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El consumo de drogas en el contexto venezolano. Relatos de experiencias

en España empleando la etnografía como método.

Esta autora analizó el uso de drogas de síntesis de forma comparada entre varones y mujeres en dicho país. La perspectiva del género fue tomada en cuenta por la autora, por considerar que han sido escasas las investigaciones relacionadas con el estudio del uso de drogas en mujeres, al compararlo con el de los varones. La investigación tuvo el propósito de estudiar cómo surgen y se reproducen las diferencias de género en la forma de uso de drogas de síntesis. Concluyendo así con algunas consideraciones distintivas observadas en el estudio, tales como el papel de las mujeres en la cultura del baile, la percepción del riesgo y el género en el contexto de la fiesta, características de las usuarias de drogas de síntesis, y por último las actividades y roles que cumplen las mujeres en el mercado de drogas de síntesis.

Por otro lado se encuentra el trabajo de tesis doctoral realizado por Salazar (2003), titulado “Drogas y Acción Educativa. Historia de Luis Carlos”, a través del cual la investigadora analiza varios relatos de un consumidor dependiente de la marihuana y la cocaína durante 15 años. La investigadora utilizó el método biográfico, en la modalidad de historia de vida concretamente, y encontró aspectos significativos de la vida del sujeto, especialmente referidos a sus valores, actitudes y estilo de vida asociados al consumo de drogas. Logrando realizar un análisis hermenéutico de ocho valores develados en la historia de vida, ocho actitudes encontradas y ocho características del estilo de vida del consumidor de droga. El análisis de la información se realizó en base a los criterios de pura textualidad, una sola vida narrada, las tres lecturas de Selin About y el criterio de la contextualidad.

Al respecto, esta investigación se ubicó en los antecedentes por ser un trabajo de naturaleza cualitativa, llevado a cabo a través de una interacción directa entre el sujeto de estudio y la investigadora.

2.2. Situación Actual de la Demanda de Drogas

Cuando miramos retrospectivamente la historia de la humanidad, miramos al mismo tiempo la historia del consumo de drogas usadas con diferentes fines, entre los cuales se recuerda el alivio del dolor y el combate contra las enfermedades. El consumo por sí mismo no constituye ningún mal; su administración como es debido, ha sido una bendición para la Medicina. Por desgracia, hay drogas que inicialmente tienen también efectos secundarios placenteros, como una sensación de euforia, bienestar, alegría, serenidad y energía. Sin embargo, hoy día se aprecia que lo que comenzó como una actividad creativa, se convirtió con el tiempo en un problema de dependencia y uso indebido de las drogas.

Según el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (PNUFID, 2008), en los últimos tiempos el consumo de estas sustancias se ha propagado a una velocidad sin precedentes y ha llegado a todos los lugares donde el ser humano habita. Se puede decir que no se conoce país alguno que haya quedado a salvo de los diversos problemas que ocasiona el uso indebido de drogas. Es por ello que un amplio sector de la comunidad mundial ha manifestado honda preocupación por este problema, tomando en consideración los insidiosos efectos a largo plazo del consumo crónico del alcohol y otras drogas y por su repercusión en la persona, la familia, la educación, la comunidad y la sociedad en general (p. 5).

Esta preocupación obedece, entre otras variables, al aumento de la criminalidad asociado al uso de drogas, también incremento de los accidentes de tránsito, los accidentes laborales, las dificultades de aprendizaje, y otras alteraciones de salud mental; esto se ha evidenciado en la práctica a través de las rupturas familiares, generando así irregularidades en las funciones normales de reproducción, y la aparición de ciertas lesiones que se manifiestan a largo plazo en la estructura y funcionamiento del cerebro, el corazón, los pulmones y otros sistemas vitales del ser humano (ibídem p.7).

Éste en un escenario donde participan diferentes actores sociales, instituciones, que en el contexto de un mundo globalizado en este nuevo milenio complejiza aún más el problema y hace más difícil su solución, sobre todo si se tiene presente el dinamismo del fenómeno, a la luz de los nuevos avances científicos, tecnológicos y humanísticos que de alguna manera intervienen en el desarrollo del problema.

Es ahora en este nuevo milenio cuando comienzan a vislumbrarse las dimensiones actuales de lo que significa el consumo de drogas. Aunque hay países que pueden sostener que han logrado controlar la demanda de drogas ilícitas, el uso indebido continúa creciendo en todo el mundo. En particular, el uso indebido de drogas ilícitas en algunos países ha aumentado en forma extraordinaria.

 En lo que respecta a las consecuencias negativas sociales del uso indebido y generalizado de las drogas, ya no existe ninguna duda, aún cuando no ha sido posible determinar la vía de la búsqueda cualitativa y/o cuantitativa del daño que las drogas ocasionan, por lo que no es fácil obtener una visión amplia de las pautas y tendencias mundiales del consumo, especialmente de drogas ilícitas. Puede decirse entonces, sin lugar a dudas, que es muy difícil encontrar alguna persona que de alguna manera no haya estado vinculada con la problemática del consumo de drogas, ya sean lícitas o ilícitas.

En el mismo orden de ideas se puede señalar la otra dimensión del uso, es decir, la responsabilidad individual, aquí se cataloga el comportamiento voluntario ante el consumo.

La definición de un fenómeno como el uso indebido de drogas comprende dos dimensiones principales: (a) la etiología o causa; y (b) la responsabilidad individual. Esta definición es importante porque orienta las soluciones que la sociedad da a ese problema. Partiendo de que la etiología tiene múltiples factores, se puede inferir que el uso indebido de drogas resulta de procesos de desarrollo incompletos o malas adaptaciones en los planos psicológicos y sociales.

El uso indebido de drogas ha dejado de considerarse un delito “sin víctimas”, pues este criterio impone una carga muy dura a los pueblos y a los países del mundo. Éste es un fenómeno que ha intimidado y corrompido a los diversos sectores de la vida cotidiana y en estos momentos hasta se puede hablar de desestabilizar los gobiernos, así como también ha afectado la oferta monetaria y el mercado de divisas, entre otros hechos. Hoy día, cuando la gravedad del problema va en aumento, el enfoque multifacético que aplican las Naciones Unidas a la fiscalización de los estupefacientes, refleja el deseo de todos los países de librarse de este problema (ibídem p. 15).

Los programas de las Naciones Unidas en este campo se han ampliado y