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Revisión bibliográfica sobre recomendaciones alimentarias durante un proceso diarreico agudo

Revisión bibliográfica sobre recomendaciones alimentarias durante un proceso diarreico agudo

Autora principal: Isabel Alejo Borroy

Vol. XVI; nº 23; 1094

Bibliographic review on food recommendations during an acute diarreheal disease

Fecha de recepción: 20/10/2021

Fecha de aceptación: 30/11/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 23 – Primera quincena de Diciembre de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 23; 1094

AUTORES

Autora Principal: Isabel Alejo Borroy. Diplomada en Enfermería. SSEE del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, España.

Coautores:

  • Raquel Delgado Diéguez. Graduada en Enfermería. Esterilización del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, España.
  • Iris Martín Peña. Graduada en Enfermería. Unidad de Agudos de Psiquiatría del Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza, España.
  • Jorge Mateos Paricio. Graduado en Enfermería. Esterilización del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, España.
  • Begoña Pueyo Rubio. Diplomada en Enfermería. Esterilización del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, España.
  • Raquel Vicente Martínez. Graduada en Enfermería SSEE del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, España.
  • Fátima Alcaraz López. Graduada en enfermería. Esterilización del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, España

RESUMEN

Se realiza una revisión bibliográfica para reunificar criterios en el caso de diarrea, tanto en paciente adulto como pediátrico. Siendo que con el paso del tiempo ha habido modificaciones en las recomendaciones del tratamiento de la diarrea aguda, se incide en la importancia de una adecuada rehidratación con sueros de rehidratación oral, siendo estos los más adecuados al ser creados para cubrir las necesidades de minerales y nutrientes durante este proceso. Se recomienda que haya continuidad en la alimentación que se llevaba antes del proceso diarreico, evitando ayunos y dieta astringente, y siguiendo con la lactancia materna si era la alimentación habitual del enfermo. Así mismo, desde la OMS y Unicef recomiendan suplementar con zinc en niños menores de 5 años, y se estudia el uso de probioticos, recomendados en algunos casos, y la medicación a prescribir si fuera precisa. Con un adecuado tratamiento de la enfermedad se pueden evitar hospitalizaciones derivadas de la diarrea aguda y deshidratación del paciente.

PALABRAS CLAVE: diarrea, alimentación, rehidratación, probióticos, suplemento zinc, lactancia materna.

ABSTRACT

A bibliographic review is carried out to reunify criteria in the case of diarrhea, both in adult and pediatric patients. There have been several modifications in the recommendations for the treatment of acute diarrhea. Nowadays, it is very important an adequate rehydration with oral rehydration serums, whose are specially create to cover all the mineral and nutritional needs.  Continuity with the same feeding as before the diarrheal process, avoiding fasting, is hardly recommended, as well as  avoiding astringent diets and  continuing  breastfeeding in case of babies and if that was the usual diet of them. Likewise, the WHO and Unicef​ recommends adding  zinc supplements in children under 5 years old. The use of probiotics, recommended in some cases, and the medication to be prescribed if necessary are being under study. With an adequate treatment of the diarrheal disease, hospitalizations derived from acute diarrhea and dehydration of the patient can be avoided.

KEYWORDS: Diarrheal disease, food recomendations, rehydration, probiotics, zinc supplements, breastfeeding.

DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS:

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/.

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

Este articulo está motivado ante la falta de un criterio claro en las recomendaciones alimentarias durante una diarrea, sobre todo en población pediátrica, en España.
Las recomendaciones dadas hasta hace unos años eran iniciar una alimentación astringente (el típico agua de arroz y zanahoria, y pescado hervido) y progresivamente pasar a alimentación blanda y luego normal. Diversos estudios actuales nos muestran que esas recomendaciones se han quedado obsoletas y que lo mejor de cara a la recuperación de esta enfermedad aguda es iniciar una dieta normal, evitando grasas y azucares, comiendo la cantidad que el cuerpo tolere, y sobre todo incidiendo en una buena hidratación.

