Queremos cambiar el mundo, pero ¿y si empezamos por cambiar la forma del nacimiento? Cuidados humanizados en las cesáreas. Revisión bibliográfica
Autora principal: Cristina Badel Rubio
Vol. XVI; nº 9; 503
We want to change the world, but if we start by changing the shape of birth? Humanized care in caesarean sections. Bibliographic review
Fecha de recepción: 23/03/2021
Fecha de aceptación: 30/04/2021
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 9 – Primera quincena de Mayo de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 9; 503
AUTORES: Badel Rubio C 1, González Cintora M 2, Serrano Ibáñez C 3, Badel Rubio M 4, Pedraz Natalías M 5, Sánchez Mateos Moreno J 6, Azcarate Pardos C 7.
- Cristina Badel Rubio. Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Servicio Aragonés de Salud. Zaragoza, España.
- Miren González Cintora. Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Servicio Aragonés de Salud. Zaragoza, España.
- Carmen Serrano Ibáñez. Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Servicio Aragonés de Salud. Zaragoza, España.
- María del Pueyo Badel Rubio. Médico especialista en Anestesiología y Reanimación. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Servicio Aragonés de Salud. Zaragoza, España.
- Marta Pedraz Natalías. Médico especialista en Anestesiología y Reanimación. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Servicio Aragonés de Salud. Zaragoza, España.
- Jaime Sánchez Mateos Moreno. Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Servicio Aragonés de Salud. Zaragoza, España.
- Cristina Azcarate Pardos. Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Servicio Aragonés de Salud. Zaragoza, España.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/
El manuscrito es original y no contiene plagio
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
RESUMEN: Debido al incremento de las cesáreas en los últimos años se hace necesario equiparar la atención de éstas a la del parto normal. Es por ello que se plantea esta revisión bibliográfica. El objetivo general de este trabajo es conocer la forma de convertir la cesárea en una intervención donde se tenga en cuenta las preferencias de la mujer y en un ambiente cálido y de confianza. Para ello se ha realizado una búsqueda bibliográfica en diferentes bases de datos mediante la unión de palabras clave a través de operadores booleanos. Como resultado se ha obtenido la evidencia de la necesidad de humanizar los cuidados de la cesárea, siendo los principales responsables de estos los profesionales sanitarios. Mediante la instauración de guías y protocolos específicos sobre la atención de la cesárea se puede aumentar el grado de satisfacción y bienestar de las embarazadas y disminuir los riesgos que conlleva para ésta y el bebe una intervención quirúrgica como la cesárea.
PALABRAS CLAVE: cesárea, cuidados, piel con piel, lactancia, parto.
ABSTRACT: Due to the increase in caesarean sections in recent years, it is necessary to equate their care with that of normal birth. That is why this bibliographic review is proposed. The general objective of this work is to know how to turn caesarean section into an intervention where woman`s preferences are taken into account and in a warm and trusting environment. For this, a bibliographic search has been carried out in different databases by joining keywords through Boolean operators. As a result, evidence has been obtained of the need to humanize caesarean section care, with health professionals being the main responsible. Through the establishment of guidelines and protocols on caesarean section care, the degree of satisfaction and wellbeing of pregnant women can be increased and decrease the risks that a surgical intervention such as caesarean section entail for the pregnant woman and the baby.
KEYWORDS: Cesarean section, cares, Skin-to-skin care, Breastfeeding, birth.
INTRODUCCIÓN: Hoy en día las mujeres embarazadas se preparan, tanto física como psicológicamente, para el momento del parto a través de varios recursos que los sistemas de salud ofrecen, como clases de educación maternal, ejercicios para el suelo pélvico, masajes en el periné para evitar la episiotomía y los desgarros…
Se tiende a crear una expectativa muy concreta del momento del parto y si, por necesidades maternas o fetales, estas expectativas se ven alteradas se crea un estado de ansiedad y frustración en estas mujeres y sus parejas. Es lo que ocurre en el caso de las cesáreas, ya que la mayoría de embarazas no piensan que les puede tocar a ellas, y cuando esto ocurre se tiende a tratar a la mujer como a una paciente cuyas preferencias pasan a un segundo plano ya que se trata de una intervención quirúrgica.
