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Importancia de la antropometría en el diagnóstico de la ragilidad  y sarcopenia

Importancia de la antropometría en el diagnóstico de la fragilidad  y sarcopenia

Autora principal: María Isabel Manga González

Vol. XVII; nº 5; 195

Importance of anthropometry in the diagnosis of frailty and sarcopenia

Fecha de recepción: 16/02/2022

Fecha de aceptación: 10/03/2022

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 5 – Primera quincena de Marzo de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 5; 195

Autores:

María Isabel Manga González – Enfermera. Centro de salud canal imperial, Zaragoza, España

Laura Aguar Larraz, administrativo. Centro de Reconocimientos Médicos “Gómez Laguna”. Zaragoza, España

Sonia Usón Lucea Enfermera Medicina Preventiva Hospital Miguel Servet Zaragoza, España

Leticia Civiriain San Miguel. Trabajadora Social, Zaragoza, España

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/
El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

RESUMEN: El proceso del envejecimiento implica cambios fisiológicos y psicosociales que pueden modificar el estado nutricional en el anciano. La composición corporal está estrechamente ligada a la presencia de fragilidad, esta constituye un síndrome multidimensional, asociada a mayor riesgo de desordenes clínicos (deterioro funcional, caídas, fracturas, aumento hospitalización y mortalidad, etc.), para detectarla se utilizan una amplia gama de técnicas para evaluar la composición corporal (tomografía computarizada, resonancia magnética, etc.), el coste de estas técnicas es muy elevado y su acceso es limitado, haciéndolas poco prácticas desde el punto de vista clínico así como en estudios epidemiológicos que se realicen a gran escala.

PALABRAS CLAVE: Fragilidad, anciano frágil, desnutrición, sarcopenia, ejercicio físico.

SUMMARY: The aging process involves physiological and psychosocial changes that can modify the nutritional status in the elderly. Body composition is closely linked to the presence of frailty, this constitutes a multidimensional syndrome, associated with a higher risk of clinical disorders (functional deterioration, falls, fractures, increased hospitalization and mortality, etc.), to detect it a wide range is used of techniques to evaluate body composition (computed tomography, magnetic resonance, etc.), the cost of these techniques is very high and their access is limited, making them impractical from a clinical point of view as well as in epidemiological studies carried out at big scale.

KEYWORDS: Frailty, frail elderly, malnutrition, sarcopenia, physical exercise.

INTRODUCCIÓN

El incremento de la población anciana en países desarrollados es constante y el interés en el aumento de su calidad de vida requiere acciones para poder prevenir problemas crónicos y una identificación precoz de estos a través de métodos simples, ya que las técnicas diagnósticas de imagen (la tomografía computarizada, resonancia magnética…) aumentan los costes y son de acceso limitado para realizar estudios epidemiológicos a gran escala.1, 2

El síndrome de fragilidad se considera uno de los principales problemas que enfrentan las sociedades envejecidas, puesto que afecta la calidad de vida de las personas mayores y está directamente asociado con resultados de salud negativos (caídas, fracturas, hospitalización, institucionalización, etc.).5

El término fragilidad está intrínsecamente relacionado con el concepto de sarcopenia (síndrome caracterizado por una pérdida progresiva de masa y fuerza muscular, asociada a resultados adversos). La prevalencia de la fragilidad física aumenta de manera exponencial a medida que se envejece, a los 65 años un 3,2% de media, en los mayores de 80 un 16,3% y en los mayores de 90 23,1%.3, 4

La pérdida de masa muscular se debe identificar mediante un abordaje más integral incluyendo una valoración del consumo de alimentos y medidas antropométricas, que diferencian la masa muscular de la grasa corporal.5

La antropometría es un método no invasivo que se utiliza para evaluar el tamaño, las proporciones y la composición del cuerpo humano, que refleja tanto el estado de salud como el nutricional, predice el rendimiento y la supervivencia de las personas. Entre las principales ventajas de este método se encuentran la operación simple y de bajo coste, facilitando, entre otras cosas, la formación de profesionales y el uso de este recurso en lugares donde no es posible utilizar métodos más sofisticados. Los estudios muestran que existe una relación entre la capacidad física reducida y los cambios antropométricos. En este contexto, indicadores antropométricos como el índice de masa corporal (IMC), peso, relación cintura-cadera (WHR), perímetro braquial (PB), perímetro de la pantorrilla (PP) y circunferencia de la cintura se identifican como posibles indicadores de cambios en el estado nutricional y / o capacidad física y / o fragilidad.6

OBJETIVOS

Conocer la medición antropométrica para ser usada con fines de detección prácticos en escenarios clínicos o de investigación a gran escala ya que es un método simple y de bajo coste económico. Estudiar qué indicadores antropométricos son los más útiles en personas mayores de 60 años.

