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Enfermería a la vanguardia en técnicas de inicio de alimentación complementaria

momento cuando los beneficios potenciales de

introducir alimentos empiezan a superar a los riesgos potenciales.

Así como el momento idóneo de iniciar la transición está claramente establecido, no ocurre lo mismo con la manera de llevarla a cabo. Desde hace años se han publicado calendarios con pautas orientativas sobre el orden en el que introducir los alimentos sin llegarse a un consenso; pautas que en ocasiones se han aplicado de manera demasiado rígida, desnaturalizando un proceso que debería ser flexible e individualizado según las necesidades de cada niño.

Está muy enraizada en nuestra cultura la manera de alimentar a los bebés, utilizando alimentos triturados y mezclados que se administran con cuchara. Era lógico hacerlo así cuando se introducía la alimentación a los 4 meses o antes, ya que el bebé no estaba preparado para hacerlo de otra forma. Pero ante el cambio del inicio de la alimentación complementaria a partir de los 6 meses la cosa cambia. Hay muchos niños que aceptan bien la alimentación con papillas y cuchara, pero muchos otros la rechazan casi desde el principio convirtiendo la hora de la comida en toda una batalla o terminan por rechazarla cansados de sentir siempre la misma consistencia y textura.

Otro problema que surge con cierta frecuencia es el de acostumbrar luego a esos niños a probar nuevas texturas y sabores, así como a masticar cuando ya son más mayores. De esta manera estamos provocando que el niño tenga que sufrir varios “destetes” en su vida: primero del pecho a las papillas y luego de las papillas a los sólidos.

Si el bebé es capaz de alimentarse a demanda durante el primer periodo de lactancia materna exclusiva, siguiendo sus instintos… ¿por qué no continuar con una alimentación complementaria a demanda? El proceso es mucho más pacífico y agradable tanto para el bebé como para la familia si es el niño el que decide cuándo empezar y es él el que se encarga de marcar el ritmo.

OBJETIVO

A fecha de hoy, parece importante que tanto pediatras como enfermeros conozcamos en qué consiste esta técnica de alimentación para poder en primer lugar, responder a las preguntas de los padres en los controles de niño sano, sobre su eficacia y seguridad y en segundo lugar, dar a conocer el método a aquellos padres que no sepan de su existencia,  aportándoles así alternativas de inicio de la alimentación complementaria.

PROBLEMÁTICA ACTUAL

Los bebés sanos son capaces de mamar del pecho de sus madres por si solos, nada más nacer. Cuando llegan a los 6 meses, pueden agarrar trozos de comida y llevárselos a la boca. Esto se conoce desde hace muchos años, sin embargo, ahora hay pruebas que demuestran que los bebés hasta esa edad no deberían ingerir ningún tipo de sólido. Y si con seis meses pueden ingerir sólidos, no es necesario que pasen por una etapa de comida triturada. Este aspecto sumamente importante es el que hay que tener en cuenta para actualizar de una vez los consejos alimentarios que se les proporcionan a los padres en las consultas de niño sano. Por otro lado no existe evidencia científica suficiente para recomendar un orden o «calendario» de introducción de alimentos que sea beneficioso respecto a otro.

Existen muchas variantes a nivel mundial según el área geográfica y la disponibilidad de alimentos. Este hecho crea confusión y que las guías de alimentación se apoyen en fundamentos no contrastados. Por todo ello, los aspectos relacionados con la introducción de la alimentación complementaria han de ser objeto de revisión. En las últimas décadas se han producido cambios en los consejos de alimentación del lactante: se recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, y se ha flexibilizado el consejo alimentario de los bebés. No obstante, todavía hay documentación que actualmente se les sigue dando a los padres en la que aparece la introducción de los cereales  a  los 4 meses y de la fruta a los 5 meses .En la actualidad,  hasta un 25% de los lactantes comienza con la alimentación complementaria antes de la edad recomendada pese a que existen suficientes recomendaciones institucionales al respecto.  El momento de introducción de la alimentación complementaria es un hecho clave por las consecuencias que podría conllevar una mala praxis.

La introducción de la alimentación complementaria precozmente puede conllevar riesgo de intolerancia digestiva, inadecuación nutricional y metabólica de la dieta para la edad del lactante y riesgo de obesidad. En este último caso, además de la introducción precoz, el desequilibrio de la composición de dieta durante este periodo podría conducir a situaciones de exceso que favorecerían el desarrollo de sobrepeso y obesidad en etapas posteriores. Por todo ello surge la necesidad de unificar y protocolizar la información que se les proporciona a los padres y porque no, de dar a conocer este “nuevo” método, que si bien es todavía reciente y poco conocido y usado en la actualidad en nuestro país, es el que se usaba antaño, cuando no existían farmacias donde ir a comprar tarritos de comida infantil triturada ni electrodomésticos como batidoras, robots de cocina para triturar la comida en casa y que cada día cuenta con más seguidores.

BENEFICIOS

– Es divertido, es una experiencia agradable para la familia. Los bebés disfrutan comiendo alimentos nuevos y haciendo cosas por sí mismos. El hecho de que las primeras experiencias con la comida sean agradables favorece una actitud positiva ante la comida.

– Es natural. Los niños están programados para experimentar (experimentan con la comida) y para explorar, y así aprenden.

– Aprenden sobre los alimentos: sobre su textura, olor, sabor, aspecto, y las combinaciones de sabores.

– Aprenden a comer con seguridad: el explorar los alimentos antes de metérselos en la boca enseña sobre lo que pueden masticar y no; y conocer diferentes texturas desde el principio, reduce las probabilidades de atragantamiento.

– Aprenden sobre el mundo que les rodea, activan los cinco sentidos.

– Desarrollan la coordinación visomotora, mejoran la motricidad fina, y la masticación.

– Les aporta seguridad en sí mismos.

– Confían en la comida, están más dispuestos a probar cosas nuevas, porque saben que podrán decidir si comerlas o no. Son niños menos maniáticos.

– Participan en la comida familiar, e imitan conductas.

– Controlar el apetito, así las probabilidades de que coman demasiado disminuyen.

– Mejor alimentación, porque imitan la conducta de los padres (si ésta es saludable).Y salud a largo plazo, sobre todo en los casos que siguen con lactancia materna durante más tiempo.

– Las comidas son más sencillas, menos complicadas, y es más barato. También es más fácil comer fuera de casa.

INCONVENIENTES

– La suciedad, aunque hay formas de prepararse para ello.