Percepción materna del consumo de productos lácteos en la población pediátrica
Autor principal: Manuel Enrique de la O Cavazos
Vol. XVII; nº 22; 867
Maternal perception of the consumption of dairy products in the pediatric population
Fecha de recepción: 25/10/2022
Fecha de aceptación: 25/11/2022
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 22 Segunda quincena de Noviembre de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 22; 867
La buena nutrición y el acceso a una alimentación adecuada son esenciales para el crecimiento y desarrollo del niño, el mantenimiento del cuerpo y la protección tanto de las enfermedades infecciosas y no transmisibles en la vida adulta. Más de seis mil millones de personas consumen leche y sus derivados, los habitantes de países en desarrollo son los principales consumidores.
Autores:
- Manuel Enrique de la O Cavazos (Pediatra, Medicina preventiva pediátrica)
- Carlos Alberto Zapata Castilleja (Pediatra, Gastroenterólogo)
- Mario Noé Garza Guerra (Pediatra)
Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México; Servicios de Salud de Nuevo León, Monterrey, México.
Resumen:
La leche y sus derivados son la principal fuente de calcio en las dietas occidentales y una ingesta adecuada de éstos durante la infancia y adolescencia se ha demostrado preventiva de la aparición de osteoporosis en edades tardías, al asegurar la adquisición de una masa ósea final adecuada que compense la pérdida ósea asociada a la edad. También son una fuente importante de proteínas de alto valor biológico y de vitaminas del grupo B, además de aportar vitaminas A y D, grasas, carbohidratos, fósforo y magnesio. (1,2)
Aunque su ingesta por la población general permite un aporte adecuado de calcio según las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría, quizá el consumo en la infancia y adolescencia no cubra los requerimientos de estas edades, como algunos estudios realizados en niños han demostrado.
Palabras clave: Leche, lácteos, seno materno, nutrición pediátrica, crecimiento, calcio, hierro, hormona del crecimiento, obesidad infantil, pediatría, neonatología, endocrinología pediátrica, pubertad, preescolar, fórmula infantil
Abstract:
Milk and its derivatives are the main source of calcium in Western diets and an adequate intake of these during childhood and adolescence has been shown to prevent the onset of osteoporosis in later life, by ensuring the acquisition of an adequate final bone mass to compensate for the bone loss associated with aging. They are also an important source of proteins of high biological value and vitamins of the B group, in addition to providing vitamins A and D, fats, carbohydrates, phosphorus and magnesium (1, 2).
Although their intake by the general population allows an adequate calcium intake according to the recommendations of the American Academy of Pediatrics, perhaps their consumption in childhood and adolescence does not cover the requirements of these ages, as some studies carried out in children have shown.
Keywords: Milk, dairy, breastfeeding, pediatric nutrition, growth, calcium, iron, growth hormone, childhood obesity, pediatrics, neonatology, pediatric endocrinology, puberty, preschool, infant formula, infant formula
Introducción:
La leche y sus derivados son la principal fuente de calcio en las dietas occidentales y una ingesta adecuada de éstos durante la infancia y adolescencia se ha demostrado preventiva de la aparición de osteoporosis en edades tardías, al asegurar la adquisición de una masa ósea final adecuada que compense la pérdida ósea asociada a la edad. También son una fuente importante de proteínas de alto valor biológico y de vitaminas del grupo B, además de aportar vitaminas A y D, grasas, carbohidratos, fósforo y magnesio. (1,2)
Aunque su ingesta por la población general permite un aporte adecuado de calcio según las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría, quizá el consumo en la infancia y adolescencia no cubra los requerimientos de estas edades, como algunos estudios realizados en niños han demostrado.
La composición de grasas de la leche de vaca es diferente a la de fórmulas lácteas y leche materna. Una diferencia importante en la leche de vaca es el contenido de ácidos grasos saturados de cerca del 65 a 70% de todos los ácidos grasos, lo que incrementa el riesgo cardiovascular en adultos. Otra diferencia en la calidad de la grasa es el contenido de ácido linoleico, que es muy bajo en la leche de vaca (cerca de 2%) en comparación con la leche humana (8.13%) y fórmulas infantiles (10-19%). (2)
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda, desde el 2015, una ingestión diaria de leche de vaca baja en grasa de 480 a 600 ml de los 2 a 3 años de vida, y de 480 a 720 ml en preescolares y escolares. Existen controversias acerca del momento adecuado en la infancia para recomendar leche de vaca baja en grasa. La AAP la recomienda después del año o a los 2 años de vida, con el argumento de que es seguro utilizar dietas bajas en grasa en niños menores de 2 años, con el fin de reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad en edades posteriores (5).
Objetivo:
Evaluar en la población pediátrica de 2 a 13 años de edad, si el consumo de productos lácteos se apega a las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría de acuerdo a sus diferentes rangos de edad, así como también evaluar la percepción materna de dicho apego.
Metodología:
Se realizó un estudio observacional, analítico y descriptivo. Incluyó un total de 390 pacientes, que se dividieron en tres grupos de 130 pacientes cada uno (De acuerdo a los rangos de edad), a los cuales se les realizó un diario de ingesta de productos lácteos, se recabó la información sobre la cantidad y tipo de productos lácteos que se consumen, además de datos generales y se realizó el análisis estadístico determinando la chi cuadrada para pruebas no paramétricas y comprobar la hipótesis.
