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Anatomía funcional de la columna vertebral

el disco intervertebral.

El anillo fibroso o anulus fibrosus, es la parte del disco que realmente vincula la articulación intersomática. Tiene una estructura laminar como una cebolla, con 10 – 12 láminas fibrocartilaginosas concéntricas, blanquecinas, de textura densa y elástica.

Cada lámina, está constituida por fibras colágenas espiroideas que transitan oblicuamente de un cuerpo vertebral a otro. Las fibras de cada lámina son paralelas entre sí pero, la oblicuidad, es distinta para dos láminas contiguas. En general, se entrecruzan como cruces de San Andrés participando, de este modo, en la limitación de todos los tipos de movimiento del raquis.

Por otra parte, la oblicuidad de las fibras no es igual en las distintas láminas del anulus, ni tampoco en todos los discos: las fibras de las láminas más profundas son menos oblicuas y más largas que las de las láminas superficiales y en los discos lumbares la dirección es más horizontal y la longitud mayor que en el resto. Esta disposición anatómica está relacionada con la amplitud de los movimientos y la mayor fuerza de presión que debe soportar el raquis de arriba hacia abajo.

Además de fibras colágenas, las laminillas del anulus poseen fibras elásticas, células cartilaginosas, sustancia fundamental más abundante en la parte anterior y fibras “tensoras” que unen perpendicularmente las distintas laminillas (la ruptura de estas fibras separa las láminas y abomba el anulus).

Las fibras del anulus se introducen en las placas cartilaginosas somáticas y a nivel de la cresta marginal, donde no hay cartílago, se introducen en el cuerpo como fibras de Sharpey.

El núcleo pulposo o gelatinoso, se ubica excéntricamente en la unión del tercio medio con el tercio posterior del eje vérticomediano del disco, por dentro del anulus fibrosus que lo rodea.

Es una masa ovoidea, de eje mayor transversal, blanquecina, de consistencia gelatinosa (en el viejo disminuye su tamaño, es más friable y de color amarillento), con una cavidad central –verdadera cavidad articular -, irregular, ramificada, de contenido mucilaginoso (aparece a los 6 – 7 años de edad por licuefacción de la parte central del disco) y emite prolongaciones que penetran en el anulus. De estas prolongaciones, dos son especialmente constantes y representan puntos débiles del disco: una es anterior y la otra posterior; aparecen como hendiduras aplastadas verticalmente puestas en contacto con el ligamento vertebral común posterior (hendidura de Schmorl y Geipel).

Está constituido por las células fisálidas de Virchow (de origen notocordal), una red laxa de fibras conjuntivas, células cartilaginosas y sustancia fundamental con mucopolisacáridos hidrófilos.

Físicamente, es un sistema dinámico que se encuentra a tensión dentro del anulus y en el que la masa se encuentra en continuo movimiento.

Sus propiedades fundamentales son la incompresibilidad, la deformabilidad y la higroscopicidad (contiene 88 % de agua en el feto; 81 % a los 18 años y 69 % a los 77 años),

Láminas cartilaginosas. Cada cuerpo vertebral presenta en sus caras superior e inferior dos zonas distintas: una parte central o placa oclusiva y un contorno periférico o cresta marginal (Schmorl).

La placa oclusiva, es irregular, acribillada por orificios vasculares y orificios de comunicación con los alvéolos del tejido esponjoso somático; presenta una zona deprimida postcentral que recibe al núcleo pulposo y que se denomina placa de contrapresión.

La cresta marginal, es un rodete blanquecino de tejido óseo denso, separada del soma por un borde saliente desprovisto de orificios vasculares y ligeramente escotado dorsalmente. Es el lugar donde radican los procesos degenerativos osteofíticos.

Las placas oclusivas: superior o placa de cubierta e inferior o placa de base y las crestas marginales forman los discos epifisarios que al comienzo son cartilaginosos (8 – 12 años) y están separados del soma; terminan por unirse al cuerpo vertebral osificándose (15 – 18 años). El conjunto está tapizado por cartílago hialino unido al componente esponjoso del cuerpo por una delgada capa de cartílago calcificado; alcanza un espesor de 2 mm. y algo menos en su parte posterior. Las zonas periféricas de esta cubierta cartilaginosa, prestan inserción al anulus fibrosus y es el lugar de mayor acción de las fuerzas de tracción. Por el contrario, las partes de las placas relacionadas con el núcleo pulposo, están más expuestas a las fuerzas de presión.

El disco está precariamente nutrido; carece de vasos sanguíneos en el adulto (lo inverso, sería incompatible con su función de transmisión del peso) y se nutre a expensas del plasma que drena de los vasos del hueso esponjoso del soma vertebral que atraviesan los poros de la placa oclusiva y su cubierta cartilaginosa. Las fibras periféricas del anulus sí reciben nutrición por los vasos sanguíneos adyacentes. Los vasos se atresian en el momento en que se sueldan los discos epifisarios.

El núcleo pulposo carece de inervación; el anulus posee abundantes fibras y terminaciones nerviosas al igual que los ligamentos vertebrales comunes.

Los discos, actúan estáticamente como amortiguadores hidráulicos de presión y cinéticamente como rótulas.

El anulus es un medio de unión intersomático y al mismo tiempo, por la tensión elástica de sus fibras, mantiene bajo presión el medio fluido del núcleo pulposo evitando su desplazamiento.

El núcleo, que sigue las leyes de los líquidos comprimidos, es decir, distribuye por igual las presiones sobre la totalidad de las superficies vertebrales opuestas, es un amortiguador elástico, soporta presiones transmitiéndolas a los cuerpos vertebrales y mantiene el equilibrio del raquis. Para que esto se cumpla, es necesario que las otras partes del disco estén intactas y funcionen adecuadamente.

El núcleo pulposo es el