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Autocuidado de la salud de las profesionales de Enfermería

decir, al máximo de sus posibilidades).

8. Busca el bienestar y la felicidad de las personas que la ejercen y protege sus intereses.

9. Está motivada más por su compromiso con la causa que sirve, que por sus consideraciones de tipo económico.

10. Se ajusta a un código de conducta basado en principios éticos.

11.Convoca la unión de sus miembros con el propósito de alcanzar fines comunes.

12. Se gobierna a sí misma.

A la luz de los criterios hasta ahora expuestos, vemos que la Enfermería profesional ha de ser un servicio dedicado a lograr el bienestar humano y social, y lo llevara a cabo aplicando sus conocimientos y habilidades al mantenimiento o restauración de la salud, a la prevención de las enfermedades y al cuidado de los enfermos. Los servicios profesionales de Enfermería han de ayudar a alcanzar los requerimientos sociales, físicos, emocionales y espirituales de los seres humanos. La responsabilidad fundamental de Enfermería es prestar cuidados al individuo, familia y comunidad ocupándose de los aspectos psicosomáticos y psicosociales de la vida que afectan tanto a la salud como a la enfermedad e incluso a la muerte.

De igual modo, Raile, M. y cols. (2011) afirman que a mediados del siglo XIX, Nightingale escribió que el conocimiento enfermero es distinto del conocimiento médico. Describió que la función propia de una enfermera era el hecho de poner al paciente en las mejores condiciones para que la naturaleza (Dios) actuara sobre él o ella. Propuso la idea de que la Enfermería se basaba en el conocimiento de las personas y de su entorno, una base de conocimiento distinta a la usada por los médicos en su práctica. Hasta la confirmación de la Enfermería como ciencia alrededor de 1950, la practica enfermera se basaba en principios y tradiciones que se habían mantenido mediante la educación del aprendizaje y manuales de procedimientos hospitalarios.

Salud

En primer lugar la declaración de Alma-Ata en 1978 reitera firmemente que la salud, estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, es un derecho humano fundamental y que el logro del grado más alto posible de salud es un objetivo social sumamente importante en todo el mundo, cuya realización exige la intervención de muchos otros sectores sociales económicos, además del de la salud.

Por otra parte, Ponte, C. (s/f) Durante siglos la salud fue entendida como “ausencia de enfermedad” hasta que en 1947 la OMS modifica este concepto y pasa a definir la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad”. La incorporación del factor social como determinante de la salud, además de los factores, físico y mental, tradicionalmente considerados, supuso un cambio sustancial porque la salud dejo de depender en exclusiva del mundo de la sanidad para integrarse también en el mundo social. Con ello se impulsa la consideración de la salud como un derecho social básico de todas las personas, situando el estado ante la disyuntiva de ejercer la protección de este derecho. Es incuestionable que la salud guarda una relación íntima con el derecho a la vida y a la dignidad de los ciudadanos y que, además, cualquier limitación en el acceso a los servicios sanitarios es causa de exclusión social.

En primer lugar, según la Ley orgánica de salud, en el art 2º se entiende por salud no solo la ausencia de enfermedades sino el completo estado de bienestar físico, mental, social y ambiental.

En el mismo orden de ideas, Oblitas, L. y otros (2006) definen la salud en sentido amplio, como el bienestar físico, psicológico y social, va más allá del esquema biomédico, abarcando la esfera subjetiva y del comportamiento del ser humano. No es la ausencia de alteraciones y de enfermedad, sino un concepto positivo que implica distintos grados de vitalidad y funcionamiento adaptativo. Desde el punto de vista subjetivo, está relacionada con un sentimiento de bienestar. Los aspectos objetivos de la misma tienen relación con la persona. Además, la salud es un estado y al mismo tiempo, un proceso dinámico cambiante. Continuamente sufrimos alteraciones en nuestro medio interno, físico y psicológico así como nuestras relaciones interpersonales, las cuales suponen permanentes reestructuraciones de nuestros esquemas internos.

Del mismo modo, Elizondo, y cols. (2005) define que es común pensar que la salud es la ausencia de enfermedad o de invalidez. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “un estado de completo bienestar físico, mental y social” y no solamente el no estar enfermo o invalido, pues tanto el bienestar físico, como el mental y el social están íntimamente relacionados. Difícilmente se puede dar un bienestar total si estas físicamente bien pero social o anímicamente alterado. De igual manera, no resulta sencillo tener una actitud positiva y estar alegre si físicamente padeces alguna enfermedad. Tu salud es un estado continuo. Cambia año con año y día con día, dependiendo de factores mentales, físicos, sociales y ambientales. También depende de tu habilidad para mantener comportamientos saludables a lo largo de la vida.

Así mismo, según Gispert, C. y cols. (2000), explica que la salud es el bienestar físico, mental y social con ausencia de enfermedad y de otras circunstancias anormales. En el mismo orden de ideas, Castrillón (1997), sostiene que el concepto de salud estuvo ausente por mucho tiempo, no solo la filosofía y objetivos para la formación de profesionales en salud, sino de todo el proceso pedagógico. El concepto salud, aparece asociado con distintas ideas y ha sido concebido como un derecho básico, como fin y medio para alcanzar el desarrollo; como equilibrio dinámico con el medio ambiente; como completo bienestar físico, mental y social; o como un proceso en construcción que exige un continuo replanteamiento conceptual. Hasta comienzos del decenio de los noventa, la salud no aparecía como objeto de reflexión que orientara la formación de distintos tipos de profesionales.

Así mismo, Duno, R. (s/f) afirma que existen diez mandamientos de la salud:

  1. Mantener toda la vida un peso adecuado.
  2. Desayunar todos los días.
  3. Ejercicio físico regular y efectivo.
  4. Cumplir los 10 mandamientos de la alimentación.
  5. Controlar la angustia y la depresión.
  6. Dormir bien 8 horas, sueño normal y despertar feliz.
  7. Evacuación, micción y apetitos normales.
  8. Moderación ante todo. Consumir lo menos posible café, cigarrillos y alcohol.
  9. Chequeo médico periódico.
  10. Tener exámenes de laboratorio en la normalidad.

Del mismo modo hace mención a los diez mandamientos de la alimentación: