Modo de afrontar la salud y la enfermedad en la mujer durante la Edad Media
A lo largo de la Historia el papel de la mujer ha ido variando considerablemente, incluso hoy en día existen diferencias entre diversas culturas. En lo referente a la salud y las enfermedades en las mujeres también ha habido un cambio, debido a factores culturales, históricos y científicos.
Modo de afrontar la salud y la enfermedad en la mujer durante la Edad Media
Delia López-Fernández-Delgado. Diplomada en Enfermería y en posesión del Máster de Ciencias Forenses. Actualmente Doctorando en Ciencias de la Salud. Universidad de Murcia, Campus de Espinardo, 30100, Murcia.
Resumen.
Este estudio consiste en el análisis de cuatro trabajos científicos sobre el papel de la mujer en la edad Media y como afrontaba la salud y la enfermedad en esta época, Este trabajo revisa a lo largo de la Edad Media el concepto que tenían de la mujer y como tratar sus problemas de salud, teniendo en cuenta el marco cultural de la sociedad.
Palabras clave: mujer, salud, edad media, enfermedad, historia.
A la hora de comenzar un comentario exhaustivo, sobre cualquier tema debo primeramente ver los antecedentes a la época que voy a tratar y posteriormente, antes de profundizar en el tema, de la salud y la enfermedad debo hacer referencia a que papel y como era la vida de la mujer en esa época. Así como, pensaban los hombres de ese momento histórico del que voy a comentar. Hay que destacar que la mujer ha tenido una distinta importancia a lo largo de los años, ha habido épocas en la que la sociedad era matriarcal y otra en el que la mujer pasa a ser simplemente un elemento necesario para el hombre. Por todo esto vamos a estudiar a través de estos cuatro documentos el papel que ocupa la mujer a lo largo de la humanidad:
“Damián Carbón y la instrucción de comadres en la España del siglo XVI”
Magic or science? What “old women lapidaries” knew in the age of Celestina
Mujeres que quisieron estudiar Medicina.
Construcción de sexo y género desde la antigüedad al siglo XIX.
El comienzo de esta historia lo hace a través de dos narraciones bíblicas que consideran por una parte que Dios creó a hombre y mujer simultáneamente y de otra la que considera que Dios creó a la mujer a partir de una costilla de Adán.
Hay tres diferencias fundamentales entre las dos narraciones, cuya interpretación ha tenido una enorme influencia en la construcción de la visión de la mujer en el mundo judeo-cristiano. Teniendo en cuenta estas tres diferencias, el Génesis permite tres interpretaciones: el hombre y la mujer son iguales, la mujer es superior al hombre y la contraria. Sin embargo va a prevalecer que el hombre es metafísicamente superior a la mujer.
Esta interpretación se mantendrá en Santo Tomás de Aquino. Para San Agustín, el pecado de Eva prueba su necesidad de estar subordinada al hombre, es más susceptible de dejarse arrastrar por el demonio, idea que más tarde se relacionará con la brujería. Además, el pecado de Eva condena a la mujer a sufrir enfermedades y dolores derivados de su función procreadora y de su dependencia absoluta del hombre.
Una mujer se dice que es la amiga del demonio, un almacén de suciedad y una trampa sexual insaciable. Por ello se insiste tanto en la virginidad, que indudablemente suponen una limitación de la mujer, pero que teniendo en cuenta que la mayor parte de los matrimonios son impuestos, la virginidad y la vida ascética proporcionan a estas mujeres un ligero control sobre su vida sexual y social.
A la hora de estudiar los documentos de la Edad Media nos encontramos en que estos son muy rudimentarios no escritos en latín, ya que estaban dirigidos a las mujeres para su aprendizaje, pero evitando dar recetas ya que estas, estaban reservadas para los médicos
En líneas generales podemos decir que, en una sociedad teocéntrica, como la del Medievo, el cuerpo era considerado una envoltura efímera, intrascendente, que encubría el verdadero tesoro que daba razón de ser al individuo: el alma. Todo obedecía a la voluntad divina: la enfermedad, la curación o la agravación de ésta, respondían a los designios de Dios, la medicina fue una labor reservada, especialmente, a los sacerdotes médicos, éstos, no estudiaron la naturaleza y la sintomatología del cuerpo con rigor científico.
Antes de centrarme en la mujer y lo que ella representaba, hablaré de la situación de la Medicina, de la evolución de esta, porque es un fiel reflejo de cómo era visto el dolor y las enfermedades femeninas en la sociedad del medioevo.
Se podría simplificar diciendo que durante este período, la medicina no fue formalmente técnica, ya que perduraban algunos restos helénicos y Helenísticos en Italia, Galia e Hispania, así entre otras cosas encontramos extractos de las compilaciones latinas del bajo Imperio, traducciones al latín de varios escritos hipocráticos, algunas obras de Rufo etc; mucho mayor que la de los facultativos fue, desde el punto de vista de la progresiva constitución del saber médico, la importancia de varios de los pensadores y maestros del tiempo.
Destacamos en la primera mitad del siglo VII la figura de San Isidoro de Sevilla, ya que son los primeros documentos sobre el cuerpo y la sexualidad; posteriormente se van a fundir las escuelas galénica e hipocrática con la medicina árabe para desembocar todos en la Escuela de Salerno.
Podemos decir que no es técnica del todo sino cuasitécnica debido a:
1- Mentalidad ordálica, actuación sanadora del medico
2- Las veces que se recurre a los medios supersticiosos, a veces más efectivos que los médicos.
3- La elementalidad en los tratados médicos.
Por tanto se ve un claro retroceso cultural, y por tanto también medico respecto al periodo Clásico.
A partir del siglo XI aparecen evidentes signos de tecnificación en la medicina medieval y hubo cuatro motivos que ayudaron a esta nueva manera de ver la medicina.
- Autoexigencia
- Racionalización
- Arabización: Aquí tiene gran importancia el monasterio de Ripoll y la escuela de traductores de Toledo, ya que llegaban documentos y estos las traducían siendo muy importante para el movimiento Galenismo, modelo de