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Prevalencia de lactancia materna al alta hospitalaria en dos hospitales del servicio aragonés de salud

Prevalencia de lactancia materna al alta hospitalaria en dos hospitales del servicio aragonés de salud

RESUMEN

La lactancia materna es la forma más sana de alimentación del lactante. La Organización Mundial de la Salud recomienda unas tasas de lactancia materna al alta hospitalaria superiores al 75 %. En los dos centros hospitalarios estudiados, encontramos diferentes tasas de lactancia materna al alta hospitalaria.  El objetivo del presente estudio ha sido calcular la prevalencia de lactancia materna exclusiva al alta hospitalaria en dos hospitales del Servicio Aragonés de Salud y compararlas. Así como analizar qué variables socio-sanitarias influyen en su inicio y mantenimiento al alta hospitalaria.

Autoras: Laura Martin Tarifa (1), María Aller Conde (2), Noemi Salabi Camarero (3), Graciela Soria Ruiz (4), Gema Mainar Josa (1)

(1) Hospital Clínico Universitario «Lozano Blesa» Zaragoza

(2) Hospital de Jaca

(3)(4) Hospital Zumarraga

PALABRAS CLAVE

Lactancia materna, instituciones de salud, prevalencia.

INTRODUCCIÓN

La lactancia materna (LM) se considera la alimentación ideal del lactante. Una alimentación adecuada resulta fundamental durante la infancia para asegurar que los niños alcancen todo su potencial en relación al crecimiento, salud y desarrollo (1).

Durante los primeros años de vida la lactancia materna exclusiva es la forma más natural y sana de alimentación, debido a las implicaciones para las madres, lactantes y niños a corto y a largo plazo. (2,3,4).

Los niños  alimentados con lactancia materna exclusiva durante más de tres meses de duración, tienen menor riesgo de padecer infecciones respiratorias de vías bajas, asma, otitis media y dermatitis atópica Una lactancia materna superior a 6 meses de duración, puede disminuir el riesgo de padecer leucemia y muerte súbita. Además se asocia con una menor tendencia a la obesidad y a la diabetes. (3,4).

Respecto a las madres, las que amamantan tienen menores tasas de sangrado posparto y a largo plazo se reducen el riesgo de cáncer de mama y ovario y las tasas de obesidad (3).

Es por ello que, dentro de las medidas para promocionar la salud mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) adoptaron, ya en el año 2002, la recomendación de iniciar la alimentación al pecho en la primera hora de vida y continuar con lactancia materna exclusiva (LME) durante los primeros 6 meses de vida y, complementada con otros alimentos, hasta los 2 años de edad (5,6).

La alimentación con leche materna  probablemente es la intervención sanitaria que, con menores costes económicos, consigue mayores beneficios sobre la salud del individuo. Además, promueve un frecuente y estrecho contacto físico con el lactante y la crea­ción del vínculo afectivo, lo que resulta óptimo para su desarrollo y hace que la madre experi­mente un gran sentimiento de satisfacción y autoestima (6).

Aunque desde los años 90 existe una tendencia hacia la mejora de las tasas de la LM, actualmente pocas mujeres amamantan de forma exclusiva en los primeros meses postparto y muchas la abandonan precozmente (7).

Según los últimos datos, publicados en 2006, por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en nuestro país, inicial LM exclusiva 68,40% de los lactantes.  A los tres meses la prevalencia baja al 52,48% y a los 6 meses es tan solo del 24,72%(8).

En los Países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), como media, las cifras de inicio de la lactancia materna se encuentran alrededor del 70%, pero menos de la mitad continúan siendo amamantados a los 3 meses de edad y menos de un 25% a los 6 meses(7).

Estos abandonos se producen principalmente tras el alta hospitalaria, a causa de mala instauración de la LM (grietas, dolor, depresión postparto, irritabilidad del bebé) y entre los 3 y los 6 meses coincidiendo con la reincorporación materna al trabajo y la recomendación de la alimentación complementaria (9,10,11,12).

Estudios recientes indican que el sistema sanitario es uno de los factores que más ha influido en la disminución de las tasas de lactancia materna. Las características y el lugar donde tiene lugar el parto y los cuidados que recibe la madre durante su estancia en el hospital están relacionados en el inicio y duración de la lactancia.  (6,9,13,14,15).  Es por ello que el inicio de la lactancia materna en la primera hora de vida ayuda a establecer una LM exclusiva y se relaciona con una mayor duración de la misma. El presentar un mayor número de obstáculos entre el recién nacido y su madre desde el momento del nacimiento, supone un riesgo mayor de abandono precoz de la lactancia (6,13,16-19).

La IHAN (Iniciativa Humanización Atención al Nacimiento), estable el estándar de que al menos el 75% de los recién nacidos (RN) a término deben ser alimentados con lactancia materna exclusiva durante toda la estancia hospitalaria en la maternidad (11).