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Estrategia educativa para el desarrollo de la comunicación profesional-laboral en los alumnos del primer año de la Licenciatura en Tecnología de la Salud, perfil de Electromedicina

en Tecnología de la Salud, en el perfil de Electromedicina en el primer año de la carrera.

El término competencia no es nuevo para la sociedad, pues ha sido investigado desde la segunda mitad del siglo XX para el ámbito empresarial, como vía para elevar la producción, productividad y eficiencia de la fuerza laboral, por lo que es muy utilizado por estos días como competencias laborales, designándose de esta forma a un conjunto de elementos o factores, asociados al éxito en el desempeño de las personas.

 En estas investigaciones ha hecho patente la necesidad de que ”entre las características de los procesos de trabajo contemporáneo está un mayor énfasis en la cooperación y la interacción y esto requiere una competencia que propicie el desarrollo de la comunicación oral y escrita, trabajo en colectivo, negociación, promover condiciones de liderazgo.”(28) además como plantea Meister J. “cada vez más los empleadores son conscientes de la importancia de la habilidad de comunicarse como requisito previo de casi todos los puestos de trabajo.”(29)

La etapa de formación profesional-laboral no solo debe enmarcarse en los conocimientos científicos técnicos, si no debe de ser una formación integral, ya que como lo argumenta Rodríguez R.N. “en el desempeño laboral es decisivo el establecimiento de interrelaciones entre los seres humanos en la comprensión de las realidad objetiva y su papel en aras del perfeccionamiento del orden social”. (30)

También refiere el propio autor en otro artículo, las competencias profesionales son: “[…] integradoras de conocimientos, habilidades, actitudes y capacidades, tienen que ser competencias para formar al hombre para la vida, no competencias para formarlos para un puesto de trabajo.” (31)

Tejeda Díaz, describe la competencia profesional como: “ […] una cualidad humana que expresa la síntesis en la integración funcional del saber (conocimientos diversos), saber hacer (habilidades, hábitos, destrezas y capacidades) y saber ser (valores y actitudes) que son movilizados en un desempeño idóneo a partir de los recursos personológicos del sujeto, que le permiten saber estar en un ambiente socioprofesional y humano acorde a las características y exigencias de las situaciones profesionales que enfrenta relativas a la profesión. (32)

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social define la Competencia Laboral como:”[…] es el conjunto de conocimientos teóricos, habilidades, destrezas y actitudes que son aplicados por el trabajador en el desempeño de su ocupación o cargo en correspondencia con el principio de idoneidad demostrada y los requerimientos técnicos, productivos y de servicios, así como los de calidad, que se le exigen para el adecuado desenvolvimiento de sus funciones.” (33)

El Sistema Nacional de Salud exige cada día un mayor desarrollo de los egresados, en cuanto a los hábitos, conocimientos, habilidades, destrezas y valores que posibiliten la integridad de los técnicos y profesionales para que puedan brindar un servicio de excelencia. Por lo que es necesario el desarrollo de un modelo de formación por competencias, adecuado a las características de la enseñanza politécnica y a las aspiraciones que tenemos con los futuros graduados.

Sin una formación laboral adecuada donde no se incluya la llamada “competencia social “ resultaría imposible dar respuesta a esta exigencia y que un egresado se desempeñe competentemente, al no desarrollar sus capacidades, habilidades y hábitos en la comunicación que necesita , es decir, brindar la posibilidad de desarrollar habilidades para comunicarse, como elemento necesario para el hombre en sus relaciones sociales y laborales, porque “la comunicación es una necesidad indispensable y universal para la formación y desarrollo de la sociedad y el individuo.”(34)

Teniendo en cuenta esta necesidad son muchos los investigadores que se han pronunciado porque en las competencias profesionales se incluyan contenidos vinculados al manejo adecuado de las relaciones humanas y entre ellos se pueden citar a Filmus (1997), Pinto Cueto (1999), Meister (2000), Sosa Castillo (2001), De Angelo Hernández (2001) entre otros. A estos se suman otros que sin conceptualizarlo como competencia consideran que la formación del profesional debe incluir saberes básicos vinculados a la comunicación interpersonal tales como por ejemplo Molina Álvarez (1998), Añorga Morales (1999) Arana Ercilla (2000); todos ven la necesidad de desarrollar estas competencias desde la escuela con vista a la adecuada inserción del egresado en su vida laboral.

La formación laboral incluye múltiples elementos, los cuales siempre se encuentran girando en torno a los puntos fundamentales que configuran una conciencia del trabajo tales como: la concentración, la motivación, la capacidad, la responsabilidad personal y social, el afán de perfección, la iniciativa, la creatividad, el deseo de promoción, la constancia y la tenacidad, las cualidades para la colaboración y la comunicación, la actitud para pensar científicamente y para el rendimiento pleno en su actividad, los criterios económicos acerca de la esfera donde se desempeñan, entre otros.

Desde la posición materialista dialéctica, se concibe la comunicación como una condición necesaria para la existencia del hombre y como uno de los factores más importantes de su desarrollo social, representa el proceso de intercambio de informaciones que contiene los resultados del reflejo de la realidad por parte de las personas, intercambio de representaciones, ideas, intereses, necesidades, rasgos del carácter, etc.

 Desde el punto de vista histórico, corresponde con toda justicia a la corriente humanista, el rescate del valor que merece la categoría comunicación para el aprendizaje y desarrollo del hombre, como reacción al predominio de la corriente conductista en educación, lo que implicaría que el hombre sea