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Tumores ginecológicos benignos. Revisión bibliográfica

Tumores ginecológicos benignos. Revisión bibliográfica

Mediante esta completa revisión bibliográfica, se realiza un completo recorrido a lo largo de los posibles tipos de tumores ginecológicos, en función de su anatomía.

Tumores ginecológicos benignos. Revisión bibliográfica

Dra. Walkiria García Montoya

Hospital Dr. Osio de Cuá

TUMORES BENIGNOS DE LA REGIÓN VULVAR

La vulva es el conjunto de los genitales externos de la mujer, compuestos por varias estructuras anatómicas diferentes y complejas que abarcan desde el Monte de Venus al esfínter anal, y entre los dos surcos genitocrurales.

• LABIOS MAYORES: recubiertos de epitelio escamoso estratificado queratinizado, con anexos cutáneos como folículos pilosos y glándulas sebáceas ecrinas y apocrinas; contienen abundante tejido adiposo y músculo liso.

• LABIOS MENORES: con epitelio escamoso no queratinizado; no contienen folículos pilosos y hay escasas glándulas sebáceas; están constituidos por tejido esponjosos eréctil en su parte central, atravesado por haces de colágeno. Están ricamente vascularizados.

• CLÍTORIS: recubierto de epitelio escamoso; no presenta glándulas ni papilas y en su espesor contiene los senos cavernosos eréctiles. Presenta gran número de receptores sensitivos.

• VESTÍBULO: hendidura circular a partir del borde interno de los labios menores, cuya conjunción de denomina Línea de Hart. Está recubierto por epitelio escamoso estratificado no queratinizado; no contiene anexos cutáneos.

• GLÁNDULAS VESTIBULARES MENORES: situadas alrededor de la horquilla, en número de dos a diez. Las glándulas de Skene se encuentran situadas junto al meato uretral.

• GLÁNDULAS VESTIBULARES MAYORES O DE BARTHOLIN: situadas una a cada lado del tercio inferior del vestíbulo. La vascularización de la vulva proviene de las arterias pudendas internas, ramas de las ilíacas internas, y de las pudendas externas, ramas de la arteria femoral. El drenaje venoso sigue el mismo trayecto que el arterial. La región anterior y superior vulvar está inervada por el nervio ilioinguinal y genitofemoral (rama del plexo lumbar); el resto, es inervado por el nervio pudendo.

La circulación linfática de la vulva está formada por una compleja red de capilares linfáticos que ocupan su espesor y, presuntamente se entrecruzan en la parte central del Monte de Venus, para drenar a los ganglios inguinofemorales superficiales (con el grupo de la safena mayor, el de la vena circunfleja ilíaca superficial, el de la pudenda externa superficial y el de la vena epigástrica superficial), después a los profundos (donde encontramos el ganglio inguinal profundo de Cloquet, y los ganglios inguinales profundos, adyacentes a la vena femoral) y luego a los ilíacos.

Embriológicamente las estructuras vulvares son el resultado de la unión del endodermo cloacal, el ectodermo urogenital y las capas mesodérmicas paramesonéfricas. Del tubérculo genital derivan el glande y el tallo del clítoris; del seno urogenital definitivo, el vestíbulo vaginal; del pliegue uretral, los labios menores y del pliegue labioescrotal, los labios mayores.

El estudio de la patología vulvar es complejo y obliga en la actualidad, a realizar un enfoque multidisciplinario con la participación de dermatólogos, medicina genitourinaria, ginecólogos y patólogos. Debe comprender una cuidadosa anamnesis, inspección, palpación, identificación (es muy recomendable la documentación fotográfica de la lesión) y la realización de pruebas diagnósticas complementarias, de las cuales, la biopsia es la definitiva debiéndose realizar en áreas de lesiones pigmentadas con asimetría, bordes mal definidos, color variable y diámetro superior a 6 mm.; también debe ser practicada en áreas ulceradas, sangrantes o de crecimiento rápido.

En cualquier caso, se recomienda utilizar siempre anestesia local (lidocaína al 1% con epinefrina), realizando biopsia escisional completa, en lesiones pequeñas, o biopsia en sacabocados con el punch de Keyes, en las lesiones extensas o multifocales. Las enfermedades de la vulva, las podemos agrupar en:

1) anomalías congénitas,

2) trastornos de la pigmentación,

3) infecciones (bacterianas, por hongos o por virus),

4) tumores glandulares benignos,

5) nevus o tumor benigno melanocítico,

6) dermatosis,

7) patología neoplásica intraepitelial,

8) carcinoma.

La International Society for the Study of Vulvovaginal Diseases (ISSVD), ha tenido como uno de sus principales objetivos el desarrollo y promulgación de la clasificación y nomenclatura de las enfermedades vulvares. En el año 2004 se actualizó el concepto y clasificación de la neoplasia intraepitelial de la vulva (VIN), en el año 2006 se actualizaron las dermatosis y en el año 2007 el dolor vulvar o vulvodinia.

Las tumoraciones benignas originadas en la región vulvar son extremadamente frecuentes y en la mayoría de los casos no requieren ningún tipo de tratamiento. Sin embargo, su conocimiento es importante para diferenciarlas de las tumoraciones malignas. A su vez, en algunos casos estas lesiones benignas forman parte de un cuadro sistémico más complejo, que puede acarrear secuelas importantes a corto y medio plazo.

Tumores epidérmicos

Nevo epidérmico: Se define como aquel hamartoma de origen epidérmico que presenta un carácter congénito. Se trata de una malformación benigna de origen desconocido que tiende a la persistencia. Clínicamente se caracteriza inicialmente por una zona rugosa de la piel que adquiere disposición lineal siguiendo las líneas de desarrollo de la piel. Con los años, las lesiones se transforman en pápulas y/o placas bien circunscritas, con tendencia o no a la confluencia, de superficie papilomatosa, de color pardo-marrón. En la vulva se presentan de forma unilateral. De forma excepcional, dado su origen ectodérmico, puede presentarse asociado a otras anomalías en el desarrollo como deformidades óseas, trastornos del sistema nervioso central, o de la estructura ocular, o alteraciones psíquicas, constituyendo el síndrome del nevo epidérmico (síndrome de Solomon). Histológicamente se caracteriza por una hiperplasia e hipertrofia epidérmica global. El diagnóstico suele ser clínico.

El principal diagnóstico diferencial incluye al liquen estriado, la psoriasis lineal, verrugas vulgares o planas, nevo sebáceo, e incontinencia pigmenti. Excepcionalmente pueden desarrollar en su superficie tumoraciones malignas (CBC, CEC, Bowen). El tratamiento se realiza por razones estéticas. La destrucción de las lesiones mediante laser de CO2 o mediante electrocoagulación permite obtener un buen resultado.

Queratosis seborreica: Son tumores benignos de la piel que se observan generalmente en sujetos de