias laborales, actividad física, medio ambiente, y recreación y cultura (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), 2010)

6. Acciones de Educación para la Salud (EpS) del programa de Cirujano Dentista

El plan de trabajo 2007-2012 del programa de Estomatología enfocado a la comunidad incluye las brigadas dedicadas a prestar servicio básico dental, así como pláticas preventivas a las comunidades de escasos recursos que pretenda fomentar el sentido social y humanista de los alumnos. Uno de los escenarios donde se desarrollan las brigadas es el programa de servicio social definido por el departamento como:

…un eslabón entre la formación profesional y el futuro campo de trabajo odontológico… entre la función de la Universidad y los problemas así como las necesidades sociales. Además será parte del proceso educativo y permitirá la construcción y aplicación del conocimiento y habilidades, pero también de los valores, que si bien se construyen individualmente son de carácter social. (*)

(*) Desde:
http://www.uacj.mx/ICB/estomatologia/Paginas/Plandetrabajoyodesarrolloestomatologia.
aspx.

Recuperado noviembre 2010.

Las acciones del plan de trabajo comprenden actividades profesionales, la mayoría de las cuales deberán tener un impacto directo o indirecto sobre la resolución de problemas de Salud Bucal que afectan a la sociedad. Para el departamento de Estomatología los aspectos a fortalecer que permitirán la formación integral a los futuros odontólogos cuando presten el servicio social, serán mejorar sus conocimientos científicos, desarrollar la calidad humana y retribuir a la sociedad su conocimiento. Asimismo, las actividades en la comunidad se basarán en una actitud, convicción, vocación y ética profesional.

El espíritu del servicio social (SS) no se limita a un requisito legal, sino una experiencia que contemple las necesidades comunitarias y el trabajo multidisciplinario, colaborando y fomentando al desarrollo de actividades en beneficio de los estratos sociales más pobres.

Capítulo IV. La Educación para la salud bucal en las brigadas multidisciplinarias: una mirada crítica.

En este capítulo se exponen las opiniones surgidas de las entrevistas a pasantes en servicio social, docentes de odontología, autoridades del departamento de estomatología y gestoras del servicio social y brigadas comunitarias de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ); se complementa con entrevistas a egresados del programa de cirujano dentista quienes concluyeron su servicio social (SS) recientemente. Lo observado en las brigadas multidisciplinarias se triangula con los resultados de las entrevistas y se analiza con la literatura consultada.

1. Percepción de la Educación para la Salud (EpS) por docentes y pasantes de odontología en servicio social

Los docentes entrevistados que imparten asignaturas relacionadas con la Educación para la Salud (EpS) la consideran primordial, porque es “base fundamental del ser humano y obligación del profesionista” (ED 1), pasando por programas preventivos, apoyo y educación hasta reducirla a actividades asistenciales (ED 2,3); para los pasantes de odontología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) en servicio social representa una actividad importante para mantener buena salud, impartir higiene, prevenir la enfermad y evitar problemas masivos en la comunidad, expresan: “su importancia es grandísima ya que sin educación somos ignorantes y sí ignoramos lo que daña nuestra salud, no haremos nada hasta que sea demasiado tarde” (EP4); “vas involucrando cada vez más al paciente en cuanto al cuidado de su boca” (EP8), una voz refiere que “la mayoría de los pacientes carece de ella, por lo tanto están mal informados y no existe cultura de la prevención” (EP6), otro agrega que “es una disciplina primordial y urgente necesidad en Ciudad Juárez, instruida a temprana edad para evitar enfermedades” (EP9).

Para el Gobierno Federal según expresa en la NOM-013-SSA2-2006, Educación para la Salud (EpS) “es el proceso de enseñanza aprendizaje que permite mediante el intercambio y análisis de la información, desarrollar habilidades y cambiar actitudes encaminadas a modificar comportamientos para cuidar la salud individual, familiar y colectiva” (Gobierno Federal, 2008b, p.4).

La OMS define la Educación para la Salud (EpS) como el conocimiento e interés por todas aquellas experiencias del individuo, el grupo o la comunidad que influyen en las creencias, actitudes y conducta respecto a la salud, así como a los procesos y esfuerzos para producir cambios a fin de lograr un nivel óptimo de ella. (Citado por Hidashida, 2007, p.13).

