incremento del daño oxidativo, como consecuencia del exceso de radicales libres, de las proteínas y otros elementos celulares, además, de la disminución de la actividad de las enzimas que participan en la degradación y remoción de proteínas dañadas, lo cual pueden alterar la función celular (16). No obstante, el envejecimiento no está necesariamente asociado de la pérdida de las habilidades cognitivas, por lo cual en la enfermedad de Alzheimer deben participar otros factores.
En el presente estudio encontramos que la tasa de mortalidad de enfermedad de Alzheimer en Venezuela, se incrementó progresivamente entre 1988-1998 en los grupos de 70-74, 75-79 y mayores de 80 años. Asimismo, es conocido el incremento de la edad mediana al morir y de la esperanza de vida al nacer en los últimos años. Estos datos pueden reflejar un aumento de la supervivencia o un aumento de la incidencia de enfermedad de Alzheimer en los grupos de más edad.
Con relación al género, la mayoría de los estudios europeos encontraron, una mayor prevalencia de enfermedad de Alzheimer en las hembras (14,15). En nuestro estudio observamos que la tasa de mortalidad de esta enfermedad fue superior para las hembras, un hallazgo similar fue reportado en Japón (6).
La menor morbilidad y mortalidad de la enfermedad de Alzheimer en los varones ha sido atribuido a la disminución gradual de la testosterona y a que las neuronas tienen la habilidad de convertir a esta hormona en estradiol, lo cual puede explicar la menor incidencia de desórdenes cognitivos en los varones (17). Este razonamiento aparentemente no es válido en la enfermedad de Parkinson debido a que los índices epidemiológicos de esta enfermedad son superiores en los varones, aun en la subpoblación de pacientes con demencia (18,19).
La tasa de mortalidad de la enfermedad de Alzheimer en Venezuela, y la de Japón (6) son similares y a su vez, inferiores a la reportada en Estados Unidos (5). Así por ej., en 1995 las tasas de mortalidad por 106 habitantes fueron de 27 y 4 en Estados Unidos y Venezuela respectivamente. Además, en un mismo país se han observado diferencias en la tasa de mortalidad en distintas regiones. Lo anterior pudiera atribuirse a variaciones ambientales y genéticas que aumenten o disminuyan la prevalencia de la enfermedad o a un mejor registro sanitario en los servicios de salud.
Palabras Clave: Venezuela, Morbilidad.
Al comparar las tasas de mortalidad de la enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson en Venezuela encontramos que ambas aumentaron exponencialmente con la edad y que la tasa de mortalidad de enfermedad de Parkinson fue mayor para los varones en todos los grupos de edad. Estos resultados están de acuerdo con otros estudios y aportan evidencias de que la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson comparten algunas características epidemiológicas, lo cual, junto con similitudes clínicas y neuropatológicas, sugiere que estas patologías no son, totalmente, entidades separadas y distintas (18,20).
La tasa de mortalidad de enfermedad de Alzheimer en Venezuela, fue inferior a la reportada en estudios europeos y de Estados Unidos; y baja al compararla con las tasas de mortalidad de las principales causas de muerte de nuestro país, tales como, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Sin embargo, basándonos en que la tasa de mortalidad de enfermedad de Alzheimer mostró un incremento lineal en el período estudiado y además hubo un aumento de la población de mayor riesgo de padecer la enfermedad, podemos pensar que en Venezuela, al igual que en el resto del mundo, la morbilidad por la enfermedad de Alzheimer podría aumentar en el futuro.
A continuación responderemos unas de las preguntas más controversiales acerca sobre la demencia senil:
¿En qué consiste el proceso de incapacitación?
La pérdida progresiva de capacidad que sufre el enfermo de alzhéimer puede llegar a plantear problemas de tipo legal, que es importante prever para poder protegerle adecuadamente cuando ya no pueda seguir ocupándose personalmente de sus asuntos.
El enfermo de alzhéimer a medida que la enfermedad evoluciona, va perdiendo la capacidad para realizar determinadas actividades, así como la comprensión y alcance de los actos que realiza y la noción del valor del dinero, no obstante desde el punto de vista legal tiene capacidad plena.
Esta situación puede suponer para sí mismo y para los familiares un problema grave. Por ello es necesario poder establecer un mecanismo de protección y esto se consigue mediante el nombramiento de un tutor, pero previamente es preciso que un juez reconozca que el enfermo ha perdido su capacidad. Es lo que jurídicamente se denomina como declaración de incapacitación.
Palabras Clave: Sanitarios, Cardiovasculares, Incapacitación.
¿Cuánto se sabe acerca de las posibles causas de la enfermedad de Alzheimer?
Actualmente una parte importante de la investigación va dirigida a intentar establecer las causas de la enfermedad, aunque por el momento queda mucho por descubrir en este sentido.
Se sabe que la enfermedad es más común en edades avanzadas, pero se desconocen los factores desencadenantes de los cambios característicos que se producen en el tejido cerebral de quienes la padecen. Se sabe que estos cambios cerebrales están asociados al envejecimiento, pero también que no son parte del proceso normal de envejecimiento. En algunos casos, estos cambios se producen a una edad relativamente temprana.
Aunque se cree que la genética puede jugar un papel, son raros los casos en los que una anormalidad genética es causa de la enfermedad. La opinión general es que los genes únicamente contribuyen a aumentar la susceptibilidad de una persona a padecer la enfermedad. Parece que, al menos en algunos casos, hay factores ambientales que contribuyen a desencadenar la enfermedad. Lo que está claro es que la enfermedad de Alzheimer no es infecciosa y que no está causada por un infra o sobreuso del cerebro. Aunque a veces la enfermedad se manifiesta tras un periodo de estrés o preocupación, no se cree que estos estados emocionales sean su origen. Tampoco se cree que un traumatismo o una operación puedan desencadenarla. En ocasiones se ha dicho que la dieta o que algunas deficiencias hormonales pueden contribuir a su desarrollo, pero la mayoría de los especialistas no aceptan esta propuesta, como tampoco se acepta la idea de que el aluminio en la dieta puede tener algo que ver.
Así pues, todavía hoy no se conoce la causa principal. Sí se sabe que se trata de una enfermedad edad-dependiente -es decir, es más frecuente cuanto mayor se es- y que existen muchos factores que influyen en su génesis.
¿Se puede prevenir