En este artículo compararemos las recomendaciones actuales con las antiguas, para demostrar que hay “mitos” o acciones que se recomiendan que no tienen fundamento y que incluso pueden ser perjudiciales para la recuperación de este proceso intestinal tan común. Las alteraciones digestivas son una causa muy común de consulta médica y pediátrica, y dentro del campo de la enfermería debemos de dar recomendaciones dietéticas actualizadas y contrastadas que conlleven a una educación para la salud y para el autocuidado y/o cuidado de familiares que implique una reducción en la duración de la enfermedad y una disminución de la necesidad de hospitalización por un inadecuado tratamiento de ella.

DESARROLLO

Definiciones

 Según la OMS (1) la diarrea se define como la deposición, tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona) de heces sueltas o líquidas. La diarrea suele ser un síntoma de una infección del tracto digestivo, que puede estar ocasionada por diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente.

 De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría (AEP)(2),  la diarrea aguda consiste en un aumento en el número de deposiciones y/o una disminución en su consistencia, de instauración rápida. Se puede acompañar de signos y síntomas como nauseas, vómitos, fiebre o dolor abdominal. La causa más frecuente es la infección gastrointestinal, que produce una gastroenteritis o inflamación de la mucosa gástrica e intestinal. Debido a ello el término diarrea aguda es prácticamente sinónimo de gastroenteritis aguda de causa infecciosa. El término agudo viene dado de ser habitualmente un proceso de carácter autolimitado, con una duración menor de 2 semanas. (3)

La amenaza más grave de la enfermedad diarreica es la deshidratación. Durante un episodio de diarrea, se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) en las heces líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración. Cuando estas pérdidas no se restituyen, se produce deshidratación.

El grado de deshidratación se mide en una escala de tres:

  • Deshidratación grave (al menos dos de los signos siguientes):
    • letargo o pérdida de conocimiento;
    • ojos hundidos;
    • no bebe o bebe poco;
    • retorno lento (2 segundos o más) a la normalidad después de pellizcar la piel.
  • Deshidratación moderada (al menos dos de los signos siguientes):
    • desasosiego o irritabilidad;
    • ojos hundidos;
    • bebe con ganas, tiene sed.
  • Ausencia de deshidratación (no hay signos suficientes para diagnosticar una deshidratación grave o moderada)

Principal causa de diarrea en España

Tanto en los países industrializados como en desarrollo, los virus son la causa predominante de diarrea aguda; particularmente en invierno (4).

El Rotavirus es responsable de un tercio de las hospitalizaciones por diarrea y 500 000 muertes a nivel mundial cada año y se asocia con un cuadro de gastroenteritis más severa que el promedio.

Principal causa de gastroenteritis severa que produce deshidratación en niños .

Casi todos los niños (tanto en países industrializados como en desarrollo) han sufrido infección por rotavirus antes de cumplir los 3–5 años de edad. Las infecciones neonatales son comunes, pero a menudo asintomáticas. Los picos de mayor incidencia de enfermedad clínica se observan en niños entre los 4 y 23 meses de edad(4). Las infecciones por rotavirus son las más frecuentemente detectadas en los casos que precisan ingreso hospitalario y, en países de clima templado, tienen un predominio claro en los meses fríos. (2)

Debido a sus características, los pacientes pediátricos son especialmente susceptibles, por lo cual haremos mención especial a la diarrea aguda en el paciente pediátrico.

Diarrea en paciente pediátrico

Las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años, y ocasionan la muerte de 525.00 niños cada año. En el pasado, la deshidratación grave y la pérdida de líquidos eran las principales causas de muerte por diarrea. En la actualidad es probable que otras causas, como las infecciones bacterianas septicémicas, sean responsables de una proporción cada vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea. Los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo de enfermedades diarreicas potencialmente mortales.(1)

Un niño menor de tres años tiene de 1.2 a 3.5 episodios de diarrea al año, frecuencia que se incrementa en aquellos que acuden a guarderías (10 a 12 episodios) (5).

Así mismo, en Europa es la patología más frecuente en el niño sano, estimándose una incidencia anual de entre 0,5 a 2 episodios en los niños menores de 3 años (2).

Al ser una patología tan frecuente, es una de las que conlleva también mayor uso de consulta médica. La Educación para la Salud juega un papel esencial para el diagnóstico y tratamiento de la diarrea, y también para hacer distinción de los casos en los que no lo es, como por ejemplo cuando ocurre la deposición frecuente de heces formes (de consistencia sólida), que no es diarrea, ni tampoco la deposición de heces de consistencia suelta y “pastosa” por bebés amamantados (1) que se considera no patológico.