A pesar de que cada vez se tiende más a medicalizar los partos y deshumanizar algo tan fisiológico y natural como es la llegada de un hijo, en los últimos años está cobrando más importancia la embarazada como protagonista principal del parto, teniendo más en cuenta sus preferencias y decisiones. Sin embargo, este empoderamiento de la mujer se lleva a cabo cuando se trata de un parto por vía vaginal y no mediante cesárea.
Es por ello que se propone esta revisión bibliográfica, para intentar equiparar los cuidados de un parto vaginal a un parto por cesárea.
OBJETIVOS: El objetivo general de esta revisión bibliográfica es conocer la forma de convertir la cesárea en una intervención donde se tenga en cuenta las preferencias de la mujer y en un ambiente cálido y de confianza. Como objetivos específicos: abordar los cuidados de los profesionales sanitarios para hacer de la cesárea una forma más humanizada de nacimiento y enumerar los beneficios maternos y fetales de estos cuidados.
METODOLOGÍA: Esta revisión bibliográfica se ha llevado a cabo mediante una búsqueda bibliográfica en diferentes bases de datos: Pubmed, Cochrane y sCielo. Dicha búsqueda se ha realizado mediante la unión de palabras clave a través de operadores booleanos. Se han incluido aquellos artículos cuyos objetivos se ajustan a los expuestos en el apartado anterior, en español y en inglés y con fecha de publicación de 2016 a 2021. Se han descartado aquellos artículos publicados anteriormente al año 2016 y aquellos con acceso restringido o texto incompleto.
RESULTADOS: A mediados del siglo XX se institucionalizó el proceso de parto, pasando de dar a luz en casa acompañadas por mujeres de la familia a hacerlo en medios hospitalarios asistidos por profesionales con formación, incluyéndose dentro de esta medicalización del parto prácticas rutinarias avaladas por la evidencia científica como el enema, el rasurado, la episiotomía, la utilización de oxitocina, la separación madre-hijo… Fue en esta época cuando el parto pasó de ser un proceso fisiológico tratado con cuidados humanizados a incluirse dentro de un sistema sanitario de enfermedad. Como respuesta a esta deshumanización del parto la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó un evento en Brasil en 1985 donde se publicó la declaración “El nacimiento no es una enfermedad” que supuso el inicio de un proceso de transformación de la asistencia al nacimiento hacia lo que actualmente se conoce como “parto humanizado”. (1)
En esta misma línea, la OMS publica en Ginebra en 1996 la guía “Cuidados en el parto normal: una guía práctica” donde engloba el Plan de parto (como documento donde la parturienta indica sus preferencias a la hora de dar a luz) y el Principio Bioético de Autonomía (en referencia al derecho de la mujer a ser la principal protagonista en el proceso de su parto). (1)
El parto humanizado se define, según la OMS, como “aquel parto que, en las condiciones que sea, tiene en cuenta la opinión y preferencias de la mujer y su pareja durante el parto y el posparto, donde la dignidad humana de la parturienta prevalece sobre cualquier decisión no contemplada desde la medicina basada en la evidencia” (2). La humanización del parto sitúa a la mujer como prioridad en todo el proceso de embarazo, parto y posparto. (3)
Cuando prevalece el uso de prácticas inadecuadas sobre el bienestar de la mujer se puede hablar de violencia obstétrica. Bentancur Fagúndez et al en su artículo definen la violencia obstétrica como “un tipo de violencia de género, sobre el sexo femenino, que tiene o puede tener como resultado un daño sexual, físico o psicológico, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación de la privacidad, tanto si se produce en el ámbito público como en el privado. Todo acto que afecta a la dignidad, libertad, seguridad, integridad moral y/o física e intimidad de la mujer”. (4) También Cobeta García et al en su trabajo hace referencia al concepto de violencia obstétrica como “un tipo de violencia basada en el género que supone la pérdida de poder sobre el cuerpo de la mujer en los procesos de embarazo y parto y que, además, implica un abuso injustificado de la medicalización. Es un trato degradante y deshumanizador que, como consecuencia, deriva en la pérdida de autonomía de las mujeres y de su poder de decisión durante todo el proceso.” (5)
