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Visión fenomenológica del poder en Enfermería

Enfermería, situación que ha colocado esta digna profesión, a niveles de excelencia profesional junto a otros profesionales en el campo de la salud. Es así como Enfermería tiene hoy día representación a niveles de autoridad en universidades, organismos de cogobierno nacionales e internacionales, tales como: la Organización Panamericana de la Salud, LA CICAD-OEA, colegios y federaciones propias de Enfermería.

Al iniciar la maestría tuve la experiencia de conocer que el tema del poder es un punto relevante de ver como logramos influir sobre otros, donde la persona poderosa es alguien en quien los demás creen, honran y respetan, complacen sus deseos porque se alinean con ellos, no considerando así, este le vigila o les otorga algo a cambio, es así que esta experiencia en estudios de post grado me hacen ver que este tema del poder ha sido estudiado en el ámbito de la Enfermería venezolana donde me es posible señalar que la vida de un hombre o gerente de Enfermería no tiene sentido si no es capaz de influir, de transformar, de formar, educar y de cambiar lo que no le parece adecuado aun cuando nuestro fin sea transformar a los enfermeros en gerentes del cuidado y con poder por muy altruista que esto parezca, lo cual me permitió reflexionar en función de las siguientes interrogantes:

¿Cuál es la percepción que tiene el enfermero en funciones gerenciales acerca del poder como estrategia para el manejo del Talento Humano en Enfermería?

¿Cuál es la naturaleza del poder en el manejo del Talento Humano en la gerencia de Enfermería?

Para dar respuesta a estas interrogantes, entre otras, y tomando en cuenta la situación actual antes descrita sobre el poder en Enfermería, inicio un estudio de origen cualitativo para ver la visión fenomenológica del poder.

Conociendo el Fenómeno en Estudio.

Enfermería siempre ha mantenido perspectivas para enfrentar problemas importantes en cada una de las unidades organizacionales mediante condiciones cambiantes del ambiente, con la tecnología y con los grupos, sin embargo he podido observar que los gerentes de Enfermería al tomar una decisión, al ejercer autoridad, al comunicarse sienten que mantienen poder, al respecto Follet argumenta que “el deseo de poder está inmerso en la propia vida de las personas” en lo que respecta la autora explicó que sus ideas se centran en considerar que el poder sobre significa dominio que una persona tiene sobre otras personas y el poder con significa un poder de habilidad simple para hacer que conjuntamente las cosas sucedan, es así como para darse cuenta que para ser gerente hay que tornarse en una persona con habilidades conceptuales, técnicas y humanas para estar apto sobre el ocupar un cargo administrativo y la forma de ejercer poder, mantener buenas relaciones humanas, ya que eso es lo que va a permitir acceder a una mejor situación, no solo laboral, sino también de vida.

El término poder, se interpreta como un conjunto de relaciones interpersonales entre el que se cuida y cuidadoras, es importante resaltar que Enfermería dirige y controla mucho personal y que en virtud de estas acciones tiene que mandar, ejecutar y persuadir manteniendo siempre unidad de mando, pero en función de líneas de jerarquía y se desliga del que es un individuo y deja de ser el mismo y se transforma en una persona idéntica a las demás y actúa tal como los poderosos esperan que lo haga, es tal su identificación con los otros que resulta muy difícil distinguirlos entre sí, al despojarse de su propio rol, se convierte en un autómata más, el enfermero en el cargo o con funciones administrativas se conforma con su situación y busca el reconocimiento por parte de quien solo dirige la estructura organizativa y se olvida de los pilares fundamentales que son aquellos que se van condicionando de acuerdo con las circunstancias. Arendt, (1996) expresa que:

Todo nuestro orgullo por lo que podemos hacer desaparecerá en una especie de mutación de la raza humana; el conjunto de la tecnología observado desde ese lugar, en realidad ya no se ve como el resultado de un esfuerzo humano consciente para extender los poderes materiales del hombre, sino más bien como un proceso biológico a gran escala. (P. 239)

Una de las formas de acercarnos a la vivencia del humano contemporáneo es a través de los problemas que se viven por las consecuencias sociales en su tendencia a la búsqueda del reconocimiento del poder. Para comprender este fenómeno del poder debemos intentar una aproximación que tenga en cuenta la posibilidad de interpretar los fenómenos y el hombre en un contexto histórico, social y político en particular, este espacio donde se maneja la dinámica de relevos es sin duda la cultura donde vivimos, actuamos, pensamos, deseamos, evaluamos y planteamos procesos gerenciales que fundamente nuestras actividades en cada cargo que desempeñamos. La contextualización del hombre y la búsqueda de poder parece ser tan antiguo como la misma civilización, existen datos del pasado donde el hombre era gobernado y mandado por otros y que tenían la potestad de generar fuerzas para así poder convivir y subsistir con la humanidad. Todas estas culturas y fuentes de poder de la antigüedad dieron origen a la civilización occidental, más aun, como elementos de grandes gerentes con capacidad de influir sobre los otros ya que es muy distinta la forma de ejercer el poder que se mantenía en la antigüedad a la que el hombre de hoy tiene a partir del siglo XXI. El hombre moderno o post moderno se relaciona con ellas en una búsqueda insaciable del poder indiferentemente de su fuente, del sentirse bien, de ser exitoso, de lograr las metas, transitando la vida muchas veces por el camino más corto, sin tanto sufrimiento. Estamos viviendo en una cultura en la que se instaura la presencia de criterios hedonistas, es la legitimación del proceso de individualización y de la búsqueda del poder.

Cuando hablamos de poder muchos de nosotros, pensamos que el termino poder es sinónimo de autoridad legal de influir sobre los otros y nos olvidamos de la capacidad de las otras personas dentro de las organizaciones. Joaquín E (2000) refiere que:

La globalidad así entendida muestra que hay hombre (¿Porqué casi son hombres?) que no se conforman con ser hombre y, así, le echan el último pulso a la idea de la divinidad, el gran poder eterno, mandar en todo, a todas horas, sobre todos, en todas partes, sin resquicios, sin tregua… tomar todas las decisiones, decidir sobre todas las conciencias. Elegir por todos, dar forma a un destino colectivo, a un destino individual, modelar la vida, crear la vida, decidir la vida, dictar lo que es bueno y lo que es malo, hacer la ley universal, el sentimiento planetario. Dirigir los deseos, inducir los pensamientos, modelar las voluntades, pensar por todos y por cada uno de nosotros. Poseer la verdad (P. 16).

Estos señalamientos del autor permiten sustentar que la búsqueda del poder, por parte de los gerentes de una organización está enmarcada en la autoridad y he aquí algo que ningún dios se atrevió a hacer y que nuestra época, desde la revolución de las comunicaciones, pueden contemplar como uno de los fenómenos más increíbles de la historia de la humanidad, el poder ya no es una simple y antigua pasión humana, sino que deviene la posibilidad de hacer la realidad la utopía de ser verdaderamente, es decir influenciar con los demás y para los demás.

Históricamente hemos estado involucrados en el gobierno de los pobres, donde el poder es el motor supremo de la fantasía de un puñado de hombres y ahora adquiere una dimensión y