Inicio > Enfermería > Visión fenomenológica del poder en Enfermería > Página 7

Visión fenomenológica del poder en Enfermería

aspectos buenos llenos de vida de los padres, se origina así, de esta manera, el real poder que es fuerza vital constructiva, en el sentido más amplio el autor de manera más profunda acota que:

El poder es siempre activo, y está relacionado con la actividad más primaria del origen del ser humano, referido a su creación y expresada esta actividad vital en el movimiento del espermatozoide para buscar el ovulo, y en la actividad de este ultimo para segregar la sustancia que atrae al primero y abrir su superficie para dejarle paso, generalmente a un único espermatozoide (a veces dos, excepcionalmente a más de dos) para engranar la vida completa, que incluye junto con lo biológico la entrada de la energía universal –el alma- representada en la formación del individuo (P. 16)

Es necesario comprender que según lo apreciado por el autor, el ser humano en el momento del nacimiento, vuelve a demostrar el poder como actividad vital cuando el feto, cumplido su desarrollo a termino produce movimientos natatorios activos, propios, que llevan como propósito salir del útero, además de ser conducido por las contracciones uterinas para lograr el nacimiento, a lo cual hoy en día se han hecho registros cinematográficos del nacimiento por intermedio del cual se muestra la forma como el bebé lucha por nadar y de esa forma poder llegar al agujero de salida, movimiento que prosigue hasta salir definitivamente, en consecuencia los partos eutócicos están dados por la presentación primero la cabeza del bebé en el momento que está emergiendo de la vagina, todo este proceso es la confirmación del poder como fuerza permanentemente activa propia de cada una de los seres humanos. En este orden de ideas el autor expone:

El poder le es intrínseco al ser humano porque nace con la fuerza, vital o destructiva para producir un efecto. Por lo tanto, el poder le es propio por naturaleza genética. Así permanentemente, vivencia y anhela el poder. Sin embargo, es la manera a hacer, ese efecto lo que determina la forma como el individuo representa el poder. Ese modo de conseguir un resultado, estará dado según el poder devenga genética y directamente del instinto de vida o provenga de la furia y pensamientos que tendrá como resultado la aparición, entonces, de diversas configuraciones para mostrarse el poder (P. 50)

Este punto de vista del autor afirma el origen del poder como fuerza genética propia del hombre ya sea del mito del hombre primitivo como el actual donde ambos trabajan y conviven en una sociedad constante en su evolución que permite la integración con las leyes del universo y la obtención de la armonía, la vida en vez de la muerte, el amor en vez de la violencia. Por todo lo expuesto tenemos que a lo largo de la vida el hombre a pesar de su evolución continua en la sociedad siempre ha mostrado su liderazgo y conquistas de poder a través del tiempo, adoptando en cada momento una faz diferente alrededor de la persona que ejercía o había conquistado el poder. Ante esta realidad Joaquin E (2000) refiere que:

Cada sociedad, cada institución social es una encrucijada de poderes que pugnan por imponerse unos a otros. Son vectores tirando en distintas direcciones para averiguar cuál es la más fuerte, porque no todos tienen el mismo éxito en sus pretensiones. Incluso los más fuertes en una circunstancia puede llegar a ser lo más débiles en la siguiente (P. 22-23)

Partiendo de estos aportes, es evidente que en el mundo existe diversidad de hombres que anhelan mantener el poder pleno en cada una de sus regiones, donde cualquier manifestación de poder induce una igual, en la actualidad los poderes sociales son sancionados por el siguiente orden, hombre, blanco, heterosexual, acomodado, moderno, el rasgo dominante del siglo XXI es lo patriarcal, eurocentrista y capitalista. El resto de los grupos como mujeres, homosexuales, negros, etc, es reprimido y su acción pública tiende a deconstruir el poder homologando para imponer el suyo en cuanto sea posible.

Asimismo, tenemos que en la sociedad actual el poder más clásico es el que proviene de la política, pero no es el más determinante ya que también tenemos lo financiero, los medios de comunicación social, las federaciones, los colegios, los sindicatos, los militares, la iglesia y siempre el poder supremo de los ciudadanos se muestra como el escalafón más bajo para ejercer poder. El mismo autor señala que:

En esta etapa histórica la globalización está variando de cara al concepto de poder, hasta ahora, éste era vertical, jerárquico y autoritario y su representación geométrica era la pirámide, el poder estaba hecho para ser visto, como muestran los palacios, los castillos, dominando el paisaje. Con la globalización el poder ya no se presenta así: es horizontal, no jerárquico y tiene forma de red (P. 31)

Partiendo de esta idea tenemos que cuanto más despersonalizada y global es la naturaleza del poder opresor, mayor sensación de impotencia producirá a quienes son dominados, frente a este mapa impersonal de poder se vierten que existen personas que esperan que una revolución apocalíptica endurece los entuertos y repara felicidad y otras pretenden retrotraerse a sociedades sin estados, a una especie primitiva de un mundo sin ley. Al respecto Greene R (2006) refiere que “el ser humano es por naturaleza una criatura sociable… dado que el poder es una creación del hombre, es algo que se incremento mediante el contacto con otra gente” (P. 183-185).

A lo planteado, es obligante incorporar que la enfermera(o) debe buscar el desarrollo del poder e influenciando con el gremio ya que es numeroso, con talento joven capaz de generar cambios estructurales y fortalecer la profesión y pueda tener el poder de su legitimación social en Venezuela. El mismo autor destaca que:

Es el poder que confiere la capacidad de superar la natural tendencia humana de reaccionar ante los hechos a medida que éstos se producen y, en lugar de ello, aprender a dar un paso atrás e imaginar el cuadro total que se desarrolla más allá del campo visual inmediato (P.305).

Ahora bien, los señalamientos anteriores sobre la naturaleza del poder y la postura del autor permiten con gran esfuerzo que las enfermeras(os) despierten su capacidad de influencia y produzcan un empoderamiento con una noción más amplia en el orden del poder, el cual permitirá no solo comprender la dinámica interna de la sociedad sino, además, nos permitirá comprender que la dinámica social se produce a tenor del sistema de salud y de reforzamientos recíprocos de los factores institucionales de la organización, del sujeto, de la ética, de la racionalidad y del discurso de saber que se hallan presentes como elementos constitutivos y que va más allá de lo que hasta hoy se ha alcanzado.

En síntesis, las citadas posturas teóricas – filosóficas realizadas anteriormente sobre la naturaleza del poder, explicadas permiten palpar los diferentes enfoques descritos sobre la esencia del poder. Greene R (2006) en sus aportes hace un enfoque general sobre la naturaleza del poder donde expone que:

Las primeras nociones del poder de la humanidad se originaron en los primitivos encuentros con la naturaleza: El destello del relámpago en el cielo, una repentina inundación, la rapidez y ferocidad de una animal salvaje. Esas fuerzas no exigían reflexión ni planificación; simplemente nos impresionaban por su aparición repentina, su gracia natural y su poder sobre la vida y la muerte. Y éste sigue siendo el tipo de poder que siempre hemos querido imitar. A través de la ciencia y a