Cabe resaltar que este proceso de humanización del parto no implica un estado antitecnológico ni antimédico, ya que la asistencia de los partos en el hospital lleva consigo una mayor seguridad, tanto materna como fetal y neonatal. Así pues un parto humanizado no es sinónimo de “parto natural”. (3)
Generalmente toda la literatura revisada en relación a la humanización de los cuidados en el nacimiento hace referencia al parto vía vaginal, sin embargo, hay que tener en cuenta que en los últimos años ha aumentado mucho el porcentaje de intervenciones por cesárea. El porcentaje de cesáreas que la OMS sugiere como ideal se sitúa en torno al 10-15%, sin embargo, la mayoría de países europeos superan este porcentaje. Este incremento del índice de cesáreas se cree que puede estar condicionado por diferentes factores como el incremento de la edad materna, y por tanto de los factores de riesgo, así como el aumento de cesáreas programadas en las clínicas privadas o la posibilidad de elección de cesárea programada en las mujeres con antecedentes de cesárea previa. En comparación con el parto vaginal la cesárea presenta más riesgos y complicaciones, ya que no deja de ser una intervención quirúrgica. Debido a este concepto de cesárea como intervención instrumentalizada desaparece el concepto fisiológico y natural que se tiene del parto. Es por ello que se empieza a considerar la necesidad de humanizar los cuidados, no solo durante el proceso del parto eutócico sino también en las cesáreas. (2,4-6)
Cuando las mujeres se preparan para el proceso del embarazo, parto y posparto se suelen imaginar un final con un parto vaginal de bajo riesgo y sin complicaciones y, generalmente, la cesárea no entra dentro de sus expectativas y posibilidades. Es por ello que cuando se les informa de que se les va a realizar una cesárea se suele crear un estado de ansiedad y angustia ante lo desconocido, pasando de ser protagonista y autónoma en sus decisiones a ser una “enferma”, creando esto un trauma para la vida de estas mujeres en un momento tan importante como es el nacimiento de su hijo. (4)
A esta intención de humanizar los cuidados durante las cesáreas se le ha definido como “cesárea humanizada”, donde el principal objetivo es centrar los cuidados en las necesidades de la mujer. Toda la literatura revisada hace referencia a la disminución de complicaciones maternas y fetales con respecto a una cesárea sin dichos cuidados. (1-6)
En relación a estos cuidados humanizados en las intervenciones por cesárea, de esta revisión bibliográfica se extraen los siguientes: un clima cálido y de confianza a pesar de realizarse en un quirófano, la información a la mujer y acompañante en todo momento, la posibilidad de estar acompañada por la persona que ella decida si no se producen complicaciones que hagan necesario la salida del acompañante del quirófano y el contacto precoz piel con piel tras el nacimiento. (2-4,5,6)
En todo procedimiento que se realiza durante el proceso de embarazo, parto y posparto la mujer tiene derecho a ser informada y la cesárea, sea por el motivo que sea, incluso cuando es urgente por riesgo materno o fetal, no está exenta de este derecho. Es necesario el consentimiento de la paciente antes de cualquier procedimiento. (2-5)
En cuanto al ambiente en el quirófano son varios autores los que indican la importancia de hacer de un espacio frio, como es una sala quirúrgica, un lugar cálido, tranquilo y de confianza, disminuyendo así el estrés y la ansiedad que la cesárea supone para las mujeres y sus acompañantes. Hablando de “ambiente cálido” se hace referencia no sólo al cuidado y tacto por parte de los profesionales sanitarios sino también a la temperatura y a la luz de la sala, adecuando éstas al nacimiento de un recién nacido (5).
