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Factores de riesgo de la neumonía en el niño

a favor de la protección que brinda la lactancia materna para las infecciones (tabla 1).

Nuestros resultados infieren que la lactancia materna no efectiva demuestra el importante valor que desempeña la leche materna como elemento de riesgo para evitar infecciones respiratorias y dentro de ellas la neumonía que es más frecuente en aquellos pacientes que no recibieron este alimento (13,15).

La leche materna es rica en inmunoglobulinas especialmente IgA y contiene al máximo un número de linfocitos inmunocompetentes.

Existe en la madre un sistema general de tejidos linfáticos asociados a las mucosas, esto implica que al tener contacto con gérmenes en el tractos respiratorio y digestivo se activa la producción de IgA que migra hacia la glándula mamaria y de esta forma el lactante queda protegido contra gérmenes específicos (16).

La lactancia materna desempeña una función muy importante en el bienestar físico y emocional tanto de la madre como del niño y además protege contra diversas enfermedades, infecciones virales y bacterianas lo que conlleva a la disminución de la morbilidad y mortalidad infantil (17,18). Otros autores a través de estudios han identificado que la lactancia materna artificial tiene un riesgo diez veces mayor de contraer infecciones bacterianas (17, 19,28).

En cuanto al estado nutricional al analizar la casuística se encontró 15 pacientes con neumonía en estado no eutrófico para un 13,6%, sin embargo esta variable no tuvo significación estadística, ya que en el grupo control no se encontraron niños desnutridos. Probablemente esto se deba a que este grupo fue tomado al azar, además de que sabemos que la desnutrición no es un problema de salud en cuba y que también existe un servicio de nutrición en nuestro centro, por lo tanto los casos diagnosticados en el área de salud son ingresados en este servicio. Por otra parte sabemos que los desnutridos son potencialmente vulnerables a la infección y por esta razón no pueden estar ingresados en otros servicios (tabla 2).

Teniendo en cuenta esto, asociamos la desnutrición a la neumonía solo en nuestro grupo estudio y según muchos autores este es un factor muy importante que repercute grandemente en la aparición de neumonía con un alto grado de mortalidad (6, 21,22.23, 24).

La OMS examino la relación entre neumonía y estado de nutrición comprobando que la desnutrición es un importante factor de riesgo que influye en la aparición de neumonía en Latinoamérica (25). Otros trabajos mencionan como la carencia nutricional menoscaba los mecanismos de defensas inmunitarios y la resistencia general ocupa estas infecciones y comentan como los niveles de inmunoglobulinas serica y el complemento al igual que la IgA secretora están disminuidos, la inmunidad celular se encuentra afectada y disminuye la actividad de linfocitos macrófagos (26,28).

Los niños que entran con el ciclo de la desnutrición – infección pueden sufrir consecuencias potencialmente fatales y aumenta el riesgo de sepsis, enfermedades diarreicas y respiratorias (6, 27, 29,30).

En cuanto al hacinamiento relacionado con neumonía consideramos que como factor ambiental constituye un elemento de riesgo para contraer múltiples enfermedades infecciosas transmitidas por vía respiratoria y vinculada con la mala circulación del aire facilita la propagación de agentes infecciosos (31).

Algunos autores hacen mención de que favorece el desarrollo de enfermedades infecciosas que se trasmiten de persona a persona por vía respiratoria como las neumonías (8, 9,11).

En cuanto a la ventilación esta variable si presento asociación con la neumonía ya que este resultado esta determinado por las características de la entidad en estudio donde existe una transmisión directa por vía aérea siendo la ventilación no adecuada un factor que favorece al desarrollo de esta enfermedad. Una buena ventilación del hogar forma parte junto a otras necesidades ambientales de las necesidades del individuo para conformar un medio sano teniendo por tanto cuando esta no es adecuada cierta repercusión en el equilibrio del estado de salud (33).

Algunos autores mencionan que las malas condiciones de la vivienda y su ventilación influyen en la salud del individuo (32). Otros estudios plantean que la mala ventilación de las viviendas facilita las infecciones virales y bacterianas (9,31).

Al analizar el habito de fumar como variable vemos que no fue altamente significativo aunque otros estudios si lo mostraron. Aunque nuestro trabajo no coincide con otros estudios si tenemos en cuenta este principal factor de riesgo, ya que aunque se trate de inhalación pasiva de humo, la frecuencia de infecciones y patologías respiratorias que se ha suscitado desde algunas décadas en hijos de padres fumadores es muy elevada (9, 10, 33,34).

La susceptibilidad a infecciones respiratorias está determinada por diversos factores siendo el tabaquismo pasivo uno de los más importantes. En un estudio se demostró que la exposición pasiva al humo afecta a los niños menores de un año, con un incremento fundamentalmente de infecciones respiratorias inferiores (35,36).

El humo aspirado contiene grandes cantidades de cotinina producto secundario de la nicotina, que afecta el mecanismo de depuración mucociliar e incrementa la producción de mucus, por lo que daña la actividad de los macrófagos (37), por lo tanto estos niños tienen mayor incidencia de infecciones respiratorias, mayor persistencia de síntomas y de desarrollar con más frecuencia neumonías (38,39).

Con respecto a la asociación con el uso de combustible en labores domesticas (kerosén), se encontró que todos los pacientes del grupo estudio y control estaban en contacto con este agente por lo que encontramos alta significación estadística (tabla 5). El aparato respiratorio es muy sensible a la presencia de alergenos como combustible y biomasa que al igual que el humo de cigarro al aparato mucociliar haciéndolos más vulnerables. En algunos donde se observa un mayor uso de combustible en labores domestica (kerosén) para la cocción de alimentos se ve una mayor incidencia de neumonía. Algunos autores lo consideran dentro de los factores de mayor importancia que se ha asociado a la gravedad de episodios de neumonía en niños mayores de 5 años (40,41).

Al analizar la edad de la madre no hay dudas que la madurez psicológica de las madres es un factor que influye en el cuidado del niño, sin embargo consideramos que en cuba este factor no representa un riesgo para las neumonías debido a las características del estado nacional de salud, conjuntamente con programas de educación para la salud, difundidas a través de diferentes medios masivos en el país. Algunos autores dan importancia a la asociación de padres menores de 20