En estas edades hay también un mayor riesgo nutricional, por una gran respuesta catabólica frente
a las infecciones y una disminución de las reservas nutricionales más rápida que en el adulto. Otros factores que influyen en la afectación nutricional son la disminución de la ingesta calórica, por la hiporexia concomitante y la restricción alimentaria habitualmente indicada, y la posible existencia de malabsorción de nutrientes secundaria a la lesión intestinal. Aunque, en general, se trata de un proceso leve y autolimitado, y la principal complicación es la deshidratación(2).

Diagnostico

A pesar de la presencia de algunas pistas clínicas, no se puede determinar el agente etiológico definitivo de la diarrea simplemente por la clínica (4).

La evaluación clínica inicial del paciente debería concentrarse en:

  • Evaluar la severidad de la enfermedad y la magnitud (grado) de la necesidad de rehidratar (evaluación de la deshidratación mediante el método “Dhaka”)
  • Identificar causas probables en base a la anamnesis y los hallazgos clínicos, incluyendo características de las deposiciones. En la historia clínica el dato más relevante respecto a la ausencia de deshidratación es una diuresis normal. Respecto a los signos clínicos independientemente asociados a deshidratación, los más significativos son: pérdida de turgencia cutánea, respiración anormal, relleno capilar lento, mucosa oral seca, ausencia de lágrimas y alteración neurológica. (2)

Con respecto a la evaluación en un laboratorio, en los casos de enteritis y colitis aguda es más importante lograr un adecuado mantenimiento del volumen intravascular y corregir los trastornos hidroelectrolíticos que realmente identificar al agente causal. (4) Habitualmente no es necesario hacer coprocultivos en aquellos pacientes inmuno competentes que se presenten con una diarrea aguda acuosa pero tal vez sea necesario identificar Vibrio cholerae cuando hay sospecha clínica y/o epidemiológica de cólera, particularmente durante los primeros días de un brote/epidemia (también para determinar la sensibilidad antimicrobiana) y para identificar el patógeno que provoca la disentería.

Tratamiento

– Tratamiento de la deshidratación

La disponibilidad actual de soluciones de rehidratación oral adecuadas hace que su administración sea el método de elección en el tratamiento de la deshidratación (2).

La terapia de rehidratación oral (TRO) consiste en la administración de soluciones apropiadas por boca para evitar o corregir la deshidratación producida por la diarrea. La TRO es un método costo/efectivo para el manejo de la gastroenteritis aguda, y reduce la necesidad de internación tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. (4)

Las sales de rehidratación oral (SRO) usadas en la TRO contienen cantidades específicas de sales importantes que se pierden en las deposiciones diarreicas. La nueva SRO (recomendada por la OMS y UNICEF) tiene una menor osmolaridad, menores concentraciones de sodio y glucosa, y provoca menos vómitos, disminuye las deposiciones y las probabilidades de presentar hipernatremia y disminuye la necesidad de infundir soluciones intravenosas, comparado con la SRO estándar.

Hay que realizar  TRO rápidamente dentro de las 3–4 horas. .

– Administración de suplementos de zinc en niños de 5 años y menores.

En 2002 la OMS y UNICEF revisaron sus recomendaciones para agregar zinc de rutina como terapia adjunta a la rehidratación oral para el tratamiento de la diarrea infantil, independientemente de su etiología. Desde entonces, esas recomendaciones han sido adoptadas en más de 40 países a nivel mundial. En países donde se han introducido tanto las nuevas soluciones de rehidratación oral como el zinc, la tasa de uso de SRO ha aumentado drásticamente.

En 2008 se publicó un meta-análisis que incluyó 16 estudios de diarrea aguda y seis de diarrea persistente (7). La duración promedio de la diarrea fue menor en pacientes que recibieron zinc comparado con placebo. En general, el efecto se observó al tercer día en los casos de diarrea persistente. Los pacientes que recibieron zinc tuvieron 18.8 y 12.5% de reducción en la frecuencia, y 15% reducción en la duración, en comparación con placebo. Hubo mayor frecuencia de vómito en los niños que recibieron zinc en comparación con el grupo placebo (3).

