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Influencia del consumo de medicamentos en la salud de los ancianos

en el País, Estado, ni Municipio.

Como antecedente histórico hace años se entendía por paciente geriátrico a la persona mayor de 65 años que presentaba generalmente una poli patología y que en el cuadro agudo, físico, psíquico o social, provocaba una dependencia y una incapacidad para las actividades de la vida diaria. (1,2,).

Posteriormente se introdujo el concepto no plenamente consensuado, de “Anciano Frágil” o de alto riesgo, que presenta como características específicas un mayor riesgo de ser ingresado en alguna institución socio sanitario, de manera prematura o poco adecuada debido a su problema de soledad y patología crónicas acompañantes así como por su edad avanzada (1,2,).

Esta situación es consecuencia del progresivo envejecimiento de la población y de los problemas socio sanitarios que ello conlleva. En el Articulo de la Revista Boletín Fármaco Terapéutico Valenciano del año 2000, se plantea que los mayores de 65 años consumen un 30% de fármacos, que el envejecimiento en los países desarrollado se prevé que continué en aumento y que en el año 2050 España será uno de los países mas envejecidos de Europa ya que tendrá un 31.5% de población mayor de 65 años, solo por detrás de Irlanda y por delante de Italia que tendrán un 34.3% y un 31.3% respectivamente. Francia en cuarto lugar tendrá un 26.8% y Suecia solo un 22.9%. Coincidiendo con autores como Baztan; Valero; Regalado, Carrillo, expresando lo mismo en su artículo Evolución de la Fragilidad en el anciano en un estudio realizado en 1997 y otras publicaciones como Geriatría XXI de Madrid 2000. (1, 2,3; 4,5).

El número creciente de personas de edad avanzada en la población mundial ha centrado la atención sobre la investigación gerontológica y geriátrica. En Cuba, la población con edades mayores de 60 años en 2006 era de aproximadamente el 15,3 % de la población total. (1, 2,3; 4,5).

El incremento de la población de personas seniles se debe a los avances en el campo de la medicina y la nutrición. En los países muy desarrollados también deben considerarse la mejora de las condiciones de vida y el mayor número de servicios de salud pública. (1, 2,3; 4,5).

Todos estos datos justifican, por una parte, el interés por el estudio de los fenómenos del envejecimiento −gerontología− y, por otra, la preocupación de la medicina preventiva y social por la profilaxis y el tratamiento de las situaciones y enfermedades que acosan a las personas de edad avanzada −geriatría. (1, 2,3; 4,5).

En la última década y sobre todo desde el año 2000 cuando se publico el famoso documento del Institute Of. Medicine de Estados Unidos sobre los errores médicos ha habido numerosas publicaciones al respecto, sin embargo hay un aspecto que tienden a dejarse de lado y que debe ser parte del error médico en las prescripción, el recetarle al anciano medicamentos que tienen especiales riesgos a su edad. La polifarmacia y auto prescripción de medicamento por iniciativa propia o de los familiares o por recomendaciones del farmaceuta complican la situación por la interacción de los medicamentos (1).

Algunos autores como Marín Torres y Rosa M en un estudio realizado sobre la salud de las personas mayores en la comunidad Valenciana en 1997 plantean que hay características especiales en los ancianos como son: alta prevalecía de enfermedades crónicas, existencia de problemas de salud no declarados por considerarlos normales, la presentación atípica de síntomas que pueden dificultar su diagnostico, tratamiento de la enfermedad en el anciano que reviste importancia mejorar la autonomía del anciano y su readaptación a su medio habitual interviniendo sobre el paciente y su entorno, alto recursos de consumo sanitario respecto a otros grupos etarios, perdida en muchos casos de la capacidad para entender y asumir su propio tratamiento. También Rivera Casado en 1998 en su Artículo La Terapéutica Farmacológica en Geriatría hace alusión a este tema planteando de igual forma lo anteriormente expuesto. (“6,7)

Las modificaciones en las concentraciones plasmáticas debido a un aumento en las concentraciones máxima alcanzadas se traduce en un efecto terapéutico superior al esperado para la dosis administrada, hecho que se pone de manifiesto en el trabajo investigativo y que coincide con estudio realizados con Lázaro del Nogal y Rivera Casado expresado en su artículo Las Características Generales de la Terapéutica en la Geriatría y los Principales Fármacos Utilizados en 1988(.7, 8)

En estudios realizados ante la comercialización de nuevos medicamentos no se suele incluir la población geriátrica, a pesar de que muchos de ellos están dirigidos al tratamiento de patologías o síntomas propios de este grupo de edad, y de ser el grupo etario de mayor consumo farmacológico por lo que hay que tener especial precaución ante la prescripción de nuevos medicamentos a personas de edad avanzada. (6,7)

En estudios de individuos entre 30 y 80 años se observan cambios fisiológicos que también pueden modificar las respuestas de los organismos a los fármacos lo más importantes son:

1      La velocidad de conducción nerviosa disminuye un 15% con la edad.

2      El gasto cardiaco en reposo disminuye un 30% es decir el corazón pierde una cantidad importante de la fuerza de bombeo.

3      La capacidad pulmonar total disminuye alrededor de un 50% en estos años.

4      La cantidad de sangre que pasa por el riñón disminuye un 50% y la que pasa por el cerebro en un 25%.

5      La captación de oxigeno por la sangre disminuye a un 70%

En cuanto a la epidemiología farmacológica en el anciano en la encuesta nacional de salud, Libro Blanco de la Tercera Edad en España se observa como los pacientes mayores de 65 años que consumen fármacos son alrededor de un 73% en un periodo comprendido entre 1985 a 1993; resultado no muy lejano al de nuestra investigación.

Los fármacos más usados según los datos de abril de 1998 en seguridad social son:

1)     Vasodilatadores periféricos un 12.3%

2)     Antirreumáticos un 10.7%

3)     Expectorante en un 7.2%.

4)     Analgésico en un 5.1%.

5)     Tranquilizante en un 5.6%

6)         Otros hipotensores 4.2%, antiácidos 3.0%, broncodilatadores 4.1%, antidiabéticos orales 4.1%(9,10)

Resultados similares arrojan nuestro estudio ocupando un por ciento elevado de medicamentos consumidos los analgésicos, antirreumáticos y tranquilizantes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) emite estudio de utilización de medicamento con el objetivo de lograr una práctica terapéutica racional y mejorar el nivel de conocimiento para aumentar la capacidad de toma de decisiones sobre el uso de fármaco por los facultativos. Las modificaciones que el envejecimiento