2. La Educación para la salud como actividad educativa en la formación de odontólogos.

El papel de la enseñanza ha sido fundamental en el avance de la odontología, que adquiere las características de autonomía, autoridad científica, reconocimiento social, estatus y el espíritu de servicio o vocación, que corresponde a una verdadera profesión (Parsons, 1980, citado por López & Lara, 2005). Según Hermosillo et al. (1978), la forma de impartir la docencia repercute en la formación de nuevos profesionales que ejercen una práctica odontológica insatisfactoria para las condiciones del país, y viceversa, constituyéndose un círculo vicioso.

Al inquirir a los docentes sobre las actividades en el salón de clases que fomenten la Educación para la Salud (EpS), un entrevistado sostiene que inicia con un trabajo de campo sencillo con el objetivo de establecer factores de riesgo de caries dental:

Hacen un ejercicio donde ellos establecen factores de riesgo más comunes y establecen su población. Cuando ya tienen las ideas, regresan y forman equipos. Establecido el concepto de prevención en la sociedad mexicana, se busca a una población para observación. Recogen la información y hacen su estudio estadístico. Se les pide un porcentaje del total de pacientes, establecen las condiciones de riesgo y definen un problema de salud pública que es lo más cercano a la realidad (ED1).

El docente imparte técnicas y recursos didácticos muy generales para que ellos formen sus propios mecanismos: puntualiza la necesidad de llegar a aspectos de comprensión o aplicación mínima y después conformar un objetivo general de su problema; realizada la técnica didáctica cada concepto tendrá objetivos específicos educacionales que ellos establecen. Se fundamenta en la norma 013 (*) en el apartado de prevención, los ubica y de ahí parte, manifiesta que “carecemos de muchas cosas y adolecemos muchos problemas”.

(*) Según la Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2-2006, para la prevención y control de enfermedades bucales, la promoción de la salud debe llevarse a cabo encausando la participación social, en actividades de EpS y comunicación educativa.

En contraste otros docentes entrevistados reducen la Educación para la Salud (EpS) a la aplicación de programas preventivos, aspectos epidemiológicos, funciones básicas de la salud pública, la enseñanza de cepillado, uso de auxiliares dentales y modificaciones de la dieta, “no es solo dar técnica de cepillado, es necesario actuar en la modificación de la dieta” (ED3). Su postura parte de conceptos universales establecidos, coincidiendo con las aportaciones de Maupome, Díez de Bonilla y López (1997), de que la instrucción aún se enfoca principalmente en los procedimientos, más que en la atención al paciente. Los académicos deben contribuir a la vida universitaria, especialmente por medio de la investigación, la enseñanza y el manejo eficiente de los programas de educación y atención al paciente.

Teóricos sustentan que aunque se ha educado a muchos profesionales dentales en los últimos 30 años, esta nueva fuerza de trabajo no ha incidido positivamente en la salud bucodental de la población. Los currículos están preparando profesionales para actuar en los últimos estadios de la enfermedad, y no precisamente en el momento más adecuado (López, 1988). Un estudio sobre la enseñanza odontológica realizado recientemente en México (López & Lara, 2001, citado por López & Lara 2005) mostró que los contenidos sobre prevención (entre otros aspectos), son menos de la cuarta parte de aquellos dedicados a técnicas de restauración; en otra vertiente los métodos educativos más empleados por los profesores para la revisión de aspectos teóricos son la cátedra y los libros de texto; la búsqueda bibliográfica y discusión de casos clínicos son poco frecuentes (p.174).

El personal médico del siglo XXI debe ser un educador de la salud, algo que se aprende en el aula y en la práctica clínica, teniendo la opción de convertir los actos médicos en actos humanísticos y de servicio social (González, 2011). El ideal consiste en una educación para la libertad, que fortalezca la conciencia del individuo sobre sí mismo y sobre la realidad, por lo tanto, “la educación no es la transferencia del saber” asevera Freire (2004, p.77), y niega fórmulas dadas afirmando que: “tenemos que cambiar con el educando y no sólo ofrecerle datos” (Freire, 2009, p.97)

La educación que actualmente se ofrece en las escuelas y facultades de odontología en México debe ser revisada. Según López & Lara (2005), el modelo educativo y los contenidos de los planes de estudio presentan insuficiencias con respecto a las nuevas demandas de la realidad nacional; no responden al panorama epidemiológico de salud bucal del país, el cual requiere enfatizar la prevención de enfermedades de alta prevalencia, al mismo tiempo, incorporar el diagnóstico y tratamiento de nuevas patologías.