La OMS en una de sus recomendaciones en la atención al parto recalca la presencia permanente de un acompañante. (2-5) Cobeta García et al en su revisión señala algunos de los beneficios de la presencia del acompañante en el quirófano, como una disminución en el nivel de ansiedad y estrés en la mujer y un mejor resultado del test de APGAR a los 5 minutos en el recién nacido (5). También en el “Plan de Parto y Nacimiento” desarrollado en 2011 por el Ministerio de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad se hace referencia al acompañamiento ininterrumpido en todo el proceso por su beneficio en términos de satisfacción de la mujer, justificando su no realización sólo en casos donde la complicación o el riesgo materno y/o fetal así lo requieran. (4) Así pues en caso de acompañamiento se indicará al acompañante que se sitúe en el lateral del cabecero de la mujer para dificultar lo menos posible el trabajo de los sanitarios. (6)
Otras de las medidas para hacer de la cesárea una intervención humanizada son las medidas físicas, simplemente teniendo en cuenta algunos aspectos a la hora de realizar los procedimientos rutinarios, podemos ayudar a que la parturienta se sienta más cómoda. Algunas recomendaciones respecto a esto es bajar el paño frontal del campo quirúrgico justo en el momento de la salida del bebé o utilizar uno transparente para hacer partícipe a la mujer del nacimiento de su hijo, canalizar la vía periférica en el brazo no dominante para que la mujer pueda coger a su bebe con más facilidad, clampaje tardío o tras el cese del latido del cordón para evitar la anemia en el recién nacido (en cuanto al tiempo de espera para el clampaje hay controversias según la literatura revisada, variando de 30 segundos a 1 ó 2 minutos) (4,5)
De todos los cuidados nombrados cobra especial importancia en el proceso de humanización y naturalización de la cesárea el contacto precoz piel con piel, debido a los grandes beneficios que aporta tanto para la madre como para el recién nacido: el inicio precoz de la lactancia materna, la estabilización térmica y cardiorrespiratoria del recién nacido así como la regulación de la glucosa, el desarrollo del vínculo afectivo madre-hijo, la disminución materna del estrés y dolor y la reducción del riesgo de hemorragia posparto, entre ellas. (1,3-5)
Hay varias guías, a nivel internacional y nacional, que hacen referencia al contacto precoz piel con piel. La Guía de Cuidados desde el Nacimiento, editada en 2010 por el Ministerio de Sanidad y Política Social abarca entre sus recomendaciones el inicio precoz del contacto piel con piel bajo vigilancia profesional durante, mínimo, cincuenta minutos. (3) Este tiempo es variable ya que la OMS indica en sus recomendaciones un tiempo mínimo de treinta minutos. (5) En caso de que el estado clínico de la madre imposibilite realizarlo, se le debe ofrecer la posibilidad de hacerlo al padre hasta que la mujer esté en condiciones. (5)
La principal ventaja del inicio precoz del contacto piel con piel tras un parto o cesárea reside en el inicio de la lactancia materna. La IHAN (Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento) recomienda el inicio de la lactancia materna durante la primera hora tras el nacimiento. La colocación del recién nacido sobre el abdomen materno facilita el reconocimiento olfatorio y el contacto visual por parte del bebe para la búsqueda del pecho de su madre e inicio espontáneo de succión. Una vez transcurridas 2-3 horas tras el nacimiento el recién nacido entra en un estado de somnolencia y es más difícil el inicio de la lactancia materna. Es lo que ocurre en la mayoría de nacimientos por cesárea donde se produce la separación del bebe de su madre mientras ésta se encuentra en la sala de reanimación postquirúrgica, por lo que las lactancias en estos casos suelen ser más costosas de establecer. (3,5,6) Generalmente el motivo por el que no se realiza el contacto piel con piel en el quirófano y por tanto, el inicio de la lactancia materna, se debe a la comodidad para los profesionales sanitarios, ya que la mujer en quirófano está monitorizada por lo que colocarle al bebe encima supone el recolocar los sensores para facilitar el contacto entre ambos; la modificación de la posición de la mujer para coger a su hijo puede repercutir a la hora de pasarle adecuadamente la medicación intravenosa por las vías periféricas; la colocación del bebe en el pecho materno requiere una vigilancia exhaustiva del recién nacido y cuesta definir al profesional encargado de ello, ya que supone una sobrecarga de trabajo. Todas estas enumeraciones sumadas a la falta de familiaridad con esta forma de trabajo son ejemplos de las dificultades que el profesional sanitario acusa a la no realización de unos cuidados más humanos. (5)
