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Actualización sobre el diagnóstico y tratamiento de la esquizofrenia y otras psicosis

el interrogatorio del paciente y también lo comunicado por los familiares, ya que generalmente el enfermo mental con un nivel psicótico no se siente enfermo y piensa que todo lo que hace esta bien o normal, no tiene una adecuada relación con su medio, no tiene una verdadera critica de su enfermedad. Hay que añadir como dato importante que actualmente no existen pruebas de laboratorio para el diagnóstico de la esquizofrenia y ninguno de los síntomas es patognomónico de esta condición, lo que dificulta el diagnóstico.

Algunos estudios como los realizados por Aldaz José Antonio; Carmelo Vázquez entre otros, sugieren que la genética, defectos durante el neurodesarrollo, el entorno durante la infancia o procesos psicológicos y sociales son factores importantes que pudiesen contribuir a la aparición de la esquizofrenia. Ciertos medicamentos y el uso no facultativo de drogas parecen causar o empeorar los síntomas. La investigación psiquiátrica actual se concentra en el papel de la neurobiología, pero no se ha encontrado ninguna causa orgánica (8).

Se ha observado un sólido aumento en la actividad de la dopamina en la vía mesolímbica del cerebro en las personas esquizofrénicas. Sin embargo, la orientación de la causa biológica continúa siendo una incógnita.

Becker y Kilian afirman que el tratamiento farmacológico de primera línea son los medicamentos antipsicóticos, que fundamentalmente actúan suprimiendo la actividad de la dopamina. Las dosis de los antipsicóticos empleados son generalmente más bajas que en las primeras décadas de su uso. La psicoterapia y la rehabilitación profesional y social también son importantes. En casos más graves, donde hay riesgo para el mismo paciente y para otros a su alrededor, puede ser indicada la hospitalización involuntaria, aunque la estadía hospitalaria es menos frecuente y por períodos más cortos que en tiempos pasados (9).

Por lo general, los trastornos de la cognición contribuyen a problemas persistentes de la conducta. Sim K, Chua y colaboradores en su trabajo publicado en el Journal of Psychiatric de octubre del 2006 sobre la comorbilidad en el primer episodio de la esquizofrenia anotan que los pacientes esquizofrénicos suelen tener otros problemas de salud, incluyendo drogodependencia, depresión y trastorno de ansiedad (10) así como problemas sociales como desempleo, pobreza y baja calidad de vida.

Brown S y Palmer BA refieren que la esperanza de vida de los pacientes con esquizofrenia es de 10 a 12 años menor que las personas sin la enfermedad, por razón de los problemas de salud y una mayor frecuencia de suicidio(11,12)

II- EL DIAGNOSTICO DE LA ESQUIZOFRENIA.

Sonia Mañá Alvarenga, relata que el diagnóstico de la esquizofrenia se basa en la cuidadosa observación de signos y síntomas, en la exploración metódica de las vivencias de una persona, y en la acumulación de antecedentes desde todas las fuentes posibles: familia, amigos, vecinos, trabajo, sobre todo los que conviven diariamente con el enfermo y conocen bien sus comportamientos. No existen pruebas de laboratorio ni exámenes de imágenes que ayuden a establecer el diagnóstico, como no sea para descartar otras patologías principalmente las de origen orgánico. (13).

Se han propuesto varios criterios sobre todo durante las últimas décadas, dependiendo del variable concepto que se tenga de la esquizofrenia. Actualmente existen dos manuales de criterios diagnósticos que, en lo esencial, son muy similares, y tienen por objeto tanto permitir un registro estadístico más o menos confiable, como mejorar la comunicación entre profesionales. Se ha tratado entre psiquiatras de diversas latitudes tratar de hablar un mismo idioma referente al diagnostico de la enfermedad. Sin embargo en la práctica clínica, las personas esquizofrénicas tienen una riqueza sintomática que excede largamente el contenido de los manuales, y hay una gran variedad de cuadros que pueden estar a medio camino de las categorías nosológicas contenidas en ellos. Estos manuales son el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría y la Clasificación internacional de las enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las versiones más recientes son CIE-10 y DSM-IV-TR.

Para diagnosticar una esquizofrenia, según el DSM-IV-TR (14), el cuadro de la persona debe cumplir ciertos criterios los cuales son:

Síntomas particulares o propios.

Esto es una forma de facilitar el diagnostico, hacerlo más sencillo incluso para el personal paramédico previamente entrenado y que trabaja en el campo de la psiquiatría.

Dos o más de los siguientes síntomas, cada uno presente durante una parte indicadora de un período de un mes, o al menos, si ha sido tratado con éxito. Sólo se requiere uno de estos síntomas si los delirios son extraños, o si los delirios consisten en una voz que comenta continuamente los pensamientos o el comportamiento del sujeto, o si dos o más voces conversan entre ellas.

  • Delirios.
  • Alucinaciones auditivas.
  • Discurso desorganizado, por ejemplo, frecuentes descarrilamientos o incoherencia.
  • Comportamiento catatónico o gravemente desorganizado.
  • Síntomas negativos, como el aplanamiento afectivo, que es una falta o disminución de respuesta emocional, alogia (falta o disminución del habla), o abulia: falta o disminución de la motivación.

Disfunción social/laboral.

Unos de los elementos a tener en cuenta y que primero se afecta en estos pacientes es su capacidad para laboral y el deterioro de su personalidad, su aspecto desaliñado, recuerdo una paciente que asiste a mi consulta, profesora de Ingles, esquizofrénica, como se fue deteriorando su aspecto físico, harapiento, andaba con un poco de bolsos rotos, recogiendo todas las latas, botellas y colillas de cigarrillos que encontraba en las calles, la ropa sucia y estrujada, los zapatos rotos, y así mismo iba a dar las clases a sus estudiantes, sin percatarse en lo más mínimo del problema, posteriormente iba a mi consulta a desahogarse y a conversar, a comentarme que el mundo de hoy estaba perdido, que la juventud de hoy estaba perdida y de las voces o demonios que la atormentaban y no les permitían dar las clases con tranquilidad.

Durante una parte significativa del tiempo desde el inicio de la alteración una o varias áreas importantes de actividad, como son el trabajo, las relaciones interpersonales o el cuidado de uno mismo, están claramente por debajo del nivel previo al inicio del trastorno. Cuando el inicio es en la infancia o adolescencia, puede ocurrir el fracaso en cuanto a alcanzar el nivel esperable de rendimiento interpersonal, académico o laboral. Un aspecto que