Inicio > Psiquiatría > Actualización sobre el diagnóstico y tratamiento de la esquizofrenia y otras psicosis > Página 7

Actualización sobre el diagnóstico y tratamiento de la esquizofrenia y otras psicosis

(Escala de Valoración del Síndrome Positivo de la Esquizofrenia), la SANS (Escala de Valoración del Síndrome Negativo de la Esquizofrenia) y la escala PANSS (Escala del síndrome positivo y Negativo de la Esquizofrenia) (48).

Síntomas positivos y negativos

Existe debate sobre si la división clásica entre síntomas negativos y positivos fue formulada por primera vez por John Russell Reynolds o por John Hughlings Jackson (34). En 1853 Reynolds, estudiando la epilepsia, publicó un artículo en la que distinguía entre síntomas positivos que consideraba como «meras acciones vitales modificadas», y negativos, que consideraba «como la negación de propiedades vitales». Mientras tanto, en 1875, para Jackson los síntomas negativos eran motivo de una lesión, mientras que los síntomas positivos eran ocasionados por tejido no dañado que trataba de compensar las pérdidas, ocasionando un desequilibrio finalmente (37).

La clasificación que distinguía entre síntomas negativos y positivos fue introducida por primera vez al ámbito psiquiátrico por De Clérambault en 1942. Clérambault solía ver los síntomas positivos como fenómenos intrusivos (alucinaciones y delirios) y a los síntomas negativos como fenómenos inhibitorios (deterioro del pensamiento y la atención) (35). Durante la primera mitad del siglo XX esta clasificación permaneció discreta y no fue sino hasta la década de los 80, gracias a los trabajos de Tim Crow, que se comenzó a dar difusión nuevamente a los términos que distinguen entre síntomas negativos y positivos.

Síntomas negativos

Los síntomas negativos, o también referido por algunos científicos como «síndrome de actividad psicomotora disminuida», consisten en la deficiencia de movimientos espontáneos, el habla y falta de interés (37). Generalmente son la anulación o depreciación del desempeño psicomotor que contienen a la afición aplanada, apatía, alogia (restricción en la claridad y producción del lenguaje), anhedonia y abulia (8).

Se denominan así por ser consecuencia de la pérdida de facultades previamente adquiridas. Básicamente existen tres tipos de síntomas negativos:

  • los relacionados con la capacidad de emocionarse
  • los relacionados con la motivación
  • la alogia o empobrecimiento de la capacidad de expresión verbal

Es frecuente que precedan a los síntomas positivos pero, al ser menos incuestionables, pueden pasar descansadamente indiferentes durante las primeras etapas de la dolencia. Son pocos acostumbrados que los otros tipos de señales, aunque una vez establecidos son dificultosos para mejorar con el tratamiento. Determinan el pronóstico a un prolongado término, debido a que obstaculizan mucho más en el tiempo de vida del paciente (48).

Concurre hoy por hoy un gran desconcierto en correlación con estos síntomas negativos. El origen es que la generalidad de estos síntomas pueden ser primarios – osea, proporcionados por la enfermedad- o secundarios, producidos por causas externamente a la enfermedad -pero atañidos con ella-, como por ejemplo, el tratamiento antipsicótico, la depresión, la ausencia de motivación circunstancial en el ambiente social donde se desarrolla el cuadro, incluso los mismos síntomas positivos. Podemos citar que el síntoma de retraimiento social logra ser una particularidad del paciente (síntoma negativo primario), una conducta proporcionada del temor que ocasiona relacionarse con los demás (causado por un síntoma positivo: delirio de persecución o de perjuicio), una apatía concerniente con la depresión, la deserción crónica a un grupo benéfico de sostén o producto de una desproporción en la administración de hipnóticos o sedantes (48).

Síntomas positivos

Los síntomas positivos, o descrito también por algunos autores como «síndrome de distorsión de la realidad», consisten en alucinaciones y delirios (37). Algunos lo catalogan como psicosis (3).

Se componen básicamente de dos tipos de síntomas: los delirios (trastornos del contenido del pensamiento) y las alucinaciones (trastornos de la percepción).

Metódicamente para la estirpe, son comúnmente las incipientes indicaciones de aprensión del padecimiento, por las cuales se pide consulta médica especializada en Psiquiatría por primera vez, no obstante que el enfermo admita ya períodos en los que sufre otros síntomas menos sugestivos. Un antecedente que no puede evadirse es que, a pesar del desconcierto que promueve en el entorno, el paciente los vive de forma totalmente seria y existente, con armónica seguridad de ellos, de forma que opera en función de su escenario distorsionado o encubierto (48).

Por lo cual, en varias ocasiones únicamente se presta atención a una conducta extraña que no creeremos hasta que indaguemos al aquejado. Solamente al inicio, cuando aún no existe una cognición perfeccionada de su estampa, pueden ser distinguidos con asombro por el paciente, aunque sin poner en tela de juicio su autenticidad. Este indicio de sensación de cambio o extrañeza es muy propio de la esquizofrenia (48).

Kurt Schneider distinguió diferencias entre la esquizofrenia y otros trastornos que pueden producir psicosis como la depresión, manía, psicosis reactivas y otros. Schneider identificó y dividió en dos grupos once síntomas, siete caracterizados por una extraña sensación de invasión proveniente del exterior y cuatro en alucinaciones auditivas y difusión del pensamiento (41). Lo cual se resume en el siguiente cuadro.

Síntomas schneiderianos

Sensación de invasión del exterior

  1. Percepción delirante.
  2. Experiencias de pasividad somática
  3. Pensamientos de salida del cuerpo
  4. Inserción de los pensamientos
  5. Imposición de los sentimientos
  6. Imposición de los impulsos
  7. Imposición de los actos voluntarios

Alucinaciones auditivas

  1. Audición del pensamiento
  2. Voces que comentan las acciones propias
  3. Voces que discuten
  4. Difusión del pensamiento

Aunque en muchos lugares esta clasificación todavía tiene aplicabilidad y para Schneider esos síntomas eran patognomónicos, se ha discutido la confiabilidad de los síntomas de primer grado para diagnosticar la esquizofrenia (42). Por otro lado, Vázquez-Barquero subdividió en 1996 la sintomatología positiva en factor paranoide y no paranoide, mientras que en 1998 Peralta y Cuesta describieron cinco componentes de los síntomas positivos consistentes en alucinaciones, ideas delirantes no schneiderianas, ideas