Así pues, con la implementación de guías y protocolos que apoyen estas pautas para hacer de la cesárea un nacimiento humanizado donde el principal centro de atención sea la mujer y con la formación específica de los profesionales sanitarios en estos cuidados se obtendrían grandes beneficios tanto para las mujeres que dan a luz como para los recién nacidos. (1-6)
CONCLUSIONES: Actualmente cada vez está más en rigor la aparición de asociaciones que luchan por los derechos de las mujeres de decidir libremente y con la información adecuada sobre la forma y el lugar de dar a luz, siendo éstas las principales protagonistas del proceso del embarazo, parto y posparto. Se está luchando mucho por intentar compaginar la seguridad del parto hospitalario con la naturalidad de un proceso tan fisiológico como es dar a luz. Sin embargo este concepto de “humanización” desaparece cuando, por las circunstancias que sean, se tiene que realizar una cesárea, pasando la mujer a un segundo plano. Hay mucha literatura que abarca los grandes beneficios que supone la “cesárea humanizada” tanto para la madre como para el bebé, sin embargo son pocos los hospitales en España donde se realizan estos cuidados. Esto se debe, probablemente, a la falta de acuerdo entre los profesionales sanitarios especialistas en éste área y, por tanto, a la escasez de protocolos y guías que avalen estos cuidados. En definitiva, el principal impedimento para hacer de un quirófano un lugar más humano y natural son los propios profesionales.
A través de esta revisión bibliográfica se puede concluir la importancia de hacer partícipe a la mujer y su pareja de un momento tan importante en sus vidas como es el nacimiento de su hijo, sea por la vía que sea. Una adecuada información, la presencia continua en la sala quirúrgica de la persona que ella elija, la calidez del ambiente, la luz tenue, el contacto precoz piel con piel si el estado materno y neonatal lo permiten y la resolución de dudas y acompañamiento por parte de los profesionales son actuaciones que disminuyen el estrés y la ansiedad y aumentan la satisfacción de las mujeres y sus parejas, así como los grandes beneficios que suponen para la salud de éstas y sus hijos.
Así pues con esta iniciativa de “cesárea humanizada” se pretende apostar por una asistencia menos intervencionista y más humana en el nacimiento. Sin embargo para que se puede llevar a cabo en todos los hospitales, a nivel nacional, se hace necesaria la formación de los profesionales sanitarios en esta materia así como la implementación de protocolos y guías para establecer de forma clara las competencias de cada profesional, evitando así las complicaciones por falta de experiencia. De esta forma el concepto de enfermedad que se le atribuye actualmente a la cesárea cambiaría hacia una forma más natural, positiva y con más confianza por parte de las mujeres.
BIBLIOGRAFÍA:
- Macías M, Haro J, Piloso F, Galarza G, Quishpe MC et al. Importancia y beneficios del parto humanizado. Dom. Cien. 2018; 4(3):392-415.
- Hernández C. La epidemia de cesáreas como limitante del parto humanizado. MÉD.UIS. 2019; 32(1):9-12.
- Cerdán M, Carballo MD, GómezMA, Heredia F, Salgado I et al. Proceso de humanización de la atención a las cesáreas: instauración de un procedimiento para acompañamiento de las gestantes e inicio de la lactancia materna en quirófano. Musas. 2017; 2(1): 42-56.
- Bentancur MV, Farías C. Cesárea humanizada, ¿qué puede hacer la diferencia? [Trabajo fin de grado en Internet]. [Uruguay]: Facultad de Psicología; 2016; [citado13 de marzo de 2021]. Recuperado a partir de: pdf (psico.edu.uy)
- Cobeta C, Pérez C, Guzmán MI. Humanización del proceso de cesárea. [Trabajo de Fin de Grado]. [Madrid]: Universidad Autónoma de Madrid; 2020; [citado 13 de marzo de 2021]. Recuperado a partir de: Humanización del proceso de cesárea (uam.es)
- Costa M, Lalaguna P, Díaz NM. Contacto piel con piel tras un parto por cesárea. Puesta al día y propuesta de actuación. Rev Esp Salud Pública. 2019; 93.