Al cuestionarles a los pasantes sobre actividades que ellos pudieran realizar fomentando la Educación para la Salud (EpS) refieren pláticas preventivas en escuelas, maquiladoras, colonias, hospitales y diversas instituciones. Sobre el escenario coinciden en que las brigadas multidisciplinarias son el medio ideal para llegar a la población de “bajos y medios recursos” (EP10), “específicamente en escuelas primarias, ya que es, el inicio de educación, así podemos lograr educar a los niños” (EP3); un entrevistado antepone su preparación al expresar “Informarme, estudiar y actualizarme para adoptar y transmitir el conocimiento adquirido mediante platicas, información y brigadas” (EP2).

Las respuestas de los pasantes coinciden con Bastidas et al. (2009) en que por lo general las actividades de Educación para la Salud (EpS) se basan en modelos educativos tradicionales, de corte informativo, conductista o persuasivo comunicacional con resultados limitados, poco comprendidos y muchas veces insatisfactorios para los participantes. Antero & Cunha (2009) develan en su estudio que los profesionales médicos entienden la Educación para la Salud (EpS) como: transmisión de contenido, intercambio de información, instrucción, conducción de la comprensión, orientación, enseñanza y prevención de enfermedades. Posturas contrarias a los ideales de la promoción de la salud en su intención de suscitar el empoderamiento de las personas y las comunidades para que intervengan más productivamente en la construcción de mejores condiciones de salud y bienestar individual y colectivo. González (2011) agrega:

Se requiere que además de sus acciones clínicas y terapéuticas se dedique a impartir conocimiento entendible y sabiduría a sus pacientes y familiares a fin de que participen en la toma de decisiones y asuman su responsabilidad como integrantes activos del acto médico (p.34).

Al cuestionar a los docentes aspectos a fortalecer de la Educación para la Salud (EpS) en el aula, manifiestan que:
Ésta clase debería ser como en medicina, es decir, medicina comunitaria ¿por qué no hacer odontología comunitaria? La odontología preventiva es un error de origen… En lo pedagógico la Educación para la Salud (EpS) (debería ser) al final de la carrera, porque es el momento en que podrían hacer prevención; en lo didáctico que la clase o disciplina de prevención educativa se pudiera realizar en distintas etapas (ED1).

Reforzar en lo personal en el alumno las medidas de higiene para modificación de la dieta es “pregonar con el ejemplo” (ED2), sostiene un docente. Para Sanabria (2007), la Educación para la Salud (EpS) se reduce al simple acto de informar sobre salud y enfermedad, como un paquete de recomendaciones para el cuidado y la higiene personal. Frías (2000), reconoce que es una de las parcelas en las que menos recursos se invierten a todos los niveles del sistema.

3. El servicio social (SS): extensionismo de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).

La obtención de un título profesional de Cirujano Dentista implica haber concluido los estudios universitarios y realizar la práctica profesional. Ésta etapa final debe ser autorizada por la Dirección General de Profesiones (Navarro, 2008). En los programas de salud, se requiere el 100 por ciento de los créditos cubiertos (Mungaray et al., 2002). Desde 1952, los egresados de Odontología se incorporaron al servicio social (SS) de manera obligatoria. Básicamente se dedican a actividades de protección específica, prevención y tratamiento oportuno de las enfermedades bucodentales, principalmente de la comunidad rural y la población necesitada asegura Navarro (2008).

