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Visión fenomenológica del poder en Enfermería

enmarcado en la investigación cualitativa y cuyo propósito fue develar el significado del poder en Enfermería. El primer capítulo presenta la Construcción del Fenómeno donde se indagaron los siguientes aspectos: Interés por el tema de Estudio, Primeros Pensamiento de mi Trayectoria Profesional, Conociendo el Fenómeno en Estudio, Propósitos del Estudio, Delineando el Estudio. En el Segundo Capitulo se Abordar la Construcción de la Fundamentación Teórica: Estado del Arte y Contextualizando el Estudio. y en el Tercer Capítulo el Precurso Metodológico: Abordaje cualitativo, Presentando la Metódica del Fenómeno en Estudio, Contextualizando la Información, Criterios de Selección de las Informantes, Recolección de la Información, Manejo de la Información. El cuarto capítulo tenemos las Múltiples Perspectivas del Fenómeno: Mi Percepción del Fenómeno como Investigador, Percepción de los Agentes Externos, Percepción de las Informantes claves, En el capitulo cinco tenemos la Búsqueda de la Esencia y la Estructura. En el capitulo seis la Constitución e Interpretación de los Significados y en el Capitulo siete la Interpretación del Fenómeno, consideraciones finales y el aporte del investigador, la bibliografía y los anexos.

CAPITULO I. CONTEXTUALIZANDO EL FENÓMENO

Interés por el tema en Estudio

En particular, me interesa explorar el poder como práctica constitutiva del trabajo de las enfermeras y enfermeros para poner sobre la mesa y cuestionar como pensamos colectivamente sobre nosotros mismos, sobre los otros profesionales, sobre los pacientes y sus familiares para terminar reflexionando acerca de cómo concebimos el poder en Enfermería en cada una de las fuentes que con llevan a cargos gerenciales. Empezando por lo más familiar, que es la idea de que las enfermeras y enfermeros no tenemos poder. Al respecto Marriner / Tomey (2000) define el poder como “la capacidad que tiene una persona para influir en los demás” (P. 298). Tomando en cuenta los señalamiento del autor y la visión generalizada acerca de la falta de poder de las enfermeras, creo que, de distintas maneras, ejercemos poder y que somos un grupo profesional muy poderoso, con gran influencia sobre los individuos y las poblaciones; que generamos conocimiento e influimos en decisiones gerenciales de gran importancia para las organizaciones, las enfermeras y los enfermeros son un colectivo de gran importancia que ayuda, indirectamente, al estado a gobernar, a través del poder, este grupo, al igual que otros, promueve y recupera la salud, acumula y difunde conocimiento.

A nadie se le oculta la existencia de un conflicto de poderes que, en las organizaciones, está estrechamente relacionado con los profesionales de Enfermería. King y Koliner (1999) abogan porque “la Enfermería afiance sus bases de poder, tanto formales como informales, en base al liderazgo”. Estos autores, consideran que el futuro del poder en Enfermería se basa en cada uno de los cargos gerenciales que ocupen los gerentes y muestren cu capacidad de influir con los otros, se trataría de admitir la diversidad y reconocer la bondad de las contribuciones que otros puedan hacer. También resaltan la importancia que, para el líder, tiene el llevar una vida equilibrada, dado que para poder satisfacer las necesidades de otros, han de estar satisfechas las propias. Según George (1993) acota que:

El hombre es un ser individual, relacionado con otros hombres, en tiempo y espacio…. Tiene obligaciones para con los otros durante toda su existencia; hasta la interdependencia se caracteriza por ser capaces, abiertos a opciones como valor y como manifestación única de su pasado, presente y futuro (P. 242)

No obstante, las enfermeras experimentan sentimientos de impotencia, se sienten insignificantes e ignoradas y algunas veces culpables por los resultados o errores que puedan ocurrir en la asistencia al paciente, también se sienten responsables de la organización en general. Desde otra perspectiva la organización del trabajo no es sino la expresión de la voluntad de aquellos que lo organizan. Cuando alguien lleva a cabo su trabajo respetando la manera en que otros lo han organizado, está proclamando el poder que emana de esa organización. Así pues, cuando las enfermeras desempeñan cargos gerenciales, desempeñan el poder propio de ese tipo de cargos. Según Angulo (1997) el poder ha sido visto como “un resultado de masculinidad y en la oposición directa para la preocupación, que es vista como la esencia de profesión de enfermero y tradicionalmente alineada con la feminidad”. Muchas enfermeras pueden estar poco dispuestas a tener acceso o usar el poder porque ellos ven el poder como un atributo masculino que es incoherente con su autoidentidad como mujeres.

Las enfermeras son las depositarias de la casi totalidad de la información que se genera en los hospitales, las organizadoras de la atención sanitaria y las encargadas de mantener las normas institucionales. En realidad, pienso que en el trabajo de Enfermería se “cuida” mucho más de mantener las instituciones en funcionamiento que del bienestar de los pacientes o clientes. El hecho de asumir estas responsabilidades, nos capacita para ejercer como las administradoras principales de la actividad asistencial en su área de influencia. No obstante, pueden existir determinados elementos que impidan que nuestra labor profesional se desarrolle completamente, como por ejemplo la forma en que los profesionales de la salud, especialmente las enfermeras y los médicos, asumen sus roles profesionales o la escasez de capital humano y materiales, tanto en calidad como en cantidad.

Mi argumento acerca del poder de las enfermeras se basa en ampliar el concepto tradicional que tenemos de lo que significa el poder. Poder generalmente se asocia a la capacidad de ejercer una acción represiva, sin embargo yo propongo hablar de poder en otros términos: como un ejercicio de relaciones, como una influencia positiva o como una manera de pensar y desarrollar una práctica que impregna a casi todo el colectivo. Sin embargo, este mismo potencial para la acción se utiliza cotidianamente sobre todo para mantener el status quo. Si es cierto que las enfermeras pasan habitualmente desapercibidas, a pesar de ser el colectivo más numeroso de los sistemas de salud del mundo entero, también es cierto que la percepción del sentimiento de no ser tomadas en cuenta y de ser víctimas ocurre en las instituciones que nosotros mismos hemos ayudado a construir, administrar y mantener (Holmes y Gastaldo, 2002). Es razonable pensar que “las enfermeras experimentamos sentimientos contradictorios por el hecho de participar activamente en nuestra propia opresión y que, quizá, muchas de nosotras no seamos conscientes de que, de alguna manera, estamos ejerciendo algún tipo de poder”. Además, raras veces reflexionamos sobre nuestras propias formas de ejercer poder o nos planteamos que los cuidados de salud sean una actividad política.

Primeros Pensamientos de mi Trayectoria Profesional.

En mi trayectoria como profesional de la Enfermería durante ocho años en ejercicio laboral de la practica asistencial, he llegado a comprender que Enfermería ha tenido un significado de fuerza espiritual, de ayuda al usuario mediante el compromiso en el cuidado y a fijar objetivos a largo plazo, situación está que me ha permitido resaltar la importancia y el gran auge que comienzo a vivir, cuando en mis estudios de formación a nivel técnico se acercaba la necesidad imperiosa de ser enfermero, donde cada día los retos eran más grandes como el desarrollo de mi formación profesional, lograr un nivel óptimo de atención directa al