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Estado gingival de adolescentes

Tabla 4. Adolescentes examinados según nivel de conocimientos e higiene bucal.

Nivel de conocimientos Higiene bucal Total
Buena Deficiente
% % %
Adecuado 17 16.8 6 6.0 23 22.8
Inadecuado 3 3.0 75 74.2 78 77.2
Total 20 19.8 81 80.2 101 100

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Al relacionar el nivel de conocimientos en Salud Bucal con la higiene bucal (tabla 4) observamos que en los adolescentes que tenían un adecuado nivel de conocimientos primó la higiene buena (16.8%), mientras que en los que tenían un conocimiento inadecuado la deficiente (74.2%). Esto nos demuestra que el nivel de conocimientos influye en gran medida en la actitud del individuo porque cuando se aprende, sobre todo si se emplea una comunicación persuasiva, resulta factible modificar conductas y actitudes, pues se cambia la manera de pensar, de sentir y de actuar en una gran parte de los individuos.

En los jóvenes las prácticas de salud y/o riesgo no son conductas aisladas, ni aparecen sin orden o concierto. Por el contrario, están formadas por un complejo entramado de comportamientos más o menos organizados, más o menos coherente, estable y duradero, y todos ellos impregnados del ambiente del entorno en el que viven los adolescentes. Por todo ello, los cambios serán tanto más difíciles cuando más complejos resulten los comportamientos y estilos de vida.

En consecuencia el objetivo fundamental de la prevención debería ser que cada joven sea capaz de solucionar situaciones cotidianas relacionadas con conductas de riesgo a través del entrenamiento de habilidades y adopción de actitudes que permitan la resolución de problemas en diferentes contextos.

Para conseguir este objetivo se han de utilizar estrategias no sólo informativas sino también de aprendizaje que permitan la presentación, observación y toma de decisiones en determinadas situaciones o realidades complejas donde los jóvenes deben aplicar conocimientos, pero también necesitan optar por determinadas decisiones para resolver conflictos que se plantean. (58)

Según González Rivas (79) hay una falta de cuidado de salud dental que tiene que ver con la educación y plantea que si solo el 30% de los niños y adolescentes se lavan los dientes es porque en el 70% de los hogares restantes no se le ha inculcado educación en salud bucal. Estos resultados coinciden con los encontrados por Montes de Oca. (15)

De acuerdo con la prevalencia de inflamación de la mucosa gingival observada en la población de estudio 65.3% (Gráfico 1), se muestra que es una enfermedad que al igual que en muchos países no ha podido ser controlada y que su manifestación se da en amplios sectores de la población, no obstante, algunos investigadores como Taani (80) y Almas y colaboradores (81) reportan una frecuencia relativamente menor en americanos, jordanos y sauditas, comportamiento que confirma la condición multifactorial en la producción de este evento, y que de acuerdo con las condiciones y estilos de vida, varía la magnitud de los riesgos que producen esta enfermedad.

Gráfico 1. Prevalencia de la gingivitis crónica en adolescentes del CMP La Naya

prevalencia-gingivitis-cronica
Prevalencia de la gingivitis crónica

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El estudio realizado por Mas Sarabia, Rodríguez y Rabesa (82) mostró una prevalencia de 90% en escolares.

La investigación realizada por FUNDACREDESA, advierte, igualmente, que «en sujetos entre 7 y 40 años del sexo masculino, los niveles de enfermedad son mayores, predominando en la zona urbana de la región centro-occidental, nor-oriental y metropolitana. En las áreas rurales imperó en la región centro-occidental y zuliana. (51)

En un estudio realizado en jóvenes soldados de 17 a 21 años todos mostraron por lo menos un signo de enfermedad. (83)

Estudios previos reportan en adolescentes tasas de prevalencia por gingivitis sumamente variables, que van desde 37 hasta 99 casos por cada 100 sujetos examinados. (83-87) Este comportamiento se debe a su condición multifactorial, ya que de acuerdo con el tiempo y grado de exposición a los diferentes factores de riesgo, hacen que su frecuencia sea mayor o menor a la esperada, e indica un nuevo potencial para la visión extensa sobre los mecanismos de causalidad de la enfermedad gingival.

Otros estudios realizados en Cuba encontraron valores inferiores al nuestro: Mulen (88) (40.4%) y Frómeta (89) (44.1%).

Investigaciones internacionales difieren de esta como en México (39) la prevalencia de la gingivitis fue de 13.7%

Por otra parte un estudio realizado en jóvenes entre los 13 y 17 años de edad por Narváez y colaboradores 90, concluye que la enfermedad gingival está presente en la totalidad de la población estudiada. López (91) señala en su estudio que el 90% de los adolescentes presenta algún grado de enfermedad gingival.

Los datos del informe de salud pública (National Health Survery, NHS) señalan que la prevalencia de la gingivitis para adolescentes de 12 a 17 años es del 62%, siendo en la pubertad la prevalencia más elevada. (92)

Los cambios hormonales relacionados con la pubertad pueden incrementar en los adolescentes el riesgo de desarrollar la enfermedad ya que durante esta etapa se eleva el nivel de hormonas sexuales, tales como progesterona y posiblemente estrógenos, las mismas provocan un aumento de la circulación sanguínea de las encías, lo que puede causar gran sensibilidad en la gíngiva y dar lugar a reacciones más fuertes ante cualquier irritación, incluyendo partículas de alimentos y placa. (15, 16, 90)

Se considera que las hormonas circulantes no causan gingivitis, sin embargo, influyen en el incremento en la permeabilidad vascular y la acumulación de fluidos en los tejidos gingivales, amplificando la respuesta inflamatoria en presencia de placa dentobacteriana, lo que se manifiesta como encías edematosas, hemorrágicas e hiperplásicas. (14)

Las hormonas sexuales son metabolizadas en la encía por existir allí receptores de estrógenos y progesterona en las capas basal y espinosa, en los fibroblastos y en las células endoteliales. Por todo esto propician cambios vasculares (dilatación capilar y aumento de permeabilidad), celulares, microbiológicos (aumentan el crecimiento bacteriano) e inmunológicos (debilitando respuestas inmunes a ese nivel). (15)