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Úlceras y heridas tórpidas. Problema social en aumento

–                      En el papiro de Edwin Smith (1.600 años a.C.) se describen 48 casos de heridas tratadas con apósitos.

–                      Hipócrates (460-376 años a.C.), parece ser que fue‚ el primero en mencionar la cura oclusiva cuyo fundamento era el reposo y la capacidad curativa del drenado de pus (pus loable)

–                      Galeno (200-130 años a.C.), vuelve a hacer referencia a las mismas incluyendo las pérdidas de sustancia de las heridas contusas.

–                      Billroth y Ollier (1.870), en la guerra francoprusiana emplearon escayolas para inmovilizar las fracturas abiertas de los miembros y a éste método se le denominó «cura oclusiva», siendo su finalidad proteger la herida de la contaminación.

–                      Trueta (1.934), fue el introductor de la cura oclusiva con vendajes de yeso, pero el olor fétido que producían no fue popular, a pesar de los buenos resultados y de las amputaciones que se evitaron con este método.

–                      Winter (1.982), afirmaba que el medio húmedo mantenido en la herida favorecía la curación y

–                      Kninton (1.983), resaltó que esta oclusión debía ser permeable al oxígeno.

A partir de esta fecha han sido cientos los autores que han escrito sobre el tema y también debido al avance de la Ciencia de los Altos Polímeros multitud de empresas han lanzado al mercado una diversidad de productos para lograr la curación de las mismas, pero siempre basándose en los principios de Oclusión y Humedad que hoy día se pueden demostrar con un elevado nivel científico.

DEFINICIÓN

Las úlceras de decúbito o llagas por presión, son áreas de ulceración y necrosis de la piel, grasa, músculo o ambos y son el resultado de una presión prolongada no aliviada, superando la presión capilar normal de 30 mm Hg.

Las úlceras venosas tienen su origen en un aumento de la presión hidrostática venosa distal. Cuando esta presión aumenta por encima de la presión oncótica del plasma, se extravasa líquido y esto produce una reacción inflamatoria en el tejido celular subyacente.

Este, poco a poco, va siendo invadido por fibroblastos y va fibrosándose con lo que se endurece y al más mínimo traumatismo provocará la aparición de una úlcera.

Las úlceras arteriales se deben a la detención o isquemia en una parte concreta, generalmente de las extremidades inferiores.

ULCERAS DE ÉXTASIS: origen venoso

Signos: sensación de distensión, calambres, pesadez de la extremidad, dificultad para la marcha, molestias en ortoestatismo,…

ULCERAS ISQUÉMICAS: de origen arterial

Signos:

• El paciente camina un poco y necesita detenerse por entorpecimiento, debilidad y rigidez dolorosa en los músculos de la pantorrilla.

• En la isquemia aguda por obstrucción brusca, aparece una impotencia funcional completa y dolorosa.

• Se caracterizan por su escasa o nula tendencia a la cicatrización espontánea.

PACIENTES DE ALTO RIESGO

Una buena escala de valoración del riesgo debe tener en cuenta los siguientes matices:

• Estado de salud general,

• Estado mental,

• Nivel de actividad,

• Grado de movilidad,

• Continencia y

• Estado nutricional.

Los pacientes que tienen más peligro de desarrollar este tipo de lesiones son:

• Los que presentan lesión de la médula espinal o el cerebro (hemipléjicos, parapléjicos, tetrapléjicos, …)

• Los que están encamados largo tiempo,

• Inconscientes o bajo efectos de sedación,

• Anestesiados,

• Malnutridos,

• Seniles,

• Incontinentes y

• Pacientes a los que se les tiene sujetos.

FACTORES PREDISPONENTES

NUTRICIONALES

–                      Malnutrición: (hipoalbuminemia, anemia, hipoproteinemia, diabetes, delgadez, insuficiencia renal,… Los tejidos de pacientes malnutridos o anémicos son muy susceptibles a las lesiones isquémicas. Puede haber malnutrición sin que por ello se detecte una pérdida de peso apreciable)

Causas de la malnutrición en los ancianos:

• soledad y aislamiento social,

• ignorancia en comprar y cocinar,

• confusión mental,

• impedimento físico,

• miseria,

• anorexia,

• dientes,

• malabsorción,

• alcoholismo,

• mayores necesidades de proteínas (úlceras, desgaste muscular

por posición yacente)

• Balance negativo de nitrógeno,

• Deshidratación,

• Obesidad, (Un grado importante de obesidad puede también favorecer la aparición de estas lesiones por entorpecer los movimientos del paciente. Está bien demostrada la conveniencia de que no aumenten las grasas con la edad. Todo suministro calórico que opere este resultado será excesivo y perjudicial)

• Hipoproteinemia, (No debe olvidarse que por las úlceras se produce una pérdida constante de proteínas séricas, que de no reponerse, las posibilidades de curación son prácticamente nulas. Los bromatólogos aconsejan en todos los grupos de edad, ingresos de proteínas por encima del límite fisiológico.

No hay evidencia de que la gente madura o vieja necesite menos proteínas que los adultos jóvenes. Además de energía, las proteínas suministran aminoácidos, precisos para restituir los tejidos estropeados en los procesos normales de la vida. Si los alimentos no alcanzan a cubrir las exigencias de energía, los aminoácidos que hubiesen podido sintetizar las proteínas se oxidan en lugar de proveer energías. En