acompañada. Un 45.5% manifestó sentimientos de culpa, vulnerabilidad e inseguridad independientemente que el 21.6% comentó haber vivido sentimientos de no colaboración durante el TP. Con prevalencias que van de un 20 hasta un 46% se muestran los comentarios irónicos, críticas, respuestas de mala gana llamadas por sobrenombres, traduciendo lo anterior en violencia de tipo Psicológico.
De acuerdo a las técnicas y procedimientos realizados sin consentimiento previo o explicación hacia las mujeres participantes del estudio, se encontró que el 67.9%, refirió haber permanecido acostada todo el tiempo, seguido por tactos vaginales realizados por diferentes personas con el 59% y el raspaje del útero sin anestesia en un 6.7%. Respecto a las maniobras utilizadas para acelerar el parto, el 43.3, 35.8 y 24.6%, fue para aquellas a las que le administraron oxitócicos, compresión de abdomen al momento del parto y rotura artificial de membranas respectivamente; un 44% se les realizó rasurado de genitales, 39.6% se les efectuó la episiotomía, con porcentaje bajo (14.2%) uso del enema evacuante, además de observarse que al 23.1% de las mujeres encuestadas concluyó su parto en cesárea, lo anterior se traduce en distintas formas de violencia física extremas (Tabla No. 5, al final del artículo).
El 97% del total de las mujeres encuestadas refirió más de dos indicadores de Violencia Obstétrica, (Tabla No. 6) lo cual refleja que de cada 10 mujeres embarazadas, nueve vivieron la experiencia de un parto desagradable y deshumanizado; y respecto a la institución en donde fueron atendidas y que presenciaron este tipo de violencia, se encontró que el 100% se estableció en los hospitales de las SSA, seguidas de clínicas privadas y el IMSS con 97.6 y 97.2% respectivamente, y el 84.6% en el ISSSTE (Tabla No. 7, al final del artículo).
Discusión
Con base en los resultados mostrados y de acuerdo con los estudios realizado por Gutiérrez en el 2012 titulado “Índice de Violencia Obstétrica en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río”, muestra como resultados en los rangos de edad donde prevalece la Violencia Obstétrica fue entre los 14 y 19 años (59.4%), a diferencia de lo obtenido en esta investigación, el rango de edad con mayor registro de violencia fue de 18-22 años con el 36.6%, seguido por el grupo de 23-27 y 28-32 años con porcentajes casi similares de 27.6 y 24.6%, y aunque difieren mínimamente en edades de manera relativa, significa que al ser mujeres menores de edad, están mucho más vulnerables al procedimiento que vivenciaron respecto a la atención de su parto o cesárea.
Otro dato reflejado en la atención recibida de las mujeres durante el parto, es la institución donde fueron consideradas, y se observa que la mayoría de ellos se realizó en hospitales y clínicas privadas en un 31.2%, el IMSS con el 27.6%, SSA-HG 23.1%, y menores porcentajes el ISSSTE y la SSA-Tarimoya con el 9.7% y el 8.2% respectivamente. En contraste con el estudio de Gutiérrez (2012), se observó que los índices de violencia obstétrica se dio en la mayoría de las instituciones del sector público, siendo el IMSS con el 57.1%, seguido por el ISSSTE con el 55.6% y el 50.7% para la SSA.
De igual forma el estudio realizado por Temix y cols (2014), titulado “Cumplimiento de los derechos reproductivos de la OMS en la atención del parto en las mujeres del municipio de Boca del Río”, se observó que presentaron prevalencias mayores al 50% en la atención del parto en distintas instituciones de sector público (IMSS, ISSSTE y SSA con 64%, 80% y 76% respectivamente); mientras que la atención realizada por cesáreas, la prevalencia mayor se refleja en la SEDENA con el 75% seguida de clínicas y hospitales privados con el 50%. Lo anterior muestra que no importa el tipo de institución de salud donde se atiendan y que vez son palpables las distintas formas de proceder respecto a la atención de la mujer durante la etapa perinatal, parto y primeras horas del puerperio, vistos estos como actos “naturales” y “rutinarios” que todas ellas deberán de experimentar. Por otro lado se siguen propiciando altos índices de cesáreas sin que se toma en cuenta lo dispuesto por la OMS, donde señala que únicamente deben efectuarse cesáreas entre el 10 al 15%, por indicación médica, que verdaderamente ponga en riesgo la vida del binomio y con el consentimiento de la mujer.
En cuanto a la atención recibida durante el parto y de acuerdo a las recomendaciones de la OMS, en el estudio de Temix y cols., (2014), se obtuvo un 96.8% para aquella población que refirió no haber decidido sobre el destino de su placenta, el 78.5% mencionó que no le permitieron estar acompañada por una persona de su confianza durante el proceso del trabajo de parto y todo el proceso postnatal, y con el 69.9% de las mujeres entrevistadas, refirieron que el proceso de exploración pediátrica de su hijo/a recién nacido no se realizó cuando ella lo tenía en brazos; estos demuestra que las instituciones de salud, no cumplen con el apego inmediato al que todo recién nacido debe conservarse al lado de la madre recién parida para su adaptación durante las primeras 6 a 8 horas, situación que también no es cumplida por la institución además de no brindar la información necesaria sobre el estado de su hijo/a cuando la exploración se lleva a cabo en otro lugar y no donde se encuentra la madre.
Respecto a los resultados de esta investigación acerca de las prácticas y procedimientos de rutina que realiza el personal sin consentimiento o explicación a las mujeres entrevistadas, y que son frecuentadas con procedimientos insensibles traducido éstos en violencia obstétrica el mayor porcentaje se refleja en la indicación de permanecer acostada durante todo el tiempo con un 67.9%, seguida del 59% para aquellas que refirieron la realización de tactos vaginales reiterados y realizados por diferentes personas. Asimismo, se encuentra la administración de medicamentos para “acelerar” el parto (aplicación de oxitocina) con el 43.3% y en el último lugar de la tabla se