METODOLOGÍA

Se ha realizado una búsqueda bibliográfica en bases de datos con las palabras claves “Frailty” “anthropometric” y el booleano “AND”. Los criterios de inclusión eran estudios de medidas antropométricas relacionadas con la fragilidad en  personas mayores de 60 años, de los últimos 5 años.

RESULTADOS

En el estudio transversal de Mello et al.5 realizado en Brasil a 137 personas (≥60 años), 44 hombres y 93 mujeres, analiza la relación deñl la antropometría, la fragilidad del anciano y la dieta. El síndrome de fragilidad se evaluó por cinco ítems (criterios de Fried): pérdida de peso no intencional (≥4.5 kg o ≥ 5% del peso corporal) en el último año, fatiga, fuerza (fuerza de agarre), nivel de actividad física (gasto semanal de energía) y velocidad de la marcha. Si cumplían al menos 3 de los 5 criterios, se consideraron frágiles; 1-2 criterios pre-frágiles y ningún criterio se consideraron no frágiles. Para la evaluación antropométrica se midió la masa corporal, la altura, la circunferencia de la cintura, la relación cintura-altura y el índice de conicidad, la circunferencia muscular del brazo, la pantorrilla, el pliegue cutáneo tricipital y se calculó el IMC. El patrón encontrado de un IMC elevado en los grupos prefrágiles y frágiles corrobora los estudios internacionales, en los que las mujeres (prefrágiles y frágiles) aumentaban a medida que aumentaba el IMC ≥ 35,36.

Ortiz et al. 2 en Perú realizan una comparativa de datos en 37 adultos con fragilidad y 68 sin fragilidad (≥ 60 años), relacionando la antropometría y  la fragilidad del anciano. La medición de fragilidad se realizó utilizando los criterios de Fried, que considera a una persona frágil si cumple tres de cinco criterios. Se realizó la medición antropométrica, se determinó el peso, la talla, el índice de masa corporal (IMC), así como las mediciones de pliegue tricipital subcutáneo (PTSC), el perímetro braquial (PB) y la circunferencia muscular del brazo (CMB). Los hallazgos de este estudio describen la asociación entre las variables de composición corporal y el síndrome de fragilidad y encontraron que los adultos mayores frágiles tienen valores menores en todas las mediciones antropométricas, incluidos el peso, la masa muscular medida por la CMB y la masa libre de grasa (MLG) en comparación con los no frágiles, hallazgos consistentes con el concepto de que la sarcopenia es el factor asociado a la presencia y la génesis de fragilidad, pudiendo superponerse, sin estar necesariamente vinculadas.

El estudio compuesto por 316 personas (≥ 60 años) de Sampaio et al. 6 busca la asociación entre los marcadores antropométricos y el síndrome de fragilidad. Los indicadores antropométricos seleccionados en el estudio fueron el perímetro de la pantorrilla (PP), índice de masa corporal (IMC) y área muscular del brazo corregida (AMBc), estos mostraron una asociación significativa e inversamente proporcional con el síndrome de fragilidad. El  IMC y el PP demuestran una buena sensibilidad de forma conjunta y un método simple muy acertado para el cribado de las personas mayores frágiles.

Estudio de 295 mujeres japonesas de Tanaka et al.7 que valora la circunferencia del cuello (NC),  índice de masa muscular esquelética apendicular (aSMI), fuerza de los músculos de la espalda, valores analíticos (colesterol total, triglicéridos, albumina y PCR) y la prueba Timed Up and Go (TUG) para medir el rendimiento físico. Los resultados de este estudio mostraron que hubo diferencias significativas en cuatro circunferencias del tronco, aSMI, fuerza de los músculos de la espalda, TUG y niveles de albúmina entre los dos grupos. El análisis por edad mostró que se observaron diferencias significativas a partir de los 60 años. El análisis de regresión múltiple mostró que la NC tenía una asociación significativa con la fragilidad, así como el aSMI que estaba relacionado con la sarcopenia y la albúmina que estaba relacionada con el estado nutricional. Se cree que los aumentos de NC reflejan la hipernutrición, como la diabetes y el síndrome metabólico. En mujeres de mediana edad y ancianas, NC se relacionó fuertemente con la fragilidad entre las circunferencias del tronco medidas mediante BIA.

Estudio transversal realizado en Brasil a 25 hombres mayores de 65 años de Claudia et al.1 tiene como objetivo validar las ecuaciones antropométricas existentes predictivas del tejido blando magro apendicular (TBMA) y verificar su precisión para el diagnóstico de sarcopenia en varones de edad avanzada. Los resultados sugieren que de las 13 ecuaciones probadas para evaluar el tejido blando apendicular libre de grasa (ALST), solo dos ecuaciones indias (Kulkarni 1 y Kulkarni 3) cumplieron con los criterios de validez adoptados en este estudio, lo que confirma el potencial predictivo de la antropometría. Se confirmó la hipótesis de que las ecuaciones no específicas poblacionales no predicen la ALST. El uso de ecuaciones generadas en una población diferente a su origen puede resultar en una sobreestimación de ALST, ya que se generan a partir del tejido corporal de individuos de diferentes nacionalidades. Parte de estas diferencias se explica porque ALST tiene una gran variabilidad en cuanto a género y etnia.

