Inicio > Psiquiatría > Actualización sobre el diagnóstico y tratamiento de la esquizofrenia y otras psicosis > Página 32

Actualización sobre el diagnóstico y tratamiento de la esquizofrenia y otras psicosis

reflexiona de que las experiencias perceptivas son causadas por la enfermedad médica.

Las ideas delirantes pueden ser muy disímiles pero las más frecuentes son de temas persecutorios, aunque alcanzan ser de temas religiosos, de grandiosidad, somáticos entre otras. Son frecuentes las ideas delirantes religiosas en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal. En algunas ocasiones la existencia de una lesión cerebral parietal derecha desarrolla un síndrome de omisión contralateral que se caracteriza por que el paciente puede no reconocer partes de su propio cuerpo. Las enfermedades neurológicas que más exhiben dentro de su cuadro clínico las ideas delirantes son aquellas donde se afectan las estructuras subcorticales y del lóbulo temporal.

Dentro del grupo de enfermedades que hay que considerar y tener en cuenta dentro del diagnostico diferencial se encuentran en primer lugar las enfermedades neurológicas como las neoplasias cerebrales, la enfermedad cerebrovascular, epilepsia, esclerosis múltiple, lesiones de pares craneanos sobre todo el nervio auditivo y el nervio óptico, la enfermedad de Huntington, migraña, encefalitis. También las enfermedades endocrinas, el hiper e hipotiroidismo, hiper e hipoparatiroidismo, hiper e hipoadrenocorticismo. Enfermedades metabólicas como la hipoxia, la hipercapnia, la hipoglicemia, alteraciones del equilibrio hidroelectrolítico, enfermedades renales, enfermedades hepáticas, enfermedades autoinmunes con alteraciones del sistema nervioso como es el caso del lupus eritematoso sistémico. (48, 50, 52, 54, 59).

Los hallazgos encontrados en el interrogatorio o anamnesis mediante una adecuada entrevista, la exploración física a través de un minucioso examen físico general, regional o por aparatos y sistemas y el examen neurológico y mental conjuntamente con los paraclínicos necesarios según el caso en particular, pruebas de laboratorios y estudios imagenológicos, neurofisiológicos y funcionales nos orientara y permitirá establecer un correcto diagnostico de la enfermedad médica causante del cuadro psicótico.

En este acápite de la revisión realizada solamente mencionamos las principales enfermedades médicas en relación con el tema, describirlas una por una nos exigiría un trabajo muy extenso y correríamos el riesgo de desviarnos del objetivo definido.

III-EL TRATAMIENTO DE LA ESQUIZOFRENIA.

Ocurre que la esquizofrenia a pesar de ser una enfermedad crónica y compleja tiene una apropiada evolución y pronóstico si se realiza un tratamiento propicio e integral que incluye el uso de psicofármacos antipsicóticos, psicoterapias y el trabajo social en la comunidad. El diagnostico y tratamiento tardío de la esquizofrenia se relaciona a una tórpida evolución. (56, 57,58).

«Los fármacos para la esquizofrenia tienen más beneficios de los que pensamos. Pero por primera vez tenemos un modelo que nos permite estudiar cómo funcionan en vivo y empezar a correlacionar los efectos de la medicación con los síntomas», explican los autores. «Esta investigación da un paso más hacia la medicina personalizada. Nos permite examinar neuronas derivadas del propio paciente y ver qué fármaco es el que le viene mejor. Los enfermos se convierten en sus propias cobayas», afirma Gong Chen, profesor de Biología que también ha colaborado en el trabajo (58,59).

«La esquizofrenia ejemplifica muchos de los retos de investigación que suponen las enfermedades mentales. Sin entender las causas y la biología del trastorno perdemos la capacidad de desarrollar tratamientos efectivos o de tomar medidas de prevención. Por eso este trabajo es tan importante, porque abre una nueva puerta al estudio de la patología», concluye Fred H. Gage (60).

Existen varios elementos que son esenciales en el tratamiento de la esquizofrenia que son el tratamiento médico con neurolépticos clásicos y antipsicóticos atípicos, las terapias coadyuvantes y el empleo de la terapia electroconvulsiva, el trabajo psicosocial, la educación como parte de la rehabilitación y la internación en los casos que sean necesarios. (48, 70,88).

Una vez establecido el diagnóstico el médico debe iniciar con el tratamiento de la fase aguda, debe prevenir las reincidencias y los reingresos los cuales benefician la cronicidad de la enfermedad. Una pertinente educación en el hábitat mejora el pronóstico de la entidad.

Farmacología

Neurolépticos o antipsicóticos.

Estos medicamentos son los más reconocidos y admitidos para el tratamiento de la esquizofrenia. En los últimos años el término «antipsicótico», que hace referencia a su acción terapéutica, se utiliza de forma casi universal así lo informan Schultz SH, North SW, y Shields C (67). Con el develamiento de estos medicamentos a partir del año 1952 sobreviene una revolución dentro de la psiquiatría al poder tratar el trastorno esquizofrénico permitiendo que los pacientes puedan convivir fuera de los asilos y hospitales donde eran relegados debido a sus desórdenes conductuales propios de las psicosis. (67,68, 69).

Clasificación de los neurolépticos

Todo se comenzó cuando se supo y se demostró la utilidad de la clorpromacina como antipsicótico. Según su estructura química se pueden numerar en:

  • Fenotiacinas: Clorpromacina, Levomepromacina, Flufenacina, Tioproperacina, Tioridacina, Properaciacina, Perfenacina
  • Benzamidas: Tiapride, Sulpiride
  • Butirofenonas: Haloperidol
  • Benzisoxazoles: Risperidona
  • Tioxantenos: Zuclopentixol, Flupentixol
  • Dibenzodiacepinas: Clozapina, Olanzapina
  • Dibenzotiepinas: Clotiapina, Quetiapina
  • Dibenzooxacepinas: Loxapina
  • Difenilbutilpiperidinas: Pimocide

Antipsicóticos típicos

Algunos antipsicóticos clásicos o típicos son el haloperidol, la clorpromazina y la flufenacina. El mecanismo de acción de este grupo de medicamentos no está por completo aclarado; el bloqueo dopaminérgico parece importante para el control de los síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios), pero no todos los pacientes responden igual ni todos los síntomas mejoran de la misma forma.

Los antipsicóticos clásicos confieren un mayor riesgo de efectos secundarios extrapiramidales, tales como distonía, síntomas parkinsonianos y una incapacidad para quedarse quieto. La discinesia tardía es un trastorno crónico del