incapacitantes. Un estudio realizado en 1992 por Hudson y Pope establece tres hipótesis diferentes en las que describen a la fibromialgia como una manifestación de la depresión, la depresión como una consecuencia de la fibromialgia y la existencia de anormalidades fisiopatológicas comunes a ambas patologías. Otra hipótesis sugerida determina que el trastorno psiquiátrico se debe al modelo de indefensión aprendida, secundaria al desconocimiento de la etiología del estado doloroso, por lo que el paciente se encuentra desconcertado ante el futuro de su enfermedad, lo que le provoca un estado de ansiedad. (9)
Otros estudios son los de Kurtze, en 1998, que formula dos hipótesis en las que comenta que la depresión y la ansiedad están independientemente relacionadas con la intensidad del dolor, y que la ansiedad elevada y la depresión leve pueden asegurar el diagnóstico de fibromialgia sin que se presenten todos los criterios diagnósticos; el de Epstein en 1999, un estudio multicéntrico donde describe que la existencia de comorbilidad psiquiátrica en la fibromialgia supone un empeoramiento funcional grave para los pacientes; y en 2002, Panerai, que postula que la fibromialgia consiste en una activación del sistema inmunológico, mientras que la depresión supondría una supresión del mismo, describiendo por lo tanto un criterio de diagnóstico diferencial de ambas patologías.
Un estudio centrado únicamente en ansiedad recogió el nivel de ésta en pacientes con dolor crónico, pacientes con fibromialgia, y un grupo de control sin patología observándose ansiedad en todos los grupos con dolor crónico, pero mayor en los fibromiálgicos. Dicha relación se ve fuertemente beneficiada de los programas de reducción de ansiedad en pacientes fibromiálgicos (círculo dolor-ansiedad-tensión-dolor), ya que los pacientes presentan una mejoría en el estado emocional, así como una reducción del dolor. (9)
Estas alteraciones psicopsiquiátricas provocan un estado de desánimo en el que el paciente no es capaz de asumir y plantarle cara a la enfermedad, aumentando su intensidad y creando un círculo vicioso en el que los síntomas de fibromialgia incrementan la sensación de desesperación, lo que deriva en un empeoramiento de las alteraciones psicopatológicas, e impide solucionar y sobrellevar la fibromialgia. También se ha descrito cierta asociación con alteraciones psicológicas que predisponen a la patología psiquiátrica descrita (hipocondría, trastorno de personalidad, alexitimia, etc.).Hay que destacar que los fibromiálgicos presentan una ansiedad elevada ante la evaluación y asunción de responsabilidades, algunos elementos fóbicos e, incluso, ante la vida cotidiana normal y corriente. Lo que no se ha registrado es una diferencia significativa en las relaciones interpersonales de estos pacientes respecto a otros pacientes aquejados de dolor crónico. (9)
Algunos factores psicosociales, como el apoyo social percibido, influyen de manera favorable en la percepción del dolor, contribuyendo al bienestar subjetivo y al estado de salud funcional en pacientes con desórdenes reumáticos crónicos. Además, el apoyo social parece contribuir a la disminución del dolor y de los índices de depresión y de ansiedad, favoreciendo la puesta en marcha de conductas promotoras de salud y de autocuidado, y predice la autoeficacia percibida en el control de síntomas. Por el contrario, el desconocimiento de la etiopatogenia del síndrome de fibromialgia contribuye a generar incomprensión, tanto en el entorno familiar y social del afectado como incluso en el ámbito profesional sanitario. (10)
Toda la sintomatología mencionada con anterioridad merece una adecuada valoración, ya que también pueden establecer una estrecha relación con la calidad del sueño y con el resto de los síntomas de los pacientes con Fibromialgia.
Los problemas del sueño se han relacionado fundamentalmente con la depresión y el dolor en los pacientes con FM en numerosos estudios, sin embargo, la dirección de estas relaciones aún no está bien establecida.
La relación entre los distintos síntomas de esta enfermedad y su influencia en la evolución de la misma es el motivo de este estudio.
OBJETIVOS
-Objetivo principal:
- El objetivo de este estudio es evaluar las alteraciones en el sueño que se producen en los pacientes con Fibromialgia, y compararlas con los resultados de una población control.
-Objetivos secundarios:
- Comprobar los trastornos que se producen en el sueño de las pacientes con fibromialgia como consecuencia del dolor originado por la propia enfermedad.
- Comprobar los trastornos que se producen en el sueño de las pacientes con fibromialgia en relación con la depresión y ansiedad que causa el mal control de la propia enfermedad.
- Comprobar los trastornos que se producen en el sueño de las pacientes con fibromialgia en relación con la falta de unas adecuadas estrategias de afrontamiento.
- Comprobar los trastornos que se producen en el sueño de las pacientes con fibromialgia en relación con la falta de un adecuado apoyo sociofamiliar.
HIPÓTESIS
La presencia de alteraciones del sueño en pacientes con Fibromilagia es mayor que en el grupo control.
Las alteraciones del sueño de los pacientes con FM, se asocia con la existencia de trastornos del humor, el menor apoyo familiar y el menor afrontamiento, así como con la intensidad del dolor.
METODOLOGÍA
Diseño:
Se planteó un estudio Caso-Control.
Sujetos y Muestra:
- Casos:
Los casos estarán constituidos por sujetos de ambos sexos, de edad ≥ 25 y ≤ 65 años, diagnosticados de síndrome fibromialgico por personal facultativo perteneciente al servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Puerto Real. Los criterios diagnósticos utilizados serán los vigentes por la Asociación Americana de Reumatología (ACR) 1990. Los pacientes fueron reclutados en las consultas del servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Puerto Real.
- Controles:
Los controles estarán constituidos por personas apareadas con los casos, por edad y sexo (≥ 25 y ≤ 65 años) que no cumplan los criterios de la Asociación Americana de Reumatología (ACR) 1990 para el diagnostico de la