Inicio > Medicina Preventiva y Salud Pública > El consumo de drogas en el contexto venezolano. Relatos de experiencias > Página 17

El consumo de drogas en el contexto venezolano. Relatos de experiencias

Yo estaba en el problema de las drogas, mas eliminaba con ese tiempo las drogas. Cuando llegaba del trabajo, a las cinco de la tarde, agarraba mis muchachos y me iba a practicar. Siempre tratando de cuidarlos a ellos porque no tenían los implementos necesarios, porque no es igual trabajar con niños que trabajar con una persona de quince años en adelante.

Le repito que yo estoy en esta Comunidad por decisión propia, por mi voluntad. A diario hago mis escrituras, le leo ésta: “Hoy 27 de marzo, gracias a Dios, ya cuento con ocho días aquí, en lo que yo he bautizado la Casa de Dios, nuestra casa. Me contenta mucho estar aquí bajo el abrigo de “papá”, y el señor, sociólogo, director, Francisco, que con su gran gentileza y su amor por el prójimo nos ayuda mucho con esta enfermedad, nos instruye cosas sumamente positivas, principalmente para nosotros y nuestra recuperación en general. Ésta es mi segunda entrada aquí en esta casa, ahora con metas qué trascender, primero: olvidarme completamente y definitivamente de la droga. Segundo: recuperar totalmente mi familia. Tercero: un trabajo digno acorde a mis conocimientos y con un buen sueldo y beneficios, para poder tenderle la mano a quien lo necesite, que como todos saben tengo un buen corazón con ganas de ayudar a mucha gente, a quien lo necesite y acepte mi ayuda. En conclusión: mi salvación es lo principal (la misión personal), y con la ayuda que estoy recibiendo y mi empeño lo voy a lograr. Gracias, Dios mío, primero que todo, por darme otra oportunidad en la vida y esta vez no la voy a desaprovechar. Nuevamente, gracias Dios mío. Sin más… Isaías”… Estoy en esta casa, con mi familia con la ayuda que necesito de todos mis compañeros. Hay una opinión sobre mí en el tiempo que estuve aquí, gracias a Dios con “papá”, un sociólogo con un buen corazón y muchos de los muchachos que, recuerdo yo, habiendo ciento catorce personas, y yo siempre parado en la esquina era el ejemplo de todos.

Primero que todo tenemos que reconocer que eso es general. Es una enfermedad y tenemos errores en la vida, porque somos seres humanos. El día que me iba, que vine a recoger el bolso, “papá” me dijo estas palabras: “Mire, yo he tenido pacientes aquí ( –con una lágrima en los ojos, él–), han caído siete veces y en la última vez se han levantado”… Todos los días escribo mis metas.

4.3. Relato 3 – Informante: Ezequiel

Bueno, primero que nada, yo caí en el consumo de drogas por curiosidad, por un malandro que era mi amigo porque ahora no lo somos amigos, porque él mató un policía y también pisó al internado en la cárcel ¿entiende? Yo pisé también el internado, la cárcel. Yo robé a mi tía, yo le robé diez toros de coleo, con un camión 350 y me lancé con él por un voladero. Todo eso lo vendí en un matadero, me agarraron ahí, me llevaron preso a mí, al otro chamo no porque yo no manejaba, manejaba era un amigo, “Caballo”. Él se llama Carlos, pero le decían “Caballo”. Él era también consumidor de droga, pero ahora no, ya él se salió de eso, un ciudadano de la República, bien, y todo eso. Yo tengo seis meses aquí en la Comunidad Terapéutica. Tengo como catorce años consumiendo droga. La primera vez en las fiestas. Todos los viernes salía pa’ las fiestas, entonces empezábamos a consumí, tomá guarapitas y consumíamos “perico”, pues, pa’ mantenenos (sic) despiertos. He consumío (sic) eso, na’más puro “perico” y “piedra”. Pero en eso me faltó voluntá. Yo vine solo para acá por voluntá. Eso fue un jueves, que yo andaba por ahí loquito, tomando aguardiente, ta’ba “rascao” y así llegué pa’ un lugar, me metí ahí “rascao”: “¡Ayúdenme, vale, necesito ayuda! (… … …) ¡Miren cómo estoy! ¡Ayúdenme! (tono de voz lastimero)… Yo les voy a enseñar la cédula ahorita para que ven quién soy”… –“Bueno, papá, nosotros te vamos ayudá, ven para acá”… Bueno, un baño aquí y pa’llá, me llevaron pa’ mi casa y al otro día me fueron a buscá en la mañanita y me trajeron para acá (para la Comunidad Terapéutica).

Salgo todos los días a trabajar, me gano eso porque salgo todos los días a trabajar. Trabajé en la siembra de caraotas, me venían a buscar los lunes en la mañana, en la madrugá, y me traían los sábados. Allá me daban la comía, la cama, está todo allá. Nos pagaban. Nos dieron juguetes, hablamos con el presidente que nos ha dao aquí unas casas a los que nosotros le hicimos la plataforma, nos va dá primero cuarenta casas y después a los demás les dan las otras. Nosotros hablamos con él, yo hablé con el presidente y le dije que: “Ayúdenos presidente, a todos allá con el comedor, que no han dado la cara por nosotros, que nos ayude con alguna medicina para curarnos de esa droga, que la droga maldita es del diablo, necesitamos que usted nos ayude, ¿me entiende?…Yo tengo una niña de cinco añitos, ¿entiende?”…

Yo tengo veintiséis años. Y yo tenía una mujer que era mala conmigo. No sé si estaba como enamorá de mí, yo no sé. Por fin se consiguió un marío que es millonario y me dejó, y se llevó la niña. En estos días fue que la volví a ver a mi hija, a mi papá que me abandonó, parece que ‘taba arrepentío de haberme hecho eso, que quería recuperá mi amor y no se qué más. Yo le dije: “Bueno, no, yo no le voy a hacé… a golpeá, ni nada de eso”…Cuando él me llamó, yo le dije que viniera para hablá entre caballeros, tranquilamente. Yo salí de permiso y fui pa’llá a hablá y todo eso.

Y yo siempre he sío claro (sic) con “papá”… (El director de la Comunidad Terapéutica). Y yo vine orita, porque como ustedes me dijeron que usted es psicóloga… Y yo estoy trabajando, como yo estoy trabajando, hay una muchacha ¿verdad? que está aquí, que me gusta mucho, demasiado, se llama Ramona, pero le dicen mona. Es buenamoza, es bonita. Lo malo es… ella me corresponde y todo eso, pero ella tiene esposo ¿me entiende? Pero, yo estoy pensando: ¿será que ella está conmigo por un vacilón o qué? ¿Me entiende? Yo hablé con ella hoy y me dijo: “Bueno, el lunes vamos a salí”–“¿Vamos a salí?”-le dije. “Es posible”, me contestó. Nosotros trabajamos, no nos dan casi, así, plata, no nos dan plata porque nosotros somos los bobos. Yo trabajo en la Gobernación.

Ella se llama Ramona… Aunque aquí no permiten la relación de parejas, yo sé que ellos no se van enterar porque usted me lo está diciendo. Y bueno, yo me llamo Ezequiel…Ella tiene una niña de tres años, y bueno, el esposo, el tipo no va a trabajá pa’ vigilala a ella ¿me entiende? pa’ ve qué es lo que hace. Él trabajaba cortando caña y matas, y eso, ¿entiende?

Ella no está casada, pero le tiene miedo. En estos días él llegó