CONCLUSIONES Y LIMITACIONES DE LOS ESTUDIOS

Si bien no se ha utilizado el mejor método diagnóstico para la medición de la masa muscular y grasa debido a que las medidas antropométricas son vulnerables al error por los diferentes cambios relacionados con la edad de los depósitos adiposos y la pérdida de elasticidad cutánea que contribuyen a errores de estimación en las personas de edad avanzada, el presente estudio intenta valorar la utilidad de la medición antropométrica para ser usada con fines de detección prácticos y de bajo costo en escenarios clínicos o de investigación a gran escala dada su practicidad y simpleza en su ejecución.2

El uso de diferentes indicadores antropométricos fue importante y mostró que la evaluación del estado nutricional mediante el uso del IMC de forma aislada es insuficiente para un diagnóstico veraz, ya que no detecta la pérdida de masa muscular y la centralización de la grasa corporal,  o enfermedades que modifican estos valores.

Además, la pérdida progresiva de masa magra y la regionalización de la grasa, presente en el envejecimiento, pueden no conducir a una reducción del IMC, lo que provocaría un diagnóstico erróneo de eutrofia, enmascarando un importante déficit nutricional y un mayor riesgo de desarrollo del síndrome de fragilidad.5

Considerando el bajo costo y la facilidad de obtención de medidas antropométricas, se argumenta que estos indicadores antropométricos del estado nutricional, y sus respectivos puntos de corte identificados, pueden ser utilizados para el cribado de fragilidad, agilizando el diagnóstico, contribuyendo a las acciones de prevención.6

La NC usado normalmente como marcador antropométrico para detectar pacientes con riesgo de sueño síndrome de apnea; también se utiliza para detectar algunos trastornos metabólicos. La NC es una buena medida para reflejar la posición de grasa en la parte superior del cuerpo, mejorando la identificación de individuos de alto riesgo, pudiendo ser un factor predictivo de fragilidad en el futuro la disminución de este. La razón de esto es que la fragilidad es un concepto que incluye varios elementos. Además, la desnutrición en los ancianos suele deberse a diversas influencias, que a menudo conducen a la fragilidad.7

Con base en los datos obtenidos de este estudio, se requieren investigaciones adicionales para evaluar más el concepto de fragilidad, también sería de interés estudiar los valores antropométricos en muestras más extensas para poder extrapolar los resultados.

BIBLIOGRAFÍA

1. Claudia A, Venturini R, Abdalla PP, Pereira A, Alves TC, et al. Nutrición Hospitalaria. 2020;  37 (4): 776-785.

2. Ortiz PJ, Varela LF, Tello T, Mas G. Características antropométricas asociadas a fragilidad en adultos mayores sin deterioro funcional que viven en comunidad. Rev Soc Peru Med Interna. 2017;30(2):69.

3. Rodríguez-Mañas L, Féart C, Mann G, et al. Searching for an operational definition of frailty:A Delphi method based consensus statement. The Frailty Operative Definition-Consensus Conference Project. J Gerontol A Biol Sci Med Sci 2013;68:62.

4. Abizanda Soler P, Rodríguez Mañas L. Fragilidad en el anciano. En: Abizanda Soler P, Rodríguez Mañas L (editores). Tratado de Medicina Geriátrica. Madrid: Elsevier; 2014. pp 383-91.

5. Mello ADC, Carvalho MS, Alves LC, Gomes VP, Engstrom EM. Consumo alimentar e antropometría relacionados à síndrome de fragilidade em idosos residentes em comunidade de baixa renda de um grande centro urbano. Cad Saude Publica. 2017;33(8):1-12. https://doi.org/10.1590/0102-311×00188815.

6. Sampaio LS, Carneiro JAO, Coqueiro R da S, Fernandes MH. Indicadores antropométricos como preditores na determinação da fragilidade em idosos. Cienc e Saude Coletiva. 2017;22(12):4115-23. https://doi.org/10.1590/1413-812320172212.05522016.

7. Tanaka S, Ando K, Kobayashi K, Seki T, Hamada T, Machino M, et al. Declining neck circumference is an anthropometric marker related to frailty in middle-aged and elderly women. Mod Rheumatol [Internet]. 2020;30(3):598-603. Disponible en: https://doi.org/10.1080/14397595.2019.1627023