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Enfermería naval en la ilustración

medicinas, cajas para instrumentos de cirugía y “trépano”.

Equipamiento para la preparación de medicinas:

Aunque destinado al boticario (que embarcaba en excepcionales ocasiones), se componía de:

Almirez con su mano, mortero de piedra con su mano, medidas para jarabes, pesas y balanza, ungüentos con sus tapas, peroles, cubiletes de estaño, embudos, espátula, cedazo, tamiz, cucúrbita de tierra vidriada para destilaciones, alambique o alquítara para destilaciones.

Al margen de este material, en 1761 se aprobó que la Enfermería de todos los buques habrían de incluir los siguientes efectos:

Alfileres, agujas, hilas, estopa, hilo blanco, olla de cobre, cazillo con rabo, ayudas de peltre, ayudas pequeñas, almirez con mano, cazeta y cuchara, medida de latón, peso de balanzas, peso de granos fino, granatario, marco de media libra, tazas de peltre, cubiletes de peltre, ungüentera de lata, hoja de lata, espátula de hierro y palo, manos de papel blanco y de estraza, coladores de bayeta.

(2) También llamada Chofeta. Era un braserillo de hierro o barro para sahumar o quemar hierbas aromáticas

(3) Cuba de forma troncocónica, utilizada para guardar el agua, hecha con duelas de madera sujetas con aros de  hierro

(4) La colación de ventosas y sanguijuelas podían hacerla los barberos, mientras que la sangría por incisión con lanceta la realizaba el cirujano, por eso las lancetas figuran en cargos diferentes

(5) Alfileres grandes

Pero en 1789 se dieron de baja:

Cazillos con rabo, cazeta, cuchara y espátula de palo.

Se dieron de alta:

Mortero de vidrio, tamiz de crin, de seda y colador de lienzo.

Increíblemente, las hilas y estopas incluidas en el cargo de 1761 fueron suprimidas en 1770, con el consabido desastre que ello supuso en tiempos de guerra, de ahí que en 1797 todas las Enfermerías fueron dotadas de: varas de lienzo, libras de hilas, vendajes de 18 cabos, férulas para fracturas, cajas de fractura, vendajes de 6 cabos de Galeno, vendajes de cuerpo, de 2 pulgadas de ancho y 12 varas de largo, vendas comunes de 6 varas de largo, compresas cuadradas de cuarta y media, compresas cuadrilongas de cuarta de ancho y 3 cuartas de largo, torniquetes de metal o de madera y tortores de cada especie, piezas de cinta blanca, libras de estopa fina, agárico bueno, cerillas, papel blanco, de estraza y alfileres.

Con respecto a las dietas, como recurso terapéutico, el Marqués de la Victoria dedica un apartado especial en su “Reglamento General de quanto abraza el total armamento de los Navíos, Fragatas y Corbetas de la Real Armada” aprobado en 1790. Dicho apartado “Dietas que se embarcan para los enfermos de los navíos” se componía de: Terneras o vacas, carneros, toneles y sacos de chícharos(6), sémola y garbanzos, barril de arroz, de pasas, de almendras, de huevos en sal y de azúcar, pilones de azúcar blanco, botijas de manteca, botes de especias, serones de carbón, gallineros, bebedero y comedero para las gallinas.

En 1797 se aprobó un Reglamento de cantidades y tipos de dietas, donde aparece por primera vez el chocolate, sémola, fideos finos, vino de Jerez y dreche (7).

Una jornada sanitaria a bordo.-

Comenzaba a las 7 a.m. con los enfermos de la Enfermería; curas, administración de remedios y horario de consulta para la dotación, tras el toque de almirez como llamada, era lo siguiente. En la Enfermería existían cinco cuadernos, el primero se reservaba para los hospitalizados, sus curas, remedios y evolución. El Cirujano Primero disponía de otro para anotar los pacientes vistos, diagnósticos y tratamientos. También el Cirujano Segundo tenía otro cuaderno con toda la medicación prescrita a cada enfermo. Los dos últimos cuadernos eran para el Barbero, en uno anotaba remedios tópicos y en otro el régimen alimenticio.

Hasta la segunda visita a la Enfermería -sobre las 15:30 h.- el personal sanitario ocupaba su tiempo en preparar medicación (Cirujano Segundo) y elaboración de dietas y cuidados capilares (Barbero).

Sería el Cirujano Primero quien ofreciera consejo espiritual así como la asistencia obligatoria junto con todos los cirujanos de otros navíos, de reunirse en cada puerto para “conferenciar sobre las enfermedades presentes en cada bajel”. En puertos extranjeros habían de visitar los hospitales y presentarse para observas sus enfermedades y remedios curativos, haciendo un detallado informe de lo observado.

En las Ordenanzas de 1793, artº 15 se refiere a la obligación de comunicar al Comandante todo lo relacionado con lo perjudicial para la salud (calidad de alimentos, desnudez, humedad, falta de ventilación…) junto con la solución propuesta. De igual forma, también era comunicado el Comandante en caso de enfermedad contagiosa, aislando al paciente en un sollado, quemando sus ropas y las de la Enfermería o arrojándolas al mar, con lastre para que se hundieran.

(6) Guisantes, garbanzos y judías

(7) Cebada fermentada muy frasca

Por último, existía la llamada “obediencia debida” ya que el más antiguo ejercía el don de mando, exceptuando las operaciones de cirugía mayor en las que el acuerdo unánime era requisito indispensable, así, si un Cirujano Segundo discrepa sobre la técnica del Cirujano Primero, el Segundo no estaba obligado según su conciencia y conocimientos, a realizarla.

Expediciones filantrópicas. Malaspina. Balmis.

La Real Armada no sólo se dedicaba a luchar y ganar plazas; es en este siglo XVIII cuando dos expediciones científico-militares ensalzan la labor de la Sanidad Naval. La expedición Malaspina la realiza Alejandro Malaspina al frente de las corbetas “Descubierta” y “Atrevida” entre 1789 y 1794.

Es el 10 de septiembre de 1788 cuando los Capitanes de Fragata D. Alejandro Malaspina y D. José Bustamante, presentan al Ministro de Marina D. Antonio de Valdés, la realización de un viaje científico-político alrededor del mundo para levantar cartas hidrográficas de remotas regiones americanas e investigar su Estado político. El 14 de octubre del mismo, se aprueba el plan, preparan corbetas “Atrevida” y “Descubierta”, Malaspina selecciona su personal y escoge a los cirujanos Pedro Mª González y Francisco Flores Moreno, (al primero para potabilizar el agua y al segundo como botánico) para la “Atrevida” y la “Descubierta” respectivamente. Malaspina viajaría en