Las demoras por cualquier razón pueden ser fatales para una recuperación completa del sistema nervioso central. Se estima un tiempo máximo de 5 minutos sin aporte de flujo; en cambio las recuperaciones entre los 5 y 20 minutos dejan, cuando menos, secuelas histológicas. (8)
Los médicos e investigadores de todo el mundo continúan en la búsqueda de formas para mejorar la supervivencia neurológica tras la parada cardiaca; pues la mayoría de los pacientes reanimados a pesar de recibir una asistencia de alta calidad, nunca llegan a despertar. (9, 10)
En los artículos revisados de España, Costa Rica y Brasil, sobre la mortalidad por las enfermedades cardiovasculares, se comportó similar a las estadísticas del país en los últimos cinco años; esto justifica el número de casos potenciales a recibir maniobras de resucitación. (11, 13)
En las estadísticas revisadas de Cuba entre los años 2009 y el 2012 la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, respiratorias, ahogamiento, electrocuciones, como exponentes de patologías donde es probable instaurar la resucitación cardiopulmonar, representaron sólo por enfermedades isquémicas del corazón más de 15000 casos (15402-15370), por arritmias cardiacas más de 500 caso, así como por electrocuciones y ahogamientos más de 200 y 90 casos respectivamente. En la provincia de Camagüey en los años estudiados se encontró que la mortalidad por enfermedades del corazón fue de entre 1562 y 1497 casos. 14,15
El estudio expone una revisión sobre la utilización de la parada cardiorrespiratoria (PCR) y centra sus objetivos en exponer los resultados de los principales estudios sobre el manejo de las maniobras de resucitación en la comunidad para facilitar el conocimientos en la población en general y sobre todo en las familias de pacientes con enfermedades cardiovasculares o respiratorias crónicas la supervivencia de una forma rápida.
MÉTODO
Se realizó una revisión de la literatura en los últimos cinco años (2009 – 2013), así como algunos artículos anteriores, se utilizaron las bases de datos PubMed, Scielo, Hinari, Revistas médicas cubanas y documentos impresos para exponer los resultados de los principales estudios sobre el manejo de las maniobras de resucitación en la comunidad.
La búsqueda se efectuó en español, inglés y portugués en las bases de datos mencionadas recogiendo el método utilizado, resultados de estudios sobre atención pre-hospitalaria del paro cardiorrespiratorio y entrenamiento a la comunidad. Se excluyeron aquellos que no brindaron una información completa de los aspectos recogidos. Se encontraron cincuenta y nueve artículos relacionados con el uso de la reanimación cardiopulmonar y cerebral por personal lego; de ellos cuarenta y nueve trabajos de investigación originales, nueve revisiones de la literatura y un meta análisis; utilizando treinta y dos referencias bibliográficas.
DESARROLLO
La reanimación es patrimonio de la humanidad, ningún gobierno, centro de capacitación o persona natural o jurídica por más tecnología que posea puede atribuirse la exclusividad en la formación de reanimadores, mucho menos en la atención de una víctima de inconsciencia y en paro cardiaco o respiratorio. La comunidad desde la familia, la escuela, la universidad, los entes gubernamentales, las asociaciones, deben asegurar un mínimo de conocimiento y destrezas, que impliquen una atención básica ante una emergencia. (16)
La resucitación cardiopulmonar (RCP) básica efectiva es un requisito previo para que tenga éxito la resucitación cardiopulmonar (RCP) avanzada por parte de los equipos médicos en los servicios de urgencia o por el equipo de emergencia móvil. Asegurar una vía aérea permeable y una ventilación adecuada es vital en la supervivencia de la víctima.
Al revisar diferentes trabajos que abordan el éxito de la resucitación cardiopulmonar (RCP) extrahospitalaria se puede apreciar que en los casos donde existen espectadores entrenados, los resultados son favorables al lograr una rápida instauración de los procedimientos de resucitación. (17)
Es necesario que en la comunidad se extienda una cultura generalizada para enfrentar situaciones emergentes a personas con paro cardiorrespiratorio, ya que de esta forma aseguramos y protegemos la vida de todos, y promovemos el conocimiento dentro de la comunidad para la correcta realización de las maniobras de resucitación cardiopulmonar.
Chala y Jiménez, (18) abundan sobre el tema donde treinta y siete artículos ofrecen información acerca de 33000 personas que sufrieron paradas cardiacas fuera del hospital. Para la resucitación cardiopulmonar realizada por espectadores, cada 5% de incremento se asoció con un incremento absoluto de la supervivencia entre el 0,3% y el 1%. Cada minuto menos en la respuesta al desfibrilador se asociaba con un incremento en la supervivencia entre el 0,7% y el 2,1%.
Quedó demostrado según lo que plantearon Céceres, et al, (19) que en países desarrollados hay una mayor cantidad de gente capacitada en maniobras de resucitación básica, trae consigo una disminución importante de la morbimortalidad producto de parada cardiorrespiratoria (PCR).
En este sentido, es preciso e imprescindible fomentar los diversos programas educativos que pueden ser aplicados y difundidos en nuestra población, de manera tal que se puedan preparar personas que puedan enfrentar una situación de este tipo en distintos escenarios.
Otra experiencia de un programa de instrucción comunitaria en reanimación cardiopulmonar básica, iniciado en marzo de 1996, enmarcado en una propuesta de extensión asistencial que se realizó en tres años destinada a alumnos de quinto y sexto