– Reintroducción de la alimentación

Alimentación normal apropiada para la edad o dieta sin restricciones.

No utilización, en la mayoría de los niños, de una leche sin lactosa o de un hidrolizado de proteínas de leche de vaca.(2)

Continuar con la alimentación a pecho.

– Administrar SRO adicional para compensar las pérdidas continuas por la diarrea.

– Evitar tratamiento farmacológico

En general, su uso no está indicado en la población infantil, por no haberse demostrado su eficacia y/o por la existencia de importantes efectos secundarios (2). En general, los antidiarreicos no confieren ningún beneficio práctico para los niños con diarrea aguda o persistente.

En general, no es necesario el uso de agentes farmacológicos para el tratamiento de la diarrea
aguda. Se podría considerar la eficacia del racecadotrilo en el tratamiento sintomático de la diarrea, siempre asociado a la rehidratación oral, así como en determinados casos del ondansetron. La antibioterapia se da en casos muy concretos (2)

Soluciones orales versus caseras y/o bebidas isotónicas

Es necesario que la solución de rehidratación que se indique cumpla las recomendaciones citadas previamente, no debiendo ser sustituida por algunas bebidas de uso común con un mejor sabor pero que no reúnen en su composición las condiciones adecuadas. De las más utilizadas son las llamadas bebidas isotónicas, diseñadas para reponer las pérdidas de agua y sales durante el ejercicio y que contienen solo entre 10 y 20 mEq/litro de sodio y 15 mEq/litro de potasio; las bebidas gaseosas, que contienen menos de 4 mEq/litro de sodio, mínimas cantidades de potasio y osmolaridades por encima de 450 mOsm/litro por un alto contenido en carbohidratos; y los jugos de frutas que, aunque tienen una mayor concentración de potasio (>20 mEq/litro), aportan mínimas cantidades de
sodio y osmolaridades entre 600 y 700 mOsm/litro.(2)

Alimentación normal versus ayuno y dieta astringente

La práctica de interrumpir la administración de alimentos durante más de 4 horas es incorrecta. Se recomienda continuar con la alimentación normal en los casos en los que no hay signos de deshidratación, y reintroducirla en cuanto se logre corregir la deshidratación moderada o severa, lo que habitualmente lleva unas 2- 4 horas, empleando Terapia de Rehidratación Oral (TRO) o rehidratación intravenosa. (4)

Los lactantes alimentados a pecho y niños deben seguir recibiendo alimentación, inclusive durante la fase de rehidratación. Sin embargo, para los lactantes que no reciben pecho y los niños y adultos deshidratados, la rehidratación es la primera prioridad y se puede lograr en 2–4 horas. (4)

Recomendaciones para reiniciar una alimentación normal

– Una dieta apropiada para la edad

– ingestas frecuentes y livianas distribuidas a lo largo del día (seis colaciones/día), particularmente en el caso de lactantes y niños pequeños

– alimentos ricos en energía y micronutrientes; alimentos combinados (granos, huevos, carnes, frutas y hortalizas)

– Luego del episodio diarreico, y dependiendo de la tolerancia, ir aumentando la ingesta energetica

– Los lactantes deben ponerse al pecho o se les debe ofrecer el biberón con mayor frecuencia- no es preciso recurrir a fórmulas o diluciones especiales. Los niños mayores y adultos deben recibir su alimentación y seguir sus vidas normales. Los niños, particularmente los pequeños, deben recibir una colación adicional luego de la resolución de su diarrea, para poder recuperar su crecimiento.

– Evitar jugos de fruta enlatados- son hiperosmolares y pueden agravar la diarrea.

Beneficios de la realimentación precoz
Se ha observado que la instauración de la alimentación completa habitual del niño tras 4 horas de rehidratación oral conduce a una mayor ganancia de peso y no conduce a una mayor duración de la diarrea o más incidencia de intolerancia a la lactosa. Además aumenta el bienestar del niño al poder comer libremente, sin ser sometido a dietas restrictivas, hipocalóricas y poco apetecibles para el paciente.
Tipo de alimentación. Los alimentos candidatos deben ser nutritivos, de fácil digestión y absorción, económicos, de sabor agradable y, sobre todo, carentes de efectos nocivos sobre el curso de la enfermedad.

