Compostela, analiza la asociación entre el estrés laboral y diferentes parámetros relacionados con el metabolismo de los ácidos grasos en el organismo.
El trabajo, publicado en el Scandinavian Journal of Public Health, se llevó a cabo en una muestra de más de 90.000 empleados que acudieron a realizarse un reconocimiento médico.
“Los trabajadores que declararon haber experimentado dificultades para hacer frente a su trabajo durante los últimos doce meses (un 8,7% de la muestra) contaron con un mayor riesgo de padecer dislipidemia”, señala a SINC Carlos Catalina, psicólogo clínico experto en estrés laboral.
BASES TEÓRICAS
Desde comienzo de la historia, los pueblos han apreciado el momento dedicado a la alimentación. A través del tiempo, la manera de alimentarse ha variado y es diferente entre un pueblo y otro. Hay evidencia de que, en ausencia del influjo de la cultura el hombre tiende a ingerir una dieta equilibrada y suficiente:” Detrás de la aparente simplicidad del acto de comer se esconde una enorme complejidad fisiológica y muchos factores que determinan la conducta alimentaria de un individuo o de un pueblo”. [3]
Existen numerosos factores que influyen en la forma y tipo de alimentación, entre ellos, los hábitos y costumbre ocupan un lugar preponderante. Entre otros aspectos que determinan el tipo de comida están, los geográficos, tecnológicos, económicos, filosóficos, religiosos, individuales, etc. A pesar de la variedad de los aspectos citados, ellos interactúan de tal manera que las dietas autóctonas de cada pueblo satisfacen, en su mayoría, las necesidades biológicas.
Por otra parte, el individuo para poder desarrollar y alimentarse se ve en la necesidad de adquirir costumbres y hábitos alimenticios. “Una conducta se convierte en habito cuando se repite con tanta frecuencia que acaba por permanecer; las fuerzas que la conservan deben ser, por lo tanto cotidianas, estables, y poderosas”. Es de gran importancia resaltar que existen algunos agentes determinantes en la adquisición de estos hábitos y costumbres y por consiguiente en su modificación. Estos agentes dependerán de la disponibilidad y accesibilidad para la adquisición de alimentos.
Para todo esto es importante destacar otros factores predominantes para mantener una alimentación adecuada, de acuerdo a la cultura, posición económica, disposición geográfica, entre otros. Entre esos factores se encuentran:
– El poder adquisitivo.
– Las necesidades alimentarias,
– La producción familiar interna,
– Las motivaciones grupales o individuales.
El poder adquisitivo varía en cada núcleo familiar de acuerdo con el ingreso económico en relación a los gastos. En relación con las necesidades alimentarias esta dependerá de la composición numérica y etaria de cada núcleo familiar. Organismos internacionales como la UNESCO, la OMS el INCAP, y también instituciones especificas de diversos países han establecido pautas generales de necesidades nutritivas para la población, que están establecidas en tablas-patrón según edad, sexo y estados especiales.
Una nutrición adecuada mantiene al hombre con salud; esto obliga a seleccionar alimentos variados y de buena calidad para la obtención de los nutrientes necesarios cada día. Los alimentos, ya sea de origen animal o vegetal, proporcionan los nutrientes y la energía necesaria para vivir. Los nutrientes son aquellas sustancias orgánicas o inorgánicas que el cuerpo necesita para mantenerse y para reparar sus tejidos, y para la reproducción y el crecimiento. Algunos son sintetizados por el organismo, por ejemplo la vitamina K y algunas proteínas; otros, que no se sintetizan, deben obtenerse de la dieta común.
Así, hay alimentos que aportan gran cantidad de energía, como las grasas y los aceites; y otros que aportan nutrientes variados, además de energía como la carne, cereales y frutas. Cada nutriente tiene una función específica; las grasas básicamente aportan energía y ácidos grasos esenciales; las proteínas, además de proveer energía, tienen principalmente una función plástica o renovadora de tejido; los carbohidratos, dan energía y son fuente de vitaminas; las vitaminas y minerales actúan como reguladores del metabolismo y de otras funciones celulares.
Los nutrientes son las sustancias químicas y los compuestos moleculares, orgánicos e inorgánicos, que se necesitan para las funciones vitales del ser humano. Los nutrientes se clasifican según su composición química, en orgánicos e inorgánicos. Entre los orgánicos, se incluyen los carbohidratos, las grasas las proteínas y las vitaminas. Y entre los micronutrientes se encuentran los minerales.
Los carbohidratos constituyen los alimentos que integran la mayor parte de la dieta en mayor cantidad debida a su alta variedad. Existen carbohidratos de origen animal como la lactosa y el glucógeno y se encuentra los de origen vegetal, que representan la principal fuente d energía para el ser humano.
Los carbohidratos a su vez se clasifican en:
– Monosacáridos
– Disacáridos
– Polisacáridos
Los monosacáridos incluyen los azucares (glucosa, fluctuosa y galactosa). Los disacáridos se constituyen de alcohol (sacarosa, maltosa y lactosa). Y en los polisacáridos se encuentran los almidones (almidón, glicógeno y celulosa).
Las glucosa es la fuente d energía que el cuerpo utiliza para sus funciones normales, crecimiento y reparación de tejidos. Las fuentes alimenticias de carbohidratos, además de energía, aportan vitaminas, minerales y proteínas.
Los lípidos constituyen los alimentos que aportan mayor cantidad de energía a nuestro organismo. Ala igual que los carbohidratos son compuestos orgánicos, formados por átomos de carbono, hidratos y oxigeno. Estos se dividen en:
– Lípidos sencillos (manteca, ceras, aceites, grasas y triglicéridos).
– Lípidos compuesto (fosfolipidos, lipoproteínas y glucolipidos)
– Lípidos derivados (aceites no comestibles, ácidos biliares, colesterol y vitaminas liposolubles).
El colesterol, natural en el organismo, y presente solo en los tejidos animales, aumenta con la ingesta de grasas saturadas y su exceso sube el nivel sanguíneo, asociado con enfermedades cardiovasculares.la manera d preparar los alimentos puede aumentar su valor energético. Los lípidos en exceso se almacenan en el tejido adiposo y conduce a la obesidad. Los lípidos cumplen funciones variadas entre ellas: son una fuente de energía altamente energética, aportan ácidos grasos esenciales, transportan vitaminas liposolubles, regulan el metabolismo del colesterol, colaboran en la homeostasis térmica del organismo e intervienen en el transporte,