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La Enfermería de Emergencias Extrahospitalarias en Aragón desde la perspectiva biográfica profesional del enfermero Juan Carlos Gasca Gómez y la enfermera Marisa Martínez Feria

El servicio sanitario de bomberos surge como una reivindicación de los propios bomberos, como sabéis en Zaragoza hubo un siniestro tremendamente importante que fue el incendio del Hotel Meliá, hotel Corona de Aragón, y a raíz de ese incendio se estableció que se tenían que hacer una serie de cambios en los cuerpos de bomberos en general y una de las reivindicaciones importantes era saber qué tenían que hacer cuando tuviesen un herido o un accidentado, u intoxicado o un quemado si no sabemos cómo tratarlos. De ahí surge esa inquietud por parte de los propios bomberos, que se hiciese un cuerpo sanitario dentro del mismo cuerpo de bomberos. Aunque en el pleno del ayuntamiento ya se tenían encima de la mesa posibles modificaciones en el cuerpo de bomberos, el incendio del Hotel Meliá fue un punto de inflexión para acelerar todas las medidas de mejora propuestas por el cuerpo de bomberos, incluida la incorporación de sanitarios.

Primeros pasos en la ambulancia Alfa-1

Fue en mayo-junio de 1983 cuando comienza la andadura de la asistencia médica, como ya hemos comentado había 5 enfermeros y un médico y habíamos comenzado ya con las primeras actuaciones con la ambulancia denominada Alfa-1. Este turismo que hacía las veces de ambulancia tenía una camilla, que era un tablero de madera original porque los bomberos habían oído que para los accidentados había que tener una base rígida para no modificar la alineación de la columna y habían fabricado artesanalmente un tablero. En aquella época era difícil encontrar material sanitario para asistencia extrahospitalaria como maletines y demás, pero poco a poco fuimos incluyendo nuevos materiales a la inicial botella de oxígeno; colocamos un balón de reanimación, unas férulas (en ese momento tipo neumáticas hinchables), un maletín llamado de primeras curas, etc.

Con ello salíamos a realizar los servicios con mucha ilusión y poniendo todo de nuestra parte. Al principio nos ocurrían miles de anécdotas, porque eran raro incluso en la forma de vestir, ya que vestíamos igual que los bomberos y se extrañaban mucho de que el bombero pusiera inyectable, realizara curas o cualquier otra tarea sanitaria. Nosotros nos dimos cuenta en seguida de que, si queríamos avanzar en la asistencia en la urgencias y emergencias, debíamos de contar con otro vehículo, no podíamos ir con una ambulancia de estas características moviéndonos por la ciudad porque nos veíamos atados de manos para realizar nuestro trabajo. Entonces se empieza a mirar que es lo que hay en Europa. En España, aunque sí que había una relación de cuerpos de bomberos y de personal sanitario en ciudades como Barcelona, Valencia y Sevilla, en la misma época que nosotros, posteriormente se incorporó ya la comunidad autónoma de Madrid con el SERCAM. No estábamos solos en España pero, si queríamos buscar una ambulancia en condiciones, teníamos que echar un vistazo a lo que se estaba haciendo en Europa. Tomamos como referencia Alemania y Francia, ya que eran los países donde la asistencia sanitaria extrahospitalaria, sobre todo integrada en los equipos de bomberos, eran pioneros.

Nuevo vehículo UVI móvil, para la asistencia extrahospitalaria: Reanimóvil

El vehículo que compró finalmente el ayuntamiento fue una ambulancia tipo furgón, lo cual ya supuso un gran avance con relación al turismo previo que teníamos. Nos posibilitaba ir de pie en la cabina asistencial, poder acceder al paciente tanto por el lado derecho como por el izquierdo para facilitar el acceso a la canalización de vías venosas. La amplitud que tenía nos permitía trabajar con gran comodidad, además estaba provista de cajoneras de almacenaje, de material para inmovilizaciones, etc. Supuso un cambio total y una mejora en la prestación de la asistencia extrahospitalaria. Ese cambio se produjo en 1985, iba a suponer un esfuerzo en actualizaciones, aprender nuevas técnicas, etc. no solo trasladar al paciente, sino hacerlo en unas condiciones adecuadas al centro hospitalario. Nos posibilitaba manejar fármacos, vías aéreas, etc. Era anecdótico porque cuando entrabamos en los hospitales íbamos vestidos de bomberos, lo que hizo que más de un médico nos llegara a preguntar ¿pero bueno, los bomberos también ponen vías y administran fármacos? Había que explicarles que no, que dentro del cuerpo de bomberos había un cuerpo sanitario y éramos los que realizábamos la atención sanitaria al paciente.