Beneficios de la lactancia materna.

La evidencia científica disponible establece la necesidad de mantenerla, sin ninguna restricción, en los niños con gastroenteritis. La buena tolerancia es debida a varias razones, entre ellas una menor osmolaridad y un mayor contenido en enzimas que la leche de vaca y el aportar factores hormonales y antimicrobianos.
Fórmula/leche para lactantes. Una práctica habitual ha sido la de reiniciar la alimentación con
leches diluidas y, por lo tanto, hipocalóricas. Se ha demostrado que la mayoría de los niños con diarrea aguda pueden ser realimentados con una fórmula o leche sin diluir, sobre todo cuando a esto se añade el uso de una solución de rehidratación oral y el reinicio precoz de la alimentación.

Lactosa y leches especiales.

En la actualidad en nuestro medio en la mayoría de los niños con diarrea no está indicado una fórmula sin lactosa, hipoalergénica o hidrolizada. Habría que observar la aparición de signos o síntomas de malabsorción para detectar los contados casos en los que pudiera aparecer. Estaría indicada una leche sin lactosa en los casos de diarrea prolongada o recidivante en los que
en el análisis de heces se detecta un pH menor de 5,5 y/o la presencia de más de un 0,5% de sustancias reductoras.

Dietas mixtas.

En niños con una alimentación variada hay que mantener dicha dieta, pues existe una
adecuada absorción de macronutrientes. Se deben evitar alimentos con alto contenido en azúcares elementales, que pueden empeorar la diarrea por su efecto osmótico. Habrá que estimular de alguna forma la ingesta ofreciendo alimentos de sabor agradable, habituales en la alimentación del niño y, probablemente, de consistencia más líquida. Son mejor tolerados ciertos alimentos como hidratos de carbono complejos (trigo, arroz, patatas, pan y cereales), carnes magras, yogur, frutas y vegetales.

Suplementación con micronutrientes versus no suplementación

El zinc ha sido el principal micronutriente implicado en los procesos de diarrea. Se ha demostrado que la suplementación con zinc reduce significativamente la gravedad de la diarrea en niños en países en vías de desarrollo y disminuye los episodios posteriores de diarrea. No está claro su mecanismo de acción, aunque parece que es favoreciendo el efecto inmunológico y la recuperación epitelial. La evidencia disponible ha llevado a la OMS y UNICEF a recomendar en países en desarrollo el tratamiento con zinc de todos los niños con diarrea (2), aunque algunos autores sostienen que esto no sería aplicable en la población pediátrica europea (11).

Tratamiento con probióticos versus no tratamiento con ellos

Probióticos: Se definen como preparaciones o componentes de células microbianas viables, que administrados en dosis adecuadas tienen un efecto benéfico en la salud del hospedero. Su uso como fermentadores para incrementar el sabor y el valor nutricional es común en la industria alimenticia. Debido a la gran cantidad de compuestos que existen en el mercado, se ha propuesto una definición más estricta para los probióticos: deben ser de origen humano, no patógenos, resistentes al procesamiento, estables en secreciones ácidas y biliares, adherirse a la pared epitelial, tener capacidad de persistir en el tracto gastrointestinal y tener influencia en la actividad metabólica local(6).

Según la Organización Mundial de Gastroenterología (4) los probióticos como el Lactobacillus GG (ATCC 53103) son microrganismos vivos que han demostrado tener efectos beneficiosos sobre la salud humana. Sin embargo, los efectos descritos son específicos para cada cepa, por lo que es preciso verificar la eficacia de cada cepa individual en estudios en humanos. No es posible hacer una extrapolación de los resultados de cepas, ni siquiera en cepas muy parecidas; se han comunicado efectos muy diferentes.

Los ensayos controlados de intervención clínica y meta análisis avalan el uso de cepas de probióticos y productos específicos en el tratamiento y prevención de la diarrea por rotavirus en los lactantes.

