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Manejo de la rotura espontánea de membranas antes del inicio del trabajo de parto en gestantes a término

(6)

Para poder realizar una inducción electiva tiene que haber una serie de condiciones previas que deben cumplirse estrictamente: (1)

– Embarazo a término.

– Presentación no distócica.

– Ausencia de antecedentes de cirugía uterina, incluyendo cesáreas previas.

– Ausencia de sospecha de desproporción pélvico-cefálica.

– Ausencia de signos de pérdida de bienestar fetal.

– Ausencia de complicaciones obstétricas o médicas.

– Que la madre tenga un cérvix favorable.

En cualquier caso la inducción electiva no es recomendada por muchos autores puesto que se asocia con un aumento de la tasa de cesáreas, sobre todo en mujeres nulíparas. (1)

La indicación terapéutica o médica es aquella en la que se decide poner fin a la gestación porque si ésta siguiera adelante, podría verse comprometida seriamente la salud de la madre o del feto. Las indicaciones médicas pueden ser maternas, fetales u obstétricas. (1) (6)

Indicaciones maternas:

– Neuropatías.

– Cardiopatías.

– EPOC.

– Diabetes.

– Enfermedades hipertensivas del embarazo.

– Neoplasias.

– Otras.

Indicaciones obstétricas:

– Rotura prematura de membranas.

– Corioamnionitis.

– Embarazo prolongado.

– Otras.

Indicaciones fetales:

– Crecimiento intrauterino retardado.

– Feto muerto.

– Isoinmunización Rh.

– Anomalías congénitas.

Antes de llevar a cabo una inducción debemos comprobar que no haya contraindicaciones que nos conduzcan a realizar una cesárea electiva como por ejemplo: presentación anómala, placenta previa, procúbito de cordón, sufrimiento fetal agudo, desproporción pélvico-cefálica, vasa previa, antecedentes de dos o más cesáreas anteriores (o una si la incisión es corporal o en T), cáncer de cérvix invasor, intervenciones ginecológicas previas con apertura a cavidad endometrial, algunas malformaciones genitales, infección herpética activa o condilomatosis importante del canal vaginal. (1)

Antes de iniciar la inducción hay que valorar las características cervicales. Para ello se utiliza el test de Bishop que incluye parámetros como la dilatación, el borramiento, la consistencia, la posición del cuello y la altura de la cabeza del feto. Se valora cada parámetro de 0 a 3 puntos. Si la puntuación total obtenida es igual o mayor a 7 las probabilidades de éxito de la inducción son mayores. (1)

La madurez cervical y la altura de la presentación fetal son los factores más importantes relacionados con el éxito de la inducción del parto. Debemos tener presente que cuando el cérvix no está maduro, las posibilidades de que la inducción no tenga éxito y de que se termine realizando una cesárea pueden ser hasta del 50%. (6)

La gestante, antes de someterse a la inducción deberá firmar un consentimiento informado. Durante la inducción se realizarán registros cardiotocográficos para descartar cualquier anomalía en el feto o la irrupción de contracciones uterinas espontáneas (1).

RIESGOS DE LA INDUCCIÓN:

La inducción al parto tiene una serie de riesgos de los cuales deberemos informar a la madre. (1) (6)

Riesgos para la madre:

– Fracaso de la inducción.

– Crisis emocional (ansiedad y miedo).

– Inercia uterina y parto prolongado en el tiempo.

– Hiperdinamias y parto tumultuoso con el consiguiente riesgo de rotura uterina, desgarros cervicales o desprendimiento prematuro de placenta normalmente inserta.

– Hemorragia postparto.

– Infección intrauterina.

– Embolia del líquido amniótico.

Riesgos para el feto:

– Traumatismos provocados durante el nacimiento por parto precipitado.

– Prolapso de cordón umbilical (amniotomía).

– Infección del neonato (amniotomía).

– Pérdida de bienestar fetal.

– Nacimiento pretérmino de causa iatrogénica.

Cuando la inducción del parto se hace de acuerdo con las recomendaciones establecidas pocas veces se puede asociar ésta con efectos adversos para la madre o para el feto, y la mayor parte de las complicaciones se relacionan con un aumento excesivo de la dinámica uterina o con patología preexistente. (6)

El fallo o fracaso de la inducción se considera una complicación de la misma. Esto es cuando la inducción no termina en un parto vía vaginal. (10)

La inducción puede producir en la madre un estado de temor e intranquilidad. Esto la conduce a una crisis de angustia que aumenta a medida que va pasando el tiempo y el parto no se ha producido. (6)

En ocasiones, la madre sometida a inducción tiene que soportar una dinámica uterina excesiva que le provoca dolores más frecuentes y duraderos. La situación emocional de la madre repercute indirectamente sobre el propio feto y sobre la dinámica uterina. (6)

Además, cuando las contracciones uterinas ocurren con una frecuencia mayor de cada 2 minutos, tienen más probabilidad de producir pérdida del bienestar fetal, naciendo más niños deprimidos y aumentando el número de ingresos en las unidades de neonatología. (6)

MADURACIÓN CERVICAL O PREINDUCCIÓN:

Sería conveniente diferenciar los métodos utilizados para favorecer la maduración del cérvix de los destinados a inducir el parto, aunque ambos tienen la finalidad de desencadenar el parto de forma artificial en la práctica clínica. (6)

Los métodos de maduración cervical modifican las características del cuello, desde la inmadurez a la madurez, para permitir la acción eficaz de la actividad del útero provocada por el efecto de los