Mungaray et al. (2002) postula que por su naturaleza, el servicio social (SS) constituye una modalidad de vinculación del conocimiento, la ciencia y la cultura del estudiante con la sociedad y los diversos sectores coadyuvando a la solución de problemas, y contribuyendo a la educación integral del estudiante. Por su carácter institucional, es un mecanismo de análisis y evaluación para actualizar planes y programas de estudio. Para la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), el servicio social (SS) tiene por objeto formar conciencia de unidad, contribuir al desarrollo de la sociedad, extender a ésta los beneficios de la ciencia, la tecnología y la cultura, así como consolidar la formación humana, académica y profesional del prestador de servicio social (SS). (*) Específicamente para el Departamento de Estomatología el servicio social (SS) deberá ser un medio para contribuir a la formación integral del futuro Odontólogo, fortalecer sus conocimientos, perfeccionar sus habilidades y destrezas, desarrollarse en la investigación y retribuir a la sociedad su conocimiento. (**)

(*) Desde:
http://www.uacj.mx/DGIVS/SASC/Paginas/ServicioSocial.aspx.
Recuperado marzo 2011.
(**) Desde:
http://www.uacj.mx/icb/estomatologia/paginas/plandetrabajoyodesarrolloestomatologia. aspx.
Recuperado marzo 2011.

Otras posturas revelan que el espíritu original que instituyó el servicio social (SS) se ha perdido. El adecuado cumplimiento de sus objetivos originales de poner a las Instituciones de Educación Superior (IES) en contacto con los problemas y despertar así su vocación de servicio, en mucho se ha disipado. Se caracteriza por su ineficacia para la transmisión de conocimientos prácticos a la población en el mejor de los casos se le ha dado un carácter asistencialista. Si el prestador de servicio social (SS) aplica sus conocimientos, los pone en práctica equivale a entregar productos (Contreras, 1998).

Para los pasantes de odontología el significado del servicio social (SS) gira coincidentemente en servir a la sociedad, ayudar, atender, prevenir, retribuir y fortalecer su formación; sus palabras expresan: “es la oportunidad de reforzar los conocimientos adquiridos durante mi carrera” (EP4): “creo que de esta forma regresamos a la comunidad el apoyo que nos brindó durante la carrera y aprovechamos para poner en práctica nuestros conocimientos” (EP3) y “retribuirle a la casa Universidad en la que se está egresando” (EP5). Fundamentos que concuerdan con Contreras (1998), quien afirma que el servicio social (SS) suele conceptualizarse como un convenio mercantilista, representando el pago que el profesionista debe dar a la sociedad que le prestó para que estudiara, desvirtuando su impronta ética, desde el punto de vista del humanismo. En opinión de otros pasantes “es la hora de demostrar nuestras capacidades” (EP9), y representa “una experiencia única en la vida, para crecer como profesionista y como persona” (EP10).

Para las autoridades gestoras de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) del servicio social (SS), éste representa “una forma de acercarnos a la población vulnerable” y se promueven servicios profesionales a partir de una obligación constitucional e institucional. Es además, refiere la funcionaria “una forma de contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas”; existe en la institución un área de acercamiento comunitario encargada del diseño de proyectos multidisciplinarios incidiendo en propuestas públicas. La entrevistada asegura que “el estudiante después de este trabajo de campo despierta su lado sensible, regresa otro” y “cumplimos haciendo sensibles a las necesidades reales y sentidas de los estudiantes para que sean comprometidos” (EF2). Concluye en que la idea de estos proyectos es generar conocimiento y no ser asistencialista.

En contraste con la postura de la subdirección de vinculación y servicio social de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), un docente de Odontología afirma: “en el servicio social se les crea una confusión al egresado, porque le destrozan sus fundamentos. Sí aquí en la universidad les enseñan ética allá se las quitan” (ED1). Otro docente refiere que durante los exámenes para titulación se les ha preguntado sobre su papel como pasantes de odontología y las respuestas coinciden “entran al sistema y cambia su postura de recién egresado, salen muy éticos pero hacen lo que ven con los médicos de las instituciones y efectivamente se convierte en asistencialismo” (ED3). Un profesionista egresado hace 10 años expresa:

Fue una experiencia muy bonita. Me di cuenta de muchas cosas que no me enseñaron en la escuela; me hacían preguntas que a veces no sabía cómo responder. También me dio tristeza ver como tratan mal a la gente: la hacen esperar, la regañan y a veces no le solucionan su problema dental. Se desperdicia mucho dinero en material y otros recursos porque no se emplean. Como que no se organizan, porque en ocasiones no teníamos ni guantes para explorar y como les importan mucho los números. Así quería en coordinador de la brigada que los atendiéramos. Obvio, no le hacíamos caso (EE1).