Un consenso internacional, en 2014, recomendó que se utilice el término probiótico solamente en referencia a productos que contengan microorganismos vivos, en recuento adecuado, de cepas definidas, que puedan otorgar algún beneficio para la salud(9)

Se ha confirmado que hay diferentes cepas de probióticos incluyendo L. reuteri ATCC 55730, L. rhamnosus GG, L. casei DN-114 001, y Saccharomyces cerevisiae (boulardii) son útiles para reducir la gravedad y la duración de la diarrea aguda infecciosa infantil. La administración oral de probióticos abrevia aproximadamente en un día la duración de la enfermedad diarreica aguda en niños.

Se han publicado varios meta análisis de ensayos clínicos controlados en revisiones sistemáticas que muestran resultados consistentes, sugiriendo que los probíoticos son seguros y efectivos. La evidencia que surge de los estudios sobre gastroenteritis viral es más convincente que la que surge de las infecciones bacterianas o parasitarias.

Asimismo, la revisión sistemática titulada como: “Efficacy of Lactobacillus rhamnosus GG in treatment of acute pediatric diarrhea: A systematic review with meta-analysis”, la cual posee un nivel de evidencia I y grado de recomendación A, de acuerdo a la expertise de la investigadora. El comentario crítico permitió concluir que el tratamiento con Lactobacillus rhamnosus GG es capaz de reducir la diarrea aguda en edad pediátrica y que su uso racional comprende: dosis adecuada (≥ 1010 UFC al día) y momento de la intervención (antes del segundo día de inicio de los síntomas), siempre que el rotavirus sea el agente causal de la diarrea.(8)

Aplicando los criterios de la disciplina medicina basada en la evidencia, de acuerdo con las revisiones sistemáticas y meta-análisis disponibles, el uso de probióticos se ubica dentro de calidad de la evidencia grado I y fuerza de recomendación B. Sin embargo, cuando se analiza el beneficio desde el punto de vista clínico, es difícil establecer una recomendación para su utilización en forma rutinaria. En general, los probióticos son seguros, sin embargo, no son inocuos y deben considerarse los factores de riesgo subyacentes. Finalmente, no es posible establecer aún el impacto de los micronutrimentos como medida general en población abierta para disminuir la morbilidad y mortalidad asociada a diarrea aguda.(3)

Los estudios son heterogéneos en su metodología y muestran resultados dispares, incluso contradictorios. En la interpretación de éstos es imprescindible tener en cuenta las cepas de probióticos utilizadas, las dosis administradas y las características de los pacientes en quienes fueron probadas.(10)

Antes de emplear los suplementos disponibles en el mercado (probióticos, prebióticos, micronutrimentos), es necesario que el médico revise cuidadosamente las formulaciones, presentación, control de calidad, y efectos adversos registrados, para que elija el suplemento con la mayor eficacia de acuerdo al tipo de paciente, anticipe los efectos adversos y pueda detectar las complicaciones oportunamente.

Prevención

Higiene
Dado que la vía de contagio principal es la fecal-oral es primordial reforzar la higiene ambiental en
el medio familiar, con una limpieza adecuada de las manos y los objetos empleados en la manipulación de niños con diarrea.

Vacunas
En los últimos años se han desarrollado vacunas frente a algunos de los agentes productores de gastroenteritis, sobre todo frente a rotavirus, principal causa de diarrea grave infantil. En la actualidad están disponibles dos vacunas seguras y eficaces frente a la enfermedad grave por rotavirus producida por los tipos más prevalentes en patología humana. Ambas son de
administración oral en dos (monovalente humana, Rotarix®) o tres dosis (pentavalente bovina-humana Rotateq®), pudiéndose administrar con las vacunas habituales. En Europa la ESPGHAN y la Sociedad Europea de Enfermedades Infecciosas Pediátricas (ESPID) en sus recientes recomendaciones consideran la incorporación de la vacuna antirotavirus en todos los calendarios europeos (2).

