medida de la falta de trabajo preventivo y promocional con los pacientes de edades tempranas que tienen antecedentes de Diabetes Mellitus, con el objetivo de prevenir el incremento de la enfermedad.
El grafico numero 2 nos muestra el promedio de las cifras de glucemia inicial que se obtuvieron de los pacientes de la muestra estudiada, donde lo dividimos en dos grupos, el grupo I (cifras de glucemia menor de 200 mg/dl) y el grupo II (cifras de glucemia mayores de 200 mg/dl), para una mejor comprensión; donde existió una equivalencia entre los dos grupos con 5 casos para un 20.83%, pero tener en cuenta que los cifras en ambos grupos difieren, en el grupo I, 5 casos con cifras de 80 mg/dl, mientras que en el segundo grupo las cifras acceden las 300 mg/dl. Coincidiendo con estudios antes realizados donde las cifras iníciales son muy variables, y pueden cambiar en dependencia de la terapéutica a utilizar en estos pacientes (6).
La tabla numero 2 expone la relación entre los valores de glucemia hallados en cada grupo con los días de internación y la mortalidad, donde el grupo I de forma general tuvo una mayor incidencia con 13 casos con cifras iníciales de glucemia entre 60- 199 mg/dl, en un periodo de internación prolongado, para un 54.16% y se constata que el promedio de mortalidad es más factible con solo 3 muertes para un 23.07%, mientras que el grupo II que tuvo una menor incidencia con 11 casos con cifras iníciales de glucemia entre 200- 425 mg/dl, en un periodo de internación corto, fue de un 45.84%, donde el promedio de mortalidad fue superior con 7 muertes para un 63.63%. Tener en cuenta que el análisis de la mortalidad en nuestro estudio así como la supervivencia demostrada significó un paso superior en la calidad de la asistencia médica, además los fallecidos no fueron por Diabetes Mellitus, sino por otras causas, pero se debe resaltar que la cantidad de fallecidos en el años que se evalúa, todos eran pacientes diagnosticados como diabéticos, es por ello que queremos demostrar; que tanto influencio las sustancias reactivas de oxígenos en el desencadenamiento de la muerte de estos pacientes diabéticos, para estudios posteriores, donde se puedan cuantificar las pruebas de laboratorio, no presentes en dicho estudio.
En la tabla número 3, aparecen las patologías asociadas de los pacientes diabéticos ingresados en la UCI, en el periodo a evaluar, existiendo una equivalencias de 7 casos en las Insuficiencias respiratorias Agudas y los Accidentes Cerebro Vasculares para un 29.19% respectivamente, lo mismo sucedió con las que la siguen, el Shock Séptico y la hipertensión arterial (HTA), con 6 casos cada una para un 25%, dentro de las complicaciones propias de la diabetes, hubo predominio de las humorales, como la hiperglucemia que estuvo presente en el 45.84% de los casos y también dentro de ellas pero con una menor incidencia la cetoacidosis y las macro y microvasculares con 1 caso para un 4.16% respectivamente.
A pesar que la muestra de nuestro estudio no es tan significativa, como el resto de los estudios antes realizados por otros autores, podemos ver que tanto las patologías asociadas como las complicaciones tiene gran similitud en incidencia y promedios (10).
En la tabla número 4, se expone los tratamiento utilizados en los pacientes diabéticos que ingresaron en la UCI en el periodo a evaluar, la cual la dividimos en los dos grupos de estudio por la razón que no todos llevan el mismo seguimiento con el tratamiento, dependiendo esto de sus cifras iníciales de glucemia. En el grupo I, vemos que el tratamiento más utilizado fue la insulina simple (Novolin) con 6 casos para un 46,15 del total de 13 clasificados en este grupo y nos resulta importante señalar que 5 solo mantuvieron regulada la glucemia con la dieta, sin necesidad de administrar ningún hipoglucemiante.
El grupo II también mostro un elevado uso de insulina simple (Novolin) en 10 casos de un total de 11 casos para un 90.90%, pero 7 de ellos necesitaron terapia combinante con Insulina Lenta (70/30) en algún momento de su estadio en el servicio, para un 63.63%. Conocemos por estudios anteriores que en los servicios de cuidados intensivos, la infusión continua de insulina ha mostrado ser el método más eficaz para alcanzar los rangos deseados de glucosa sanguínea. Debido a la vida media muy corta de la insulina en la circulación, la administración intravenosa permite ajustes de dosificación rápidos para corregir los niveles de glucosa. Numerosos ejemplos de algoritmos de infusión continua de insulina se han descrito en la literatura. Tradicionalmente, las formas para medir y ajustar (titratedrip) la insulina intravenosa y alcanzar el control glicémico deseado, mediante algoritmos pre-establecidos o a través de la aplicación de reglas matemáticas, se han utilizado en la práctica clínica.
Las ERO pueden generar considerables daños a las células, afectando directa o indirectamente moléculas de importancia biológica. Múltiples han sido las patologías asociadas a este estado y evidencias sobran para relacionarlo con las complicaciones que se observan en la diabetes mellitus (22). Es por ello que no es descabellado pensar en una terapia antioxidante con tal de prevenir o disminuir los efectos de la hiperglucemia crónica sobre los órganos y tejidos de estos pacientes. Véanse algunos ejemplos.
La disminución de la generación de ERO ha sido demostrada in vivo en modelos animales de ratas diabéticas cuando estas se tratan con el antioxidante alfa-tocoferol (22). Otros experimentos en estos animales han indicado que la muerte de los cardiomiocitos inducida por la hiperglucemia puede prevenirse por el tratamiento con antioxidantes. Lo anterior pudiera constituir un blanco para evitar las afectaciones del corazón en pacientes diabéticos.
Estudios recientes muestran que el tratamiento con ácido alfa lipoico mejoró significativamente la neuropatía diabética, así como las defensas antioxidantes de pacientes con diabetes mellitus tipo 1. Otros reportes han sugerido que la terapia antioxidante puede mejorar el funcionamiento vascular en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 pero no en los tipos 224. No obstante, otros autores han observado que la administración de ácidos grasos de la serie omega-3 presenta un efecto beneficioso sobre los niveles séricos de lípidos, HDL y enzimas antioxidantes, además de disminuir la peroxidación lipídica.
Todo lo anterior muestra que aunque existen discrepancias en algunos resultados, es factible un tratamiento antioxidante para evitar las complicaciones observadas en los pacientes con diabetes mellitus. Los esfuerzos también pudieran encaminarse a la búsqueda de inhibidores selectivos de enzimas específicas implicadas en la generación directa o indirecta de ERO como pueden ser la NADPH,H+ oxidasa y las proteínas quinasas C (30). Los antioxidantes principales son vitamina C (cítricos, fresas, guayabas, pimiento, brócoli y