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Tumores ginecológicos benignos. Revisión bibliográfica

mediana edad. Son extremadamente frecuentes y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo incluida la región vulvar. Clínicamente se caracterizan inicialmente como máculas más o menos planas de color marrón y bordes bien definidos, que con el tiempo adquieren un aspecto verrucoso. Su tamaño oscila entre milímetros a varios centímetros, y puede adquirir coloración negruzca que asemeja una lesión melanocítica. El diagnóstico de estas lesiones suele ser clínicamente sencillo.

Sin embargo, las queratosis seborreicas pigmentadas superficialmente pueden ser difíciles de distinguir de lesiones melanocíticas incluyendo el nevus atípico/melanoma. En estos casos, la dermatoscopia ha mostrado ser una herramienta de gran utilidad para establecer un diagnóstico más exacto. En caso de duda, la histología establece el diagnóstico definitivo. Se caracteriza por una acantosis epidérmica con hiperplasia de la capa basal que incluye múltiples quistes córneos, asociado a un aumento de pigmento en la membrana sin aumento del número de melanocitos. El tratamiento no es necesario, salvo que sean sintomáticos. En este último caso, el tratamiento con crioterapia o laser de CO2 consigue excelentes resultados.

Acantosis nigricans: Es un trastorno cutáneo caracterizado por el desarrollo de pápulas y placas confluyentes que dan un aspecto aterciopelado y grueso. Se localizan en áreas de pliegues, incluyendo axilas e ingles y en menor medida, cara interna de brazos y muslos, área periumbilical, y áreas mucosas. Histológicamente se caracteriza por una hiperplasia epidérmica con hiperpigmentación de la membrana basal sin displasia histológica. La detección de acantosis nígricans ha cobrado importancia en los últimos años ya que en algunos casos significa algo más que un problema estético. En pacientes mayores de 50 años se ha relacionado con una alta resistencia a la insulina, lo cual se traduciría en glucemias elevadas y un mayor riesgo cardiovascular. Este tipo de lesiones no requieren tratamiento. En ocasiones, un buen control de la glucemia produce regresión completa de las lesiones.

Tumores dérmicos

Fibroma blando: También conocido como acrocordón, fibroma péndulo, o mollluscum pendulum, el fibroma blando se trata de una tumoración benigna de origen dérmico, que se desarrolla principalmente en las flexuras. Su origen es desconocido, y aparece con mayor frecuencia en gente obesa. Clínicamente se caracteriza por una o más lesiones papulosas del color de la piel normal, pediculadas o sésiles, de consistencia blanda, asintomáticas. Muestran predilección por axilas, cuello, ingles, y párpados. Histológicamente muestran un tallo conjuntivo laxo, edematoso, con un eje vascular central, recubierto de una epidermis sin alteraciones. El diagnóstico es eminentemente clínico; su diagnóstico diferencial incluye las verrugas vulgares, los nevos melanocíticos, y la acantosis nigricans. Son lesiones que, salvo por motivo estético, no precisan tratamiento.

Tumores anexiales

Quiste epidérmico: También denominado quiste epidermoide infundibular común, se trata de un tumor benigno de morfología quística, que aparece en la piel pilosa como resultado del cierre de un folículo pilosebáceo. Clínicamente se manifiesta como una lesión solitaria, hemisférica, revestida de piel normal o con telangiectasias, de consistencia firme o elástica, centrada por un poro negro. El estudio histológico muestra una cavidad tapizada por un epitelio poliestratificado semejante a la epidermis de superficie, a veces muy adelgazado por la compresión del contenido del quiste: queratina en cúmulos concéntricos. El diagnóstico es clínico Hay que diferenciarlo de otros quistes y/o granulomas inflamatorios. Tienen tendencia a la persistencia, con períodos de inflamación e infección. Dado este problema, se recomienda la extirpación completa de la lesión si no existe inflamación.

Esteatocistoma: También conocido como quiste del ducto sebáceo, hamartoma quístico o quiste velloso eruptivo. Se trata de una tumoración quística tapizada por un epitelio similar al del conducto sebáceo. Existe una forma solitaria y otra múltiple. Esta última se desarrolla en la pubertad, apareciendo lesiones en cualquier localización cutánea y mucosa, con frecuencia en vulva o en región escrotal. La estatocistomatosis múltiple es esporádica, aunque se han descrito casos familiares con herencia autosómica dominante. Clínicamente se manifiesta como pápulas de diferentes tamaños, de consistencia firme o elástica, de color amarillento o idéntico a la piel circundante, adheridas a la epidermis suprayacente. Cuando se localizan en la vulva, lo hacen sobretodo en labios mayores. Si se puncionan sale una sustancia fluida oleosa, a veces, restos de pelo. Histológicamente se caracteriza por una cavidad tapizada por un epitelio de 3 a 7 capas de espesor, sin granulosa, con una gruesa cutícula de contorno ondulado. Pueden encontrarse lóbulos sebáceos aislados en la pared. El diagnóstico es clínico e histológico. Presentan tendencia a la persistencia y a la progresión. No precisa tratamiento, salvo por motivos estéticos.

Quiste mucoso: (Quiste de Gartner) Se trata de un quiste simple localizado en el vestíbulo, que es secundario a la dilatación de las glándulas vestibulares menores. Se trata de una tumoración poco frecuente que se encuentra tapizada por epitelio columnar. En la edad adulta se produce a consecuencia de la obstrucción de la abertura glandular, generalmente post-inflamatoria. También existe una forma congénita, debida a atresia del conducto de la glándula, que se presenta en la recién nacida. Desde el punto de vista clínico, se trata de un quiste superficial, subepitelial, localizado en el vestíbulo por debajo del himen. Presenta una cápsula lisa a través de la cual se observa un contenido translúcido. Histológicamente, el quiste mucoso tiene un epitelio de revestimiento de tipo columnar mucosecretor. El diagnóstico resulta sencillo. Cuando se localizan justo por debajo de la uretra, a nivel de los conductos de las glándulas de Skene, pueden confundirse con los divertículos o quistes uroteliales. En la parte posterior del vestíbulo puede confundirse con el quiste de Bartholin, aunque este último se sitúa a mayor profundidad. No requiere tratamiento, aunque los casos sintomáticos pueden extirparse con anestesia local.

Hidradenoma: Se trata de un tumor glandular benigno, originado en las glándulas sudoríparas apocrinas genitales especializadas, localizadas en cara interna de labios mayores y surco interlabial. Por su morfología también se denomina hidradenoma papilífero. Se trata de una tumoración poco frecuente, descrita casi exclusivamente en mujeres blancas. Consiste en un nódulo solitario redondeado u ovoideo, localizado típicamente en el surco interlabial, que mide una media de 1 a 2 centímetros. Al ulcerarse se observa un material rojizo en su interior que sangra con facilidad y puede infectarse.

El diagnóstico diferencial se debe establecer con el granuloma piogénico y el adenocarcinoma. Histológicamente el tumor se origina en la dermis y está compuesto de papilas, túbulos y acinis recubiertos por células epiteliales glandulares que forman una o dos capas, la más externa con presencia de elementos mioepiteliales. Las características histológicas son semejantes a las del papiloma intraductal benigno de la mama. Está recubierto por epitelio escamoso que con frecuencia se ulcera por su parte distal.