Las peores consecuencias las sufre la víctima del acoso escolar o bullying. Sufrir acoso escolar puede acabar en fracaso escolar, ansiedad anticipatoria o fobia al colegio, con lo que configura una personalidad insegura para el desarrollo óptimo de la persona, a nivel personal y social. Y la peor consecuencia de todas, el suicidio, como única vía para escapar de la situación. Recordemos el caso Jokin en España.
Sin embargo, no se puede olvidar que el hecho de que la asistencia a clase sea obligatoria y que implique necesariamente formar parte de un grupo aumenta el malestar experimentado por quien sufre el maltrato de sus compañeros. Además son las víctimas y no los agresores, los alumnos a los que se les suele cambiar de colegio o instituto para evitar la situación, con lo que el agresor sigue en el mismo centro y puede continuar con sus batallas contra otro alumno.
Cabe decir que en las víctimas de acoso escolar se encuentran daños físicos evidentes pero también daños sociales como la inhibición o el retraimiento, daños psicosomáticos como pesadillas, falta de apetito, trastornos gastrointestinales, entre otros, así como psicológicos (síntomas de depresión, ansiedad, frustración) y conductuales en forma de agresión, irritación o rutinas obsesivas por lo que es necesario intervenir a tiempo antes de que estos daños puedan ser irreversibles.
El docente ante el acoso escolar
Las situaciones vinculadas a la presencia del acoso escolar en las instituciones educativas, conllevan diversas dificultades, tanto para su intervención como para su detección, debido a que, en la mayoría de los casos, cuando se dan a conocer, es porque los niveles de agresiones son elevados y por ende de mayor riesgo e intensidad para las victimas pudiendo ocasionar daños psicológicos inclusive hasta la muerte.
Por tal razón, es necesario no solo alertar a los docentes sobre la importancia del fenómeno, sino también a los padres y representantes a fin de tener la ayuda necesaria de su parte, ya que muchas veces los niños reflejan en el acoso escolar lo que viven en sus hogares y es necesario indagar sobre la situación que viven con su familia a fin de conocer las posibles causas de tal acoso tanto del agresor como de la víctima.
Para evitar posibles problemas, es conveniente que el docente lleve un registro anecdótico sobre las situaciones de acoso escolar vivido en el aula o fuera de ella, a fin de medir la frecuencia con la cual se presentan las conductas no operativas en las cuales se manifieste acoso escolar y poder tener evidencias sobre las mismas al momento de informar ante las autoridades escolares o legales. De igual forma es imprescindible que busque la forma de informarse sobre el fenómeno de acoso escolar para buscar ayuda de personas o técnicas que puedan solventar o al menos minimizar la frecuencia con la cual se presenta la problemática.
Teoría Cognitiva del Aprendizaje
Schunk (1997), describe Otra teoría que servirá de apoyo a la investigación, esta es la de Clark L. Hull, cuyo supuesto básico es que la conducta sigue reglas y puede ser descrita con precisión. Hull se ocupa del modo en se forman las asociaciones entre estímulos y respuestas. Para describir tales relaciones el teórico empleaba variables interventoras, o constructos teóricos que median entre ellas.
Consiste de variables inobservables que se infieren de las condiciones previas y de las variables contextuales presentes. Las más notables de las variables interventoras de este sistema son: la fuerza del hábito, el impulso, la inhibición y la motivación por incentivos. Su teoría es lógico- deductiva y consta de una serie de postulados de los que se derivan teoremas que están sujetos a comprobación y sirven como base para algunos estudios.
Modelo de Aprendizaje Básico.
El sistema de Hull comprende las tres clases de variables; las variables independientes, son estímulos que inciden en el organismo, las dependientes son respuestas de este (como tipo, magnitud o duración particular) y las interventoras son los procesos que ocurren en el interior del organismo. No son observables en forma directa pero pueden ser definidas operacionalmente. Entre las variables interventoras hay tres importantes: el impulso, la fuerza del hábito y la inhibición.
Variables dependientes – Variables interventoras – Variables independientes
La teoría de Hull aporta a esta investigación información clave para el diseño de las técnicas cognitivo conductuales para la intervención del acoso escolar, ya que pone de manifiesto que existe una conducta que se aprende y que al no ser reforzada puede dejar de existir, así como también que en el proceso de aprender las conductas actúan tres variables las cuales provienen del ambiente y del organismo pero que pueden ser alteradas a favor de cambiar conductas no operativas por operativas.
Orientación Cognitivo Conductual
Calvo (2009), “Esta orientación parte del supuesto de que la actividad cognitiva determina el comportamiento. Existen muchas diferencias al enfocar los aspectos cognitivos, ya que unos se centran en estructuras, creencias, o supuestos básicos como principales entidades causales de las emociones y la conducta, otros en procesos tales como solución de problemas, distorsiones cognitivas, o contenidos del pensamiento”.
Con respecto a lo señalado por la autora, se podría decir que la orientación cognitivo conductual tiene la particularidad de estudiar como las cogniciones pueden modificar la conducta de los individuos, así como también se encarga de analizar y aplicar distintas técnicas para modificar aquellas conductas no operativas que pueden perjudicarlo o puedan perjudicar a las personas a su alrededor.
Técnicas Cognitivo Conductuales
Las técnicas cognitivo conductuales se emplean en la terapia cognitivo conductual buscando distintas formas de modificar en el individuo aquellas conductas no operativas que pueden causar alguna incomodidad. En tal sentido Olivares y Méndez (1999), las defines como “Técnicas que se abocan a modificar comportamientos y pensamientos, antes de brindarle al individuo la oportunidad de simplemente descargar sus sentimientos”
Según los autores mencionados estas técnicas están orientados hacía el presente, por lo que se investiga el funcionamiento actual y no hay mayores exploraciones del pasado, aunque por supuesto se hace una historia clínica y se pone énfasis en los patrones disfuncionales actuales de los pensamientos y conductas. El énfasis de la TCC está puesto más en el “Qué tengo que hacer para cambiar” que en el “Por qué”. Entre las técnicas cognitivo conductuales