de 6.9% y 4.5% para ambos años, respectivamente, estimándose valores de este indicador para el servicio de terapia intensiva de dicho centro en el mismo periodo, del orden del 21,3% y 23,4%, respectivamente.
En los últimos 20 años se ha producido un aumento en la incidencia de la sepsis, constituyendo una de las principales entidades nosológicas más prevalente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y la causa más frecuente de muerte en las UCI no coronarias. (5) Paradójicamente, la sepsis ha aumentado por los avances de la práctica médica y su tecnología, entre otros están el uso agresivo de catéteres, equipos invasivos y la resistencia a los antibióticos. (6,7)
Su punto de partida es la respuesta inflamatoria sistémica o Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS), la cual es definida como una manifestación a noxas infecciosas o no infecciosas. (8,9) Cuando el SIRS es debido a un proceso infeccioso, se establece la sepsis. La respuesta inflamatoria puede resolverse espontáneamente o conducir al paciente a sepsis severa, choque séptico, depleción de volumen sanguíneo, vasodilatación periférica, hipercatabolismo, depresión miocárdica, disfunción multiorgánica y finalmente a la muerte. (10,11)
Se han establecido diferentes parámetros para evaluar la progresión y complicaciones del Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS) y entre estos la medición de marcadores de fase aguda ha jugado un papel crucial. (12)
Los marcadores diagnósticos precoces podrían ser de máxima utilidad en el diagnóstico de las sepsis. En las últimas décadas se han usado diferentes marcadores tales como procalcitonina, proteína C reactiva e interleuquinas 6 para predecir complicaciones de órganos a corto y mediano plazo y de esta forma evitar la progresión a sepsis y disfunción multiorgánica, pero desafortunadamente, la disponibilidad de un marcador altamente sensible y específico de infección todavía no está bien dilucidado y no siempre están disponibles con la prontitud necesaria en todas las instituciones de salud. (13-16)
La eosinopenia se ha descrito, en este contexto, como un parámetro asociado con la infección en la literatura médica clásica, es un marcador fácilmente medible, rápido, barato y con una elevada correlación con la gravedad, el pronóstico y la evolución de la enfermedad, (17–18) aunque su aceptación en la práctica clínica, especialmente en pacientes críticos, ha sido escasa.
La cantidad de estas células en sangre tiene un aproximado de 150-350 células/mm³ (0.01-0.03 UI), constituye entre el 2% y 4% de los leucocitos en sangre, el resto se encuentra en la médula ósea y en otros tejidos como la piel, pulmones y el tracto gastrointestinal. (19-21)
Algunos autores han propuesto que en un proceso infeccioso bacteriano hay predominio de la respuesta de las Th1 sobre la respuesta de las Th2, lo cual origina supresión de las citoquinas producidas por la respuesta de las Th2 (IL4, IL5, IL6, IL13, IL10), esta es una de las teorías que explica la existencia de eosinopenia secundaria a procesos infecciosos con respuesta de Th1 y supresión de Th2. Esta respuesta es la manifestada en un patógeno intracelular los cuales son controlados por Th1, pero aun no es claro si la eosinopenia hace parte de una respuesta Th2 adecuada y por ende es una manifestación de buen control de un patógeno extracelular y que de la misma forma la eosinopenia sería una respuesta Th2 inadecuada. (19,20,22)
Los eosinófilos juegan un papel de defensa del huésped frente a microorganismos fagocitables, poseen una función citotóxica por sus proteínas granulares, inmunoreguladora por las citoquinas que libera y son capaces de participar en la reparación y remodelación tisular. (23-24)
En 1893, Zappert describió por vez primera una marcada reducción de eosinófilos circulantes en la infección aguda, utilizándose durante el primer cuarto del siglo XX como signo diagnóstico. (25) Los primeros estudios sobre eosinopenia y su relación con infección fueron postulados por Schilling en 1929, demostró que cuando el recuento de eosinófilos es menor de 40 cel / mm3 asociado a leucocitos mayor de 10,000 cel / mm3, el valor predictivo de infección bacteriana y la especificidad eran del 100%. (24)
En 1979, Lipkins describió la asociación entre eosinopenia y bacteriemia, sin demostrar una fuerte asociación entre ésta y la mortalidad. (26) Otros autores han considerado la eosinopenia como un buen marcador diagnóstico en la diferenciación de pacientes con y sin infección, aunque con limitaciones en pacientes severamente enfermos; sin embargo. (27-30)
A partir de la década del 90 resurge el interés por el eosinófilo como predictor de infección. Gil y colaboradores recuperaron el concepto de este antiguo marcador en el 2003; asumieron que la eosinopenia es una respuesta secundaria al estrés causada por la infección y observaron que en la circulación los eosinófilos sufren apoptosis durante episodios de sepsis, por acción de las citoquinas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral. (24)
La eosinopenia ha demostrado en recientes estudios que puede ser un buen marcador de infección en pacientes críticos. (17,31-35) Sin embargo, los pacientes críticos presentan una amplia variedad de enfermedades, médicas o no, con diferentes grados de gravedad, por lo que estos marcadores de infección pueden presentar diferentes grados de eficacia dependiendo del contexto utilizado. (21)
En Cuba no hay experiencia con respecto a la utilidad de este marcador. Hasta la actualidad, no se ha realizado ningún estudio que dilucide el rol de la eosinopenia como marcador diagnóstico de sepsis.
Se pretende cubrir con el presente trabajo el desconocimiento existente en el medio de los cuidados intensivos del valor predictivo de la eosinopenia en el desarrollo de la infección en pacientes críticos y así definir su posible uso como herramienta en el servicio de cuidados intensivos.
OBJETIVOS
- Caracterizar la población de pacientes críticos según variables epidemiológicas, clínicas y hematológicas de interés.
- Estimar la magnitud predictiva de la eosinopenia como marcador de infección segura en los enfermos.
MÉTODO
Aspectos Generales de la Investigación:
Se realizó una investigación explicativa, analítica de