CONCLUSIONES

El proceso diarreico es una enfermedad muy común, autolimitada y que con un adecuado tratamiento no debería de suponer de importancia con respecto a acarrear ingresos hospitalarios. Para ello, se debe tener claro la importancia de una correcta rehidratación, fundamentalmente con sueros de rehidratación orales al estar específicamente preparados para ello y tener los nutrientes y minerales esenciales para una adecuada reposición de líquidos. El inicio de la realimentación precoz es también de fundamental importancia, y debido a las actuales recomendaciones de la OMS y AEP hay que reiniciar la alimentación poco a poco pero con la misma dieta que se tenia antes del inicio de la enfermedad, tanto en el niño y adulto, como en el lactante, el cual debe seguir con la alimentación que llevará previamente, tanto si es con lactancia materna como alimentación de formula. Así mismo, hay una fuerte recomendación con respecto a la suplementación en zinc, la cual recomiendan a los niños menores de 5 años de manera rutinaria. El uso de protéticos es un tema altamente estudiado y con resultados a veces contradictorios, se recomienda que sea el médico el que valore según el tipo de diarrea, la cepa más adecuada en el caso de querer suplementar con probioticos. El uso de otro tipo de medicación no suele estar recomendado, pudiéndose usarse en caso puntuales según prescripción médica. Con todo ello, y teniendo claros los pasos a seguir, la diarrea y la deshidratación pueden tratarse e incluso acortar su duración y evitar ingresos. Para una adecuado autocuidado y cuidado de menores enfermos es de vital importancia que las recomendaciones dadas sean actualizadas y homogéneas por parte de todo el personal sanitario al que los pacientes acudan.

BIBLIOGRAFIA

  1. Enfermedades Diarreicas. Mayo 2017. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/diarrhoeal-disease. Consultado: 11 de octubre de 2021
  2. Roman Rieschmann E, Barrio Torres J, Lopez Rodiguez MJ. Diarrea aguda. Protoc la Soc Española Gastroenterol Hepatol y Nutr Pediátrica y la Soc Española Pediatría 20 (2009). Disponible en: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/diarrea_ag.pdf. Consultado: 11 de octubre de 2021
  3. Miranda-Novales María Guadalupe. Probióticos y micronutrimentos ¿Son útiles para el tratamiento de la diarrea aguda?. Bol. Med. Hosp. Infant. Mex. [revista en la Internet]. 2008 Jun [citado 2021 Oct 10] ; 65( 3 ): 157-166. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-11462008000300001&lng=es.
  4. Guía Práctica de la Organización Mundial de Gastroenterología: Diarrea Aguda. Marzo 2008. Disponible en: http://www.worldgastroenterology.org/assets/export/userfiles/2012_Acute%20Diarrhea_SP.pdf. Consultado: 11 de octubre de 2021
  5. Dennehy P. Acute diarrheal disease in children: Epidemiology, prevention, and treatment. Infect Dis Clin North Am. 2005; 19: 585-602.
  6. De Moráis MB, Abe Jacob MC. The role of probiotics and prebiotics in pediatric practice. J Pediatr (Rio J). 2006; 82 Suppl 5: SI89-97
  7. Lukacik M, Thomas RL, Aranda JV. A meta-analysis of the effects of oral zinc in the treatment of acute and persistent diarrhea. Pediatrics. 2008; 121: 326-36
  8. Pinedo Ramos, JN. Revisión critica: efectividad del lactobacillus rhamnosus FF como tratamiento de la diarrea aguda en edad pediatrica. Diciembre 2020. Disponible en: http://repositorio.uwiener.edu.pe/handle/123456789/4218. Consultado: 11 de octubre de 2021
  9. Hill C, Guarner F, Reid G, Gibson G, Merenstein D, Pot B, et al. Expert consensus document. The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics consensus statement on the scope and appropriate use of the term probiotic. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 2014; 11(8):506-14
  10. Machado Karina. Probióticos para o tratamento e prevenção da diarréia aguda em criancas. Arch. Pediatr. Urug. [Internet]. 2020 Feb [citado 2021 Oct 10] ; 91( 1 ): 35-45. Disponible en: http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-12492020000100035&lng=es.  Epub 20-Feb-2020. http://dx.doi.org/10.31134/ap.91.1.6.
  11. Zamorano J. Controversias en el manejo de la diarrea infecciosa. Medwave 2009 Sep;9(9):e4122 doi: 10.5867/medwave.2009.09.4122. Disponible en: https://www.medwave.cl/link.cgi/Medwave/PuestaDia/Congresos/4122. Consultado: 11 de octubre de 2021