Respecto a la percepción materna sobre el consumo de productos lácteos de sus hijos o hijas, en los tres grupos se encontró de manera similar que las madres o familiares tienen una percepción de que sus hijos e hijas presentan un adecuado consumo de productos lácteos, esta percepción fue mayor comparándolo con lo evaluado con el diario de ingesta de productos lácteos y apegándonos a las recomendaciones.
En cuanto a los niños y niñas de los 0 a 2 años, fueron descartados para estudio debido a que la gran mayoría se encuentra con lactancia materna y en los que no, en nuestro hospital fomentamos el consumo de lactancia materna durante el mayor tiempo posible.
En el grupo de los de 2 a 3 años la leche entera (2% grasa) fue la de mayor consumo con un predominio del 83%, siguiéndole la leche deslactosada (1% grasa) con 14.6 %. En el grupo de 4 a 8 años, los resultados fueron muy similares, con 80 % para la leche entera y 11.5 % para la leche deslactosada. En el último grupo, de 8 a 13 años, predomina con mayor porcentaje que en los 2 primeros grupos, la leche entera con 86.1% y leche deslactosada 9.23%. (Fig. 1, 2 , 3).
En la evaluación del consumo de yogurt, en los 3 grupos casi en su mayoría lo consumían, estando de manera muy similar en el porcentaje de su consumo, variando del 90.7% al 94.6% en los 3 grupos.
La percepción materna del consumo de productos lácteos, en los 3 grupos de niños y niñas fue de manera muy similar, en su gran mayoría con una percepción de adecuado consumo de productos lácteos, mostrándose la mayor percepción materna en adecuada en el grupo de 2 a 3 años de edad, con 95.3% y la menor percepción de los 3 grupos fue en el grupo de 9 a 13 años de edad, con un 91.53%. (Tabla 5).
El apego a las guías de recomendación de ingesta de productos lácteos mostro que el mayor porcentaje se observó en el grupo de 2 a 3 años de edad, con un 63%, en el grupo de 4 a 8 años de edad con un 49.2% de apego y en el último grupo, de 9 a 13 años de edad fue el que reflejo el menor apego, con un 40%, se hizo el análisis cual mostró que no existe diferencia significativa (p = 0.073) (Tabla 3) Cabe mencionar que además, se hizo el análisis comparando el apego respecto a lo recomendado en cuanto al tipo de leche consumida para los rangos de edad ( Deslactosada 1% grasa),donde se evidencia un apego el cual varia del 9.23% al 14.6 %, en los 3 grupos (p:0.035) (Tabla 4)
Discusión:
En nuestro estudio se encontró que en el Hospital Universitario “José Eleuterio González” presenta una taza de 13.3% de embarazos en mujeres adolescentes, menores de 18 años, esto comparado con la tasa de embarazos en el mismo grupo de edad en el estado de Nuevo León, que es de 34% según lo reportado por la Secretaría de Salud, y en el país que es de un 17% de embarazo en adolescentes18.
En general la mayor parte de la las madres en la población estudiada tenía como máximo grado escolar la secundaria y eran originarias del estado de Nuevo León, esto en al análisis no presentó significancia al momento de la evaluación en los 3 grupos.
Únicamente el 6.15% de las madres tenían una licenciatura terminada.
No hubo una prevalencia en el sexo de los pacientes y no encontró alguna diferencia entre ambos grupos.
La mayoría de los pacientes se encontraban en peso adecuado para la edad valorado en las gráficas de percentiles de CDC, y no se encontró alguna diferencia significativa.
En la actualidad en México, los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012 muestran que la leche entera es una de las bebidas que más contribuye a la ingestión energética, representando 5% de las kilocalorías diarias consumidas por adolescentes y adultos, sin embargo, no se han realizado análisis para el resto de los lácteos y además no se ha realizado en la población pediátrica. En nuestro estudio en además de valorar la cantidad de productos lácteos ingerida, se evaluó los distintos tipos de bebidas lácteas ingeridas. Lo relevante de esto en nuestro estudio es lo observado en el tipo de leche ingerida en los 3 grupos, donde encontramos una diferencia estadística significativa, comparando el consumo de leche deslactosada con el resto de las leches consumidas en la población estudiada, ya que es conocido la recomendación de este tipo de leche en los rangos de edad de nuestra población del estudio.
La percepción materna del consumo de productos lácteos, en los 3 grupos de niños y niñas fue de manera muy similar, en su gran mayoría con una percepción de adecuado consumo de productos lácteos, sin embargo, el apego a las guías de recomendación de ingesta de productos lácteos mostro que existe un mal apego a dichas recomendaciones, analizando los 3 grupos no hubo diferencia significativa.
Unas de las debilidades de nuestro estudio, es el número de población, además que no se evaluó de manera completa las prácticas de alimentación en la población estudiada y así como también la cantidad de actividad física que se realizaba y el tiempo de uso de pantalla, por último, no se contempló el evaluar el consumo de bebidas lácteas endulzadas.
Nuestro estudio presentó problemas al momento de realizar las encuestas, ya que muchos pacientes al acudir a la consulta de nuestro hospital tenían como antecedente importante alguna enfermedad crónica o alguna cirugía abdominal previa, esto también propició que no se lograra extender más el número de participantes en el estudio que cumplirían con los criterios necesarios, con lo que no obtuvimos una gran muestra de la población a estudiar.
Conclusiones:
En nuestra población, la percepción materna respecto al consumo de lácteos y el apego a las recomendaciones de ingesta diaria, no es la adecuada, con lo cual se recomienda mejorar la información nutricional en la consulta de control de niño sano.
Ver anexo
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