ü Cambios de color:
El color de la encía sana es rosado coral por la irrigación del tejido, puede tornarse más roja cuando hay aumento de la irrigación y reducción o desaparición de la queratinización; es más pálida cuando se reduce la irrigación (asociado con fibrosis del corion) y aumenta la queratinización epitelial.
ü Cambios de tamaño:
El tamaño de la encía corresponde a la suma del volumen de los elementos celulares e intercelulares y su vascularización. La alteración del tamaño es una característica común de la enfermedad gingival.
ü Cambios en la consistencia
La encía sana es firme y resiliente, con excepción del margen libre movible, y está fuertemente unida al hueso subyacente. La naturaleza colágena de la lámina propia y su contigüidad al mucoperiostio del hueso alveolar determina la consistencia firma de la encía insertada. Las fibras gingivales contribuyen a la firmeza de la encía marginal.
Como se dijo anteriormente la gingivitis es un conflicto entre cambios destructivos y reparativos, y la consistencia de la encía, está determinada por el equilibrio relativo entre ambos. Cuando el colágeno es invadido por el infiltrado inflamatorio líquido y celular, la encía es menos firme, esponjosa, blanda y friable (gingivitis edematosa), si predomina la proliferación colágena la consistencia es similar a la normal o ligeramente más firme o dura (gingivitis fibrosa).
ü Cambios en el contorno:
El contorno o forma varía considerablemente, dependiendo de la forma de los dientes y su alineación en el arco, también de la localización y tamaño del área de contacto proximal y de las dimensiones de los nichos gingivales vestibular y lingual. El aumento de tamaño de la encía es una característica clínica común de la enfermedad.
ü Cambios en la textura:
La encía presenta una superficie finamente lobulada, con un punteado superficial que recuerda una cáscara de naranja. La forma y extensión del punteado varían de una persona a otra, en las diferentes zonas de la boca y con la edad.
Su pérdida o reducción es un signo común de la enfermedad gingival. Si existe predominio de los procesos exudativos, la superficie se torna lisa y brillante perdiéndose el punteado, mientras que el predominio de los procesos fibrosos da lugar a una superficie con el reforzamiento del punteado.
ü Cambios de posición:
Se refiere al nivel en que la encía marginal se une al diente. La inflamación crónica puede provocar cambios, reposicionando el margen apicalmente dando lugar a la retracción, que expone progresivamente la superficie radicular y puede estar seguido por la pérdida de hueso alveolar y del epitelio de inserción; o producir un sobredimensionamiento del margen gingival ubicándose en un nivel más coronario, lo que profundiza el surco gingival y aparecen las bolsas gingivales. (7)
Características clínicas de la gingivitis crónica edematosa
- Coloración rojo-azulado.
- Encía lisa y brillante con pérdida del punteado.
- Consistencia blanda y depresible.
- La forma biselada se torna redondeada.
- Tamaño aumentado y pueden aparecer bolsas virtuales.
- Sangramiento al mínimo estímulo.
Características clínicas de la gingivitis crónica fibrosa
- Color normal o ligeramente más claro.
- Puede existir reforzamiento del punteado.
- Consistencia dura y firme.
- Forma o contorno aparentemente normal o menos aumentado.
- Tamaño aumentado pero con un aspecto más favorable.
- Sangramiento menos marcado.
Las características de los procesos anteriores pueden aparecer combinadas dando lugar gingivitis crónica fibroedematosa. Clínicamente la encía puede estar blanda y no hipercoloreada y de consistencia firme, el sangramiento no es abundante. En las características histopatológicas observamos un equilibrio entre el exudado vascular y la proliferación fibroblástica. (16)
Hoy se atribuye el riesgo mayor al metabolismo microbiano de la placa dentobacteriana y a la microbiota del surco. Otros riesgos han sido implicados en la patogenia de la enfermedad, maloclusiones, uso de aparatología ortodóncica, presencia de caries dental, respiración bucal (factores atribuibles a la edad de los adolescentes), obturaciones defectuosas, dientes perdidos no restituidos, los cuales contribuyen a la retención de la placa dentobacteriana e interfieren en una apropiada higiene oral, propiciando la aparición de los procesos inmunoinflamatorios crónicos en estas edades. (16)
Actualmente existen pruebas de que los microorganismos de la placa bacteriana en la zona del surco gingival y en la bolsa periodontal con sus propias sustancias derivadas, constituyen el factor causal primario y posiblemente el único en la enfermedad gingival. Tanto la placa como las bacterias comienzan a acumularse a los 20 minutos de la ingestión de alimentos, que es el tiempo en el que se presenta la mayor actividad bacteriana. (17)
Si no se remueve se mineraliza formando un depósito duro denominado cálculo (sarro) que se acumula en la base del diente. La placa y el cálculo causan irritación e inflamación mecánica de la gíngiva y las bacterias y sus toxinas hacen que esta se infecte, se inflame y se vuelva sensible (18) y esto a su vez es el resultado de un hábito incorrecto de higiene bucal.
Se han utilizado métodos para controlar e interferir la formación de la placa dentobacteriana, entre los que figuran: métodos físicos o mecánicos, químicos y el uso de antibióticos. Como método mecánico específico el cepillado dentogingival es mundialmente aceptado como la forma más efectiva en el control de la placa (16,19) entre los agentes químicos se encuentran los antimicrobianos, tales como: enzimas, biguanidas, derivados del aminocuaternario, compuestos fenólicos, agentes oxidantes y otros. De todos, el más empleado dado su gran actividad microbiana es la clorhexidina, la cual reduce la placa, previene su formación y el desarrollo de la gingivitis. (19)
A pesar del ataque constante de la placa no en todos los casos la enfermedad evoluciona a destrucción periodontal, los procesos de defensa del huésped determinan la permanencia de esta enfermedad sin evolucionar o la destrucción del aparato de inserción del diente (periodontitis). (15)
En sus etapas iniciales la gingivitis no presenta síntomas ni causa malestares. Las primeras señales son el sangramiento con facilidad al cepillado de los dientes o al comer, volviéndose sensibles al tacto, la inflamación, el enrojecimiento (características no tomadas en serio por los jóvenes), además son indoloras y el sabor de la boca se vuelve desagradable. (20)
Los signos clínicos de enfermedad se exacerban en la pubertad por los cambios hormonales propios de la edad circumpuberal. Pasada esta etapa, la severidad de la inflamación vuelve a los