Formación durante la carrera en urgencias y emergencias

Cuando nosotros estábamos estudiando la carrera, al tema de urgencias y emergencias no se le daba tanta importancia como se le da actualmente. No había prácticas que te enseñaran reanimación, recuerdo que la RCP que se nos explicó consistió en que un día trajeron un muñeco, lo pusieron encima de la mesa y nos dijeron: esto es el tórax y hay que comprimir y esto es la boca y hay que darle aire, así se acabó la experiencia con la formación en reanimación. Indudablemente se ha avanzado mucho y hoy en día, en cualquier universidad, se hace más indecencia en temas de reanimación. En general, la preparación que hacíamos con todo lo relacionado con urgencias y emergencias era muy básica o p prácticamente nula. Cuando empezamos a trabajar en las ambulancias, todo el grupo coincidimos en la necesidad de hacer una preparación o un reciclaje. En el año 1985 cuando comenzamos a trabajar con la ambulancia que en aquel momento se denominó Reanimovil, fuimos rotando por el hospital 12 de octubre, en aquella época 1 de octubre, por el servicio de medicina intensiva a cargo del doctor Narciso Perales y su equipo, lo que nos proporcionó una mayor formación y confianza en el desarrollo de nuestra labor asistencial. En el año 1985 realizamos las primeras Jornadas sanitarias del cuerpo de bomberos, indudablemente invitamos a Narciso Perales y a otros compañeros del hospital donde nos habíamos formado, esto nos ayudó a seguir formándonos y a darnos a conocer. Otro punto también importante fue la realización de unas jornadas de formación con bomberos de Paris, íbamos un enfermero y realizábamos el trabajo dentro de sus ambulancias de soporte vital avanzado, otros compañeros fueron a Montpellier y otros a San Antonio, en Tejas. También para aprender sobre transportes aéreos en helicóptero. Todas estas experiencias fueron muy positivas para nosotros porque nos posibilitó ganar confianza en nosotros mismos y desterrar ese miedo e inquietud que suponía la carencia de formación. Fue una experiencia muy gratificante para nosotros.

Integración de la figura del enfermero en el equipo de trabajo

En aquellos momentos contábamos en la plantilla con 1 médico y 5 enfermeros, cada enfermero estaba asignado a los diferentes turnos de trabajo de los bomberos. La dotación completa que iba en la primera ambulancia que tuvimos era un conductor, (bombero formado en primeros auxilios) , de lunes a viernes por la mañana médico y enfermero, y por las tardes, noches y festivos se quedaba un bombero y un enfermero. Conforme avanza el tiempo y llega la segunda ambulancia (Reanimovil) la Alfa 2, se rescata a una serie de bomberos que habían estado haciendo su actividad, como técnicos en emergencias sanitarias, en un helicóptero medicalizado, que estuvo operando en la provincia de Zaragoza desde el año 1983 al año 1984. Fue un convenio de la Diputación Provincial y Ayuntamiento de Zaragoza. Ese helicóptero dejo de prestar servicios y esos bomberos que se habían formado en primeros auxilios y en técnicas de socorrismo, son los que colaboran o forman parte de lo se denominó como auxiliar de ambulancia.

En el año 2000 se incorporan nuevos compañeros médicos. En cuanto al colectivo de Enfermería, conforme hay un aumento en la demanda de los servicios, va a haber también un aumento en la plantilla, de 5 pasamos a 7. Tampoco es un numero exagerado, pero supuso un aumento. Junto al médico y el enfermero se cuenta con un conductor que es auxiliar de ambulancia y un bombero también auxiliar de ambulancia. En las emergencias cambia mucho el trabajo en equipo, yo no tengo experiencia hospitalaria, mi experiencia es extrahospitalaria y allí cada uno tiene que hacer de todo, respetando las competencias de los demás. Imaginaos cuando íbamos de tardes , noches o festivos que ibas tu solo con el conductor y el bombero y había una parada, cuanto antes canalizaras la vía venosa te quitabas ese problema de en medio y si había que intubar, o administrar medicación pues había que hacerlo. Muchas veces se sorprendían los compañeros de hospitalaria de estas cosas, pero había que hacerlas, conectar al paciente a ventilación mecánica y derivarlo al hospital correspondiente. En la urgencia extrahospitalaria tiene que haber una buena correspondencia en el equipo de trabajo y hay que trabajar y dejarse de disputas y roles de cada uno, ya que lo que prima en ese momento es sacar al ciudadano de la situación de riesgo en la que se encuentra y eso se consigue con una buena coordinación de trabajo.

Inicios en los estudios y cambios políticos

Cuando empecé a estudiar la carrera, venia de la reciente muerte del Jefe de Estado, durante casi 40 años lo que había supuesto para España, indudablemente las revueltas estudiantiles, de trabajadores y manifestaciones eran prácticamente al día. Era una época un poco dura, con muchos cambios. En ese momento toda la sociedad experimenta lentamente un cambio, la libertad, la democracia, las elecciones, la participación de la sociedad, la liberación de la mujer, etc. Todo eso indudablemente influye en todas las profesiones y mucho más quizá en la sanidad. Un momento duro fue el golpe de estado el 23 de febrero del 81, yo estaba en la Universidad de Medicina haciendo un curso de posgrado. Hubo una sensación de “cuchicheo”: parece que ha habido un atentado, un golpe de estado y que la gente está saliendo a las calles. Recuerdo que llegó a oídos de algún responsable de la universidad y ordenó desalojar las aulas y que nos fuéramos a casa directamente. Hubo revueltas, en Zaragoza quizá con menor intensidad que en otras ciudades, pero también las hubo.

Género y sanidad en el cuerpo de bomberos

Cuando estudié Enfermería la presencia de la mujer era mayoritaria, así ocurría también en los hospitales con un número mayor de enfermeras mujeres frente al número de hombres. Sin embargo, cuando empecé a trabajar en bomberos, solo había una compañera enfermera, éramos cinco enfermeros de los cuales cuatro éramos hombres y una sola mujer. La presencia femenina dentro de los cuerpos de bomberos es un pelín menor de los que nos gustaría a todos. Así como en otros servicios hospitalarios la presencia de la mujer es mayoritaria, no era nuestro caso por aquel entonces, no sé si por las pruebas físicas de acceso, o por otras situaciones que se nos pueden escapar es que la representación femenina era menor. En la actualidad sí que hay una normalización en cuanto al género, estando actualmente casi al cincuenta por ciento de hombres y mujeres. Posiblemente las pruebas físicas de acceso echen un poco hacia atrás a las aspirantes, aunque son diferentes para hombre y mujeres, en cuanto a tiempo en carrera y natación y diferencias también en los pesos a levantar, subir cuerda, etc.