En otra vertiente el servicio social (SS) se concibe como un requisito en la formación curricular (Mungaray et al., 2002), los pasantes opinan: “la importancia del servicio social es mucha, ya que es una obligación para nuestra titulación” (EP3), “de vital importancia, ya que sin él pues no hay titulación” (ED10), las opiniones coinciden con Cordera (1994), pues la mayoría de los estudiantes lo perciben como uno de los tantos requisitos para obtener su titulo. Referente al impacto del servicio social (SS) en el perfil de egreso, las autoridades gestoras expresan que “es el acercamiento en función de su perfil donde el alumno adquiere habilidades y destrezas representando el escenario propicio dentro del desarrollo de competencias”. Para el Departamento de Estomatología “el servicio social (SS) contribuirá a que los estudiantes fortalezcan sus conocimientos profesionales, cultiven y desarrollen la calidad humana, tan importante en las áreas médicas” (EF1).

El servicio social (SS) en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) se rige por la ley de profesiones, el reglamento interno, y el manual de organización y procedimientos. Su práctica se sustenta en la educación superior para el siglo XXI y la teoría desarrollo en competencias e innovación (EF2).

El Jefe del Departamento de Estomatología concluye que:

El servicio social no será concebido sólo como un requisito legal sino con la convicción de un verdadero servicio. Los prestadores del servicio deberán contar con una conciencia social, actitud crítica y de responsabilidad, sin descuidar la calidad de la formación y el conjunto de conocimientos y habilidades que son necesarias para el Odontólogo. Las posibilidades de hacer del servicio social un instrumento útil a las comunidades marginadas, en condiciones de desigualdad de oportunidades, pueden fortalecerse y ser reales si se desecha la idea de cumplir, simplemente, con un requisito académico, curricular, para inscribir a este servicio en una actitud de compromiso frente al otro (EF1).

4. El espíritu del servicio social para pasantes de odontología de Instituciones de salud pública.

Los egresados que presentaron su servicio social (SS) en instituciones de salud resaltan entre su experiencia, los escases de recursos, el exceso de trabajo, falta de interés de la comunidad, la beca insuficiente y el desacuerdo con la ideología de las instituciones de salud.

Un factor que viven los pasantes son las múltiples funciones que a éstos se les encomiendan:

…era demasiada gente que había que atender… haciéndonos garras con todo, desde papeleo y práctica clínica… las mentadas metas de atención que se pedían, nuestras cifras no llegaban, era demasiada la presión, y la verdad que no me importaba yo prefería hacer un trabajo bien, a atender de mala manera a un paciente que espero desde las diez de la mañana para ser atendido a las cuatro o más tarde (EE3).

Otro entrevistado expresa: “nos dan más responsabilidades que al propio titular” (EE11). Los pasantes realizan un papel administrativo en ocasiones desagradable según lo externan: “no me gustó porque realmente la labor que teníamos que realizar era llenar hojas raíz” (EE8). “De las cosas que no me agradaron mucho era que muchas ocasiones nos ponían a trabajar en cosas que no nos correspondían a nuestro departamento como campañas de vacunación en días no laborales”. (EE5)

La administración inadecuada reflejada en la falta de equipo y materiales es una constante para los entrevistados:

…fuera excelente si se cubrieran todas las necesidades en el ámbito profesional, tardaron dos meses en llevar anestesia, no tenia radiografías, el equipo es muy poco porque nos piden nueve pacientes diarios como cuota y solo tenía cinco espejos y tres jeringas carpule (EE4).

En concordancia otro egresado expresa: “no se cuenta con el material e instrumental ni infraestructura para dar dicha atención, en algunos casos lo más indispensable no se tiene.” (EE13) “me dieron la oportunidad de atender directamente al paciente aunque con muchas limitaciones en cuanto al material se refiere.” (EE18). Ruiz (2010, p.72) menciona entre los problemas que obstaculizan el desarrollo del servicio social (SS) se encuentra “el presupuesto ineficiente para apoyar los programas y procesos del servicio social (SS)”…”infraestructura ineficiente” (p.73) entre otros.