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Factores de riesgo de la sexualidad en el adulto mayor

Alfred Kinsey presentó a la comunidad mundial su revolucionario libro La Conducta Sexual del Varón. (54)

Allí señaló que los hombres alcanzaban su máxima capacidad sexual hacia los 25 años de edad, para después iniciar un lento descenso cuya graduación y variabilidad dependería de cada individuo, pues cada uno venía a representar un patrón aparte con todo un abanico de posibilidades en cada caso.

Cuando el hombre ha asomado a la cincuentena, se encuentra con una serie de modificaciones y cambios que alteran en forma importante el género y estilo de vida que hasta el momento ha llevado: deja de ser padre para volverse abuelo, deja de ser jefe de familia para pasar al retiro, deja de ser trabajador activo para pasar a la pensión, deja en fin, muchas cosas que le significan en general una pérdida de poder, que se inicia precisamente cuando ha estado en la cúspide de él.

Como elementos conceptuales que justifican y fundamentan teóricamente esta investigación se plantea que el problema del envejecimiento es uno de los más agudos en cuanto a la estructura de la población a nivel mundial, fundamentalmente en los países subdesarrollados y también en Venezuela, donde se han alcanzado logros notables en la atención al anciano con la implantación de un programa nacional Misión Barrio Adentro destinado a mejorar la salud. Sin embargo, en el tratamiento de la sexualidad en la tercera edad persisten actitudes retrógradas que son muy similares a las que existían en siglos anteriores y que tienden a rechazar, burlarse, o en el mejor de los casos, ignorar la existencia de actividad sexual en las personas mayores. Esta actitud parece tener 2 explicaciones: en primer lugar, la incorrecta asociación que se ha establecido entre sexualidad y reproducción, mediante la cual se considera que solo es normal el sexo durante la edad reproductiva, y por tanto, los ancianos no tienen por qué practicarlo, y en segundo lugar por la existencia del prejuicio viejo = enfermo.

El sexo y la sexualidad son experiencias placenteras, fortificantes, satisfactorias que pueden mejorar los últimos años de su vida y depende no de la edad del individuo sino, de su deseo; el médico de familia puede ser un eficaz instrumento en la educación e instrucción del individuo, mucho antes de llegar a la senectud, para aportar la información sobre los cambios que van a ocurrir en su vida sexual, y que dichas variaciones sean vivenciadas como fenómenos fisiológicos y, de este modo, eliminar falsas concepciones sobre la sexualidad geriátrica. (30)

En nuestro Municipio no se encontró ningún estudio relacionado con la temática, si en Estado Bolívar con el Tema. La sexualidad en ancianos de la parroquia Dalla Costa, municipio Caroní 2008(48), y en el Municipio de Maracaibo, Estado Zulia, se realizo un estudio sobre comportamiento de la sexualidad en el anciano con resultados similares a los de este estudio, en el año 2009 (60).

Con los conocimientos actuales no es fácil definir el envejecimiento en términos biológicos, no disponemos de alguna teoría comprobada que explique este proceso. No obstante para el médico resulta de interés conocer los cambios que se producen en el organismo a medida que este envejece, aunque estén influenciados por otros muchos factores, además de la edad. El tema de la influencia del envejecimiento sobre las actividades sexuales es un asunto de nuestro siglo, el hombre se ha enfrentado de forma súbita a la prolongación de su vida con escaso conocimiento de su capacidad fisiológica y un patrón cultural donde se integran rígidos concepto sobre el sexo transmitido de otras generaciones y que muchas veces resultan falsos.

En la práctica médica es cada día más frecuente la asistencia de pacientes geriátricos que refieren que mantienen una adecuada vida sexual pero no lo comentarlo por miedo a las críticas sociales que hacen referencia a viejos que no deberían andar en cosas. Por lo que el profesional de la salud, puede contribuir de forma eficaz a la eliminación de tabúes y prejuicios sobre la sexualidad y la vejez, mejorar la calidad de vida de los ancianos y lograr que estas personas estén en condiciones de asumir a lo largo de toda su vida su sexualidad de una forma enriquecedora, placentera y responsable y desarrollar la capacidad de sentir, gozar, amar y ser amado.

Por la importancia que representa para la familia, el individuo y la sociedad este problema de salud, nos propusimos conocer algunos factores relacionados con la actividad sexual de la tercera edad, en la población de la Parroquia Mariano Parra León del Municipio Jesús E Lossada, se ha podido observar en los ancianos manifestaciones que pudieran ser expresiones psicosomáticas de su inconformidad con las características de la sexualidad de su edad. Aunque se ha tratado de realizar intervenciones comunitarias y a través de los círculos de abuelos que permiten llevar la comprensión a los mismos sobre la temática, esto no ha sido posible, por que surge la siguiente pregunta:

¿Cuáles serán los factores de riesgo que influyen en la sexualidad del adulto mayor en esta comunidad? Para muchas personas de ambos sexos resulta un factor de ansiedad llegar a la edad madura, lo que provoca el comienzo de trastornos en la función sexual , sin pensar que a pesar de sus años desearla o tener fantasía sexual después de los 60 años es natural, fisiológico, moral o socialmente bien vista.

MARCO TEÓRICO

La fisiología del ciclo de la respuesta sexual ha sido estudiada por Máster y Johnson dividiéndolas en cuatros partes (18).

1)             Excitación.

2)             Fase de meseta.

3)             Fase de orgasmo

4)             Fase de resolución.

Esta división aparentemente arbitraria da una base efectiva para la descripción detallada de las variaciones fisiológicas de la relación sexual que pueden ser transitorias y aparecer solo en una fase del ciclo.

La fase excitación del ciclo sexual humano se desarrolla a partir de una estimulación somato génica, el factor estimulante es de la mayor importancia para que se produzca un incremento de la tensión sexual durante el ciclo.

De la fase de excitación se pasa a la fase de meseta si la estimulación sexual efectiva continúa, esta fase de tensión se intensifica y llega al máximo después de lo cual se llega al orgasmo. La duración de la fase de meseta depende de la calidad del estimulo empleado combinado con un factor de canalización individual para la culminación del incremento de la tensión sexual, si el estimulo es inadecuado o interrumpido la persona no llega al orgasmo y pasa poco a poco de la tensión de la fase de meseta a la fase de resolución excesivamente prolongada.

La fase de orgasmos se limita a escasos segundos durante los cuales la vaso congestión y la miotonia desarrollada por el estimulo sexual son liberado, situación involuntaria que se alcanza a un nivel que alcanza el máximo de la tensión sexual para cada situación particular, el comienzo subjetivo del orgasmo es pélvico y se concreta de forma especifico en el clítoris, la vagina y