para evaluar el desarrollo o no de infección segura en ambas cohortes.
Las variables analizadas fueron demográficas como edad y sexo, clínicas como: categorías diagnósticas, presencia de eosinopenia, presencia de Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS) y tipos de SRIS.
Técnicas y procedimientos:
a) Recolección de la información.
Se realizó una extensa y exhaustiva revisión bibliográfica sobre el tema, mediante la cooperación permanente con el Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas, el acceso a los sistemas computadorizados MEDLINE, GOOGLE, LILACS, la Biblioteca Médica del Hospital Provincial Clínico-Quirúrgico Docente “Saturnino Lora Torres” y algunos trabajos de terminación de residencia en Medicina Intensiva realizados en la provincia. Se revisaron las historias clínicas de los pacientes de los que se extrajo información epidemiológica de interés. (Anexo I)
b) Procesamiento de la información.
Se calcularon valores promedios e indicadores de dispersión (desviación estándar) como medidas de resumen para variables cuantitativas así como porcentajes, como medida de resumen para variables cualitativas.
Para identificar asociación estadísticamente significativa entre los criterios de interés se aplicó el Test χ2 de Independencia. Se rechazó H0 cuando el valor del estadígrafo de prueba fue mayor o igual al valor teórico de la Distribución de Probabilidades χ2, con (filas-1)*(columnas -1) grados de libertad y un nivel de significación α = 0.05.
Para estimar la magnitud predictiva de la eosinopenia en el desarrollo de la infección segura se desarrolló un modelo basado en la función logística (modelo de regresión logística ), donde la variable de respuesta fue la presencia o no de infección segura y la predictiva la presencia o no de eosinopenia:
P(y =1)= 1/1+exp – ( α+β1x1 + β2x2 + β3x3 +…..… βkxk)
La magnitud de los cambios se identificó por el exponencial de los coeficientes del modelo (Riesgo Relativo) y sus respectivos intervalos de confianza. Para estimar el riesgo porcentual de infección asociado a la presencia de eosinopenia se utilizó la siguiente fórmula: 100 x [exp β – 1].
Fue calculada además la razón de verosimilitud positiva:
R.V (+) = sensibilidad/ 1- especificidad.
c) Interpretación de la información.
La información obtenida fue consolidada en tablas y gráficos, los cuales fueron analizados y comparados con otros estudios previos realizados, permitiendo llegar a conclusiones y emitir las recomendaciones pertinentes.
d.) Consideraciones bioéticas:
La participación de los individuos en la investigación dependió de los principios éticos recogidos en diversos documentos, a saber: principios de beneficencia, no maleficencia, justicia y autonomía, sobre la base de del Código de Nuremberg (1947), y la Declaración de Helsinki (1989).
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
La sepsis es una enfermedad compleja en la que participan muchas células del organismo, incluyendo las de la respuesta inmunológica, vasodilatadoras, procoagulantes y proinflamatorias en el huésped afectado. Tres factores importantes parecen determinar el efecto de sepsis o Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS) en el huésped. El primero es la severidad de la respuesta inflamatoria inicial, esta respuesta es proporcional a la severidad de la infección o injuria, específicamente, la presencia de shock o disfunción multiorgánica dentro de las primeras 24 horas después de la injuria conllevan a un peor pronóstico. El segundo determinante es la persistencia del Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS) más allá del segundo día después de un trauma severo o injuria térmica, el cual está asociado con una tasa de complicación creciente. El tercer factor es la capacidad de adaptación del huésped; las edades extremas y la presencia de enfermedades coexistentes disminuirán la capacidad de adaptación del huésped y predecirán un peor pronóstico para cualquier injuria independientemente de su severidad. (37)
Tabla 1. Características epidemiológicas la población objeto de estudio. Hospital Provincial “Saturnino Lora”. 2012 – 2013.
Edad
Edad Mediana: 59,05
Mínimo: 27
Intercuartiles [IQR]: [48,75 – 68,00]
Máximo: 89
Sexo
Masculino: 36 (48,6%)
Femenino: 38 (51,4%)
Fuente: Historia Clínica.
En la población estudiada la edad promedio fue de 59,05 años, con un mínimo de 27 años y máxima edad de 89 años, destacándose el sexo femenino con 38 pacientes para un 51,4% en relación con los pacientes masculinos (48,6%), coincidiendo con la gran mayoría de los estudios realizados en este campo, (24,32,34,37,38) y discrepando con el estudio de Adibi quien plantea una edad promedio de 42 años. (21) Sin embargo no encontramos relación en cuanto al sexo, posiblemente asociado a los caprichos del muestreo, y a que se decidieron excluir los politraumatizados y las afecciones quirúrgicas, entidades en las que el sexo masculino tiene un papel preponderante.
Está generalmente aceptado que los adultos mayores son más vulnerables a las infecciones que la población joven y que las enfermedades infecciosas constituyen una de las principales causas de morbilidad y mortalidad. La mayor susceptibilidad a las infecciones se ha atribuido al proceso de envejecimiento anatómico, fisiológico e inmunológico y a la mayor prevalencia en ellos de enfermedades crónicas. Se ha asumido también durante mucho tiempo que en los pacientes ancianos las enfermedades infecciosas pueden presentarse con síntomas inespecíficos o atípicos que hacen más difícil su diagnóstico, y que frecuentemente se acompañan de complicaciones graves, entre ellas bacteriemia