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Visión fenomenológica del poder en Enfermería

pronto supraplanetarios; con las manifestaciones de poder que emergen del clan, grupo, partido, familia, barrio, comunidad, pueblo, región y estado. La evolución histórica del poder tiene su origen en la fuerza de la sobre vivencia humana y va desde el control mediante la violencia, hasta el control basado en la técnica y el conocimiento.

La distinción entre poderes constituidos, constituyentes, fácticos y de presión, son intentos por entender y regular la lógica, pero no la naturaleza del poder, que por lo demás es irregulable. El poder siempre es igual a: Uno, (desdoblado y contradictorio) ésta es su naturaleza. Su comprensión, aprehensión y utilización pueden ser para bien o para el mal.

El poder solo puede ser aprehendido y corporativizado a través de las Relaciones de Poder y la más evolucionada y compacta manifestación del mismo, lo constituye hoy, el estado moderno, le siguen en importancia algunas estructuras monárquicas prevalecientes y corporaciones transnacionales y religiosas. Las relaciones entre Suprapoderes con débiles poderes, siempre y por naturaleza son asimétricas por más que se simule lo contrario. Tal como repetidamente lo mencionan algunos especialistas del poder Campbell (1994) que afirma que “el poder es el único objeto filosófico reciente que se ha vuelto interesante: Ha sido novelado, filosofado, psicoanalizado… resiste todos los tratamientos que se quiera… y sobrevive” (P. 23).

Pero más allá de lo anterior, la cuestión del poder es el campo que unifica a las Ciencias Sociales en su conjunto, tendiendo un puente con el universo de otras ciencias; el poder y sus múltiples manifestaciones es, de manera analógica, una forma de campo gravitacional de energía, curiosamente, al igual que ésta, no se crea ni se destruye, sólo se transforma. El poder es una forma de campo gravitacional que subsume regiones, países, estados, relaciones económicas y políticas, razas, grupos y subgrupos, género, clase, sectores y condición social dado que esta forma de campo gravitacional de energía humana concentra masas de capital, entidades políticas y de saberes; este siempre tenderá a manifestarse como una variable funcional de la voluntad de quien lo detente o pretenda detentar en un espacio tiempo determinado y una población determinada.

Tomando en cuenta todos estos señalamientos anteriormente citados, es convincente aportar que todos los seres por su naturaleza humana tienen poder; es decir desde el momento de la fecundación la esencia de ese nuevo ser que vive en un mundo interno fisiológico que se prepara para una vida terrenal externa, comienza a empoderarse de las grandes energías que tiene su progenitora, genéticamente se configura para mostrarse como un ser humano, se alimenta de su propio sistema y lucha en un periodo más o menos de quince diez y seis días donde se inicia llamándose cigoto, mórula y llega a la cavidad uterina con gran poder para su crecimiento y desarrollo, es desde allí donde comienza a dominar a la maquinaria del ser que lo lleva en su vientre, se vuelve pensante, responde a estímulos externos, se alimenta y configura toda su estructura ósea, hasta que llega la semana 37 – 38 donde está preparado para enfrentarse al mundo exterior, posteriormente su mente busca la forma y manera de comunicarse con su gente donde utiliza la comunicación simbólica para que puedan atender sus necesidades fisiológicas y propias de todo ser humano; llora, ríe, respira, siente la necesidad de comer y es de este modo de comunicación como se satisface, posteriormente crece y se reproduce, convirtiendo en un ser pensante con destrezas intelectuales y psicológica e influir en el medio social, donde se adapta a las normas, leyes y valores para la vida, donde se propone metas y hasta puede llegar a conquistar imperios con grandes fuentes de poder. No obstante todo ser humano pensante que se mantenga encerrado en cuatro paredes no goza de poder ya que el mismo no tiene como influir con los demás solo se empodera de su propia mente. Ante todos estos señalamientos Pierre Bourdieu 2005, en su definición de poder argumenta que:

Puede decirse que el poder es constitutivo de la sociedad y, ontológicamente, existe en las cosas y en los cuerpos, en los campos y en los habitus, en las instituciones y en los cerebros, por lo tanto el poder existe físicamente, objetivamente, pero también simbólicamente (P. 10).

En consideración con lo que expone el autor es necesario recordar que la realidad social es un conjunto de relaciones de fuerzas entre clases, históricamente en luchas unas con otras. Al respecto Foucault (1975) expone que «el poder se encuentra en todos los sitios… porque no proviene de ningún sitio».

CONCEPCIONES SOBRE EL PODER

El concepto de poder a menudo evoca las impresiones negativas. Por ejemplo, refiriéndose al uso del poder puede inferir que las personas se están dominadas, manipuladas o coaccionadas. Sin embargo, similar al concepto de conflicto, el poder casi siempre existe en las organizaciones. El reconocimiento y la gestión pueden ser muy saludables para las organizaciones y el personal. Los siguientes enlaces ofrecen un panorama general de que el progreso de base para un poco más avanzados.

El término “poder” se ha vuelto una mala palabra, de hecho, es más sencillo hablar sobre dinero o sexo que sobre poder. La gente de poder niega tenerlo y la gente que aspira al poder, lo niega. Sin embargo, el poder debería ser sacado de su escondite, pues es uno de los elementos más importantes del comportamiento gerencial. . Al respecto Páez J, (2003) acota que “las personas que ocupan cargos gerenciales en las organizaciones y son eficientes tiene en común una serie de rasgos, comportamientos y responsabilidades. Una de ellas es aumentar la productividad de sus más cercanos seguidores (P. 80).

El acceso a recursos e información, y la habilidad de actuar con rapidez, hacen posible llevar a cabo más cosas y pasar más recursos e información a los subordinados. Esta es la razón por la que la gente tiende a preferir jefes con poder. Cuando los empleados perciben que el gerente es influyente, su estatus aumenta por asociación y generalmente gozan tanto de una moral más alta como de una mayor disposición hacia el jefe. Los líderes poderosos están siempre más dispuestos a delegar, a premiar el talento y a crear un equipo que brinde posiciones significativas a los subordinados. Mcfarland, Senn Y Childress (1996) citan a Crandall (1955) quienes afirman:

Creo que el líder ideal para el siglo XXI será quien pueda crear un entorno que estimule a todos los miembros de la organización para que den lo mejor de sus capacidades y logren una visión compartida, que dé a las personas la confianza de correr más lejos y más rápidamente y que cree las condiciones para que las personas sean más productivas, más innovadoras, más creativas y se sientan con mas control de sus propias vidas de lo que habían soñado que fuera posible (P.206)

De acuerdo a los expresado por el autor es importante que las enfermeras(os) desarrollen un liderazgo dentro de las organizaciones de salud donde trabajan y practican su ejercicio profesional, originando un cambio que ayude a estimular a todo el gremio y así puedan tener mejor capacidad de crear e innovar en la gerencia cuando ocupan cargos administrativo y dejar a un lado su rol de líder cotidiano, el cual solo con esto ganan más ausencia del poder y el mismo es la raíz de la eficiencia, seguir conservando un estilo de gerencia dictatorial y excesivamente rígida siempre cae sobre nuestras espaldas la responsabilidad de hacer una tarea sin