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El consumo de drogas en el contexto venezolano. Relatos de experiencias

presentar unos exámenes… muchos trámites. Entonces me fui a la calle y duré dos días consumiendo. A veces me iba pa’ las charlas cuando estaba consumiendo. Y de aquí me llevaron para un centro que es público, que es del gobierno y… tá… tá… tá…Es privado, pero el gobierno lo mantiene. Entonces me vine pa’cá y me metieron de una vez sin los exámenes ni nada. Aquí funciona bien todo. Nosotros ayudamos a los que llegan, se les compra un jabón, un cepillo de dientes, lo que se pueda. Aquí pueden traer ropa. Hoy llegaron tres nuevos, a veces llegan quince nuevos. Ahorita hay ciento veintitrés personas, si no me pelo. A veces se forman trifulcas porque somos gente de la calle, cada uno somos caracteres distintos, somos gente que consumimos droga. Y si por lo menos por la casa… yo puedo ser de cualquier zona buena, pero yo, por ser chiquito, era así, no soy gordo ni alto, ¿pero no voy a dejar que otro me lo esté diciendo?… Pero tampoco voy a está: “¡Dále… dále!”… No, no. Cuando están llegando nuevos sí, sí llegan muy rebeldes, pero el director general les habla, hablamos también, hablando poco a poco… Y algo que yo no he entendío: (… … …) (… … …) Entonces los conflictos existen y los conflictos ayudan a (…) también.

Ahora, con respecto a los jóvenes que estudian por ejemplo sexto grado, yo no solamente les diría NO A LAS DROGAS, también me les pongo como un espejo. Yo estuviera ahorita graduado de Relaciones Industriales, yo estuviera ahorita con un carro, apartamento, y no estuviera aquí. Pero nunca es tarde y soy un chamo todavía, tengo veintidós años.

También les diría a esos jóvenes, primero que nada, que les hagan caso a sus padres… Mi mamá siempre me decía: “A mí no me gustan esas juntas”… –“¡No, jombre, a mí no me interesa!”… Entonces, que les hagan caso a sus padres. Cuando sepan que es una mala junta, es la verdad. Si dicen eso es por algo, porque saben quién es esa persona…. “Ustedes saben que tienen que hacerle caso a los padres porque…”… Mi mamá nunca –cómo le explico– ella nunca me pegó, nunca me maltrató físicamente, nunca. De hablarme: “Mira, no te juntes con ese chamo, no me gusta”… –“Pero mamá, es amigo mío”… “Pero, concho, ¡trata de evitarlo!”… –“¡No me interesa! ¡Ése es mi amigo, y punto. No tengo más amigos!”… -le decía. Puede ser que te caiga muy bien, ser amigo tuyo, como dicen aquí: “la costilla”, pero no sabes si el chamo es malo, o la familia de él debe tener malos hábitos. Todo viene de la familia, entonces si el chamo tiene malos hábitos es porque la familia tiene malos hábitos.

Y ahí tengo a mi hermanito, bueno, mire, yo a mi hermanito de catorce años, yo siempre de las drogas hablo con él y le digo esto, esto y esto. Le dan plata, tiene tremendo celular y tal. Pero yo no sé si es que él me vio a mí cada vez que yo consumía droga… Por lo menos yo estoy claro que él no toma ni cerveza, está en tercer año (… … …) Pero yo creo que él vio, por lo menos, todos los problemas que yo tuve con mi mamá. Cuando vio que mi mamá me consiguió algo, él no sabía qué era eso. Yo creo que él vio eso como espejo, él no sabe qué es eso, sabe que es droga, sabe que es malo, pero no sabe qué efecto da, no sabe que es ilegal, no sabe muchas cosas ¿me entiende? Pero es poco a poco.

Ahora, los niños de sexto grado que siempre llevan plata a la merienda, me parece algo normal aunque en las escuelas privadas no corren tanto riesgo, en las públicas sí. Ahí tienen que cuidarse de las malas juntas, de los chamos que sean muy… cómo le explico… porque es mentira que de los chamos que vengan de barrio, es mentira, porque yo conozco gente de barrio, fea, y son más sanos. El problema es que siempre, como están en barrio… Los barrios (… … …), como quien dice: malandros ¿entiende? Pero los de las escuelas privadas, siempre son una zona buena, la mayoría son zonas buenas, pero otras siempre han tenido unos malos hábitos. En la zona buena es donde está la gente que más se echa a perdé ¿entiende? Algo que así, que si tienen dinero, el dinero pa’ la merienda siempre va a estar, los muchachos tienen que llevar dinero al colegio, también, bastante, ¿me entiende? Pero en la escuela hay peligro, se dice que en las escuelas y que consumen droga.

También se habla mucho de que los heladeros la venden a las puertas de las escuelas, yo estoy claro en eso, pero en mi caso nunca pasó, en el colegio en ningún momento nunca pasó. Y hay colegios que ahorita se está viendo eso muy famoso de que siempre llega un señor que vende “chicha”, pero no, no sé qué decirle de eso porque nunca me ha pasado y no sé cómo relacionarlo. Y eso es peligroso que un señor le esté vendiendo eso a un menor de edad. Por lo menos cuando yo empecé a consumir, yo no consumía con menores de edad cuando yo era mayor de edad. Me venía un chamito menor de edad: “Mira, chamo, yo quiero que tú me vendas…”… –“No, chamo, cuando tú me traigas a mí, hablamos, porque yo con menores de edad “me lavo las manos”. Porque son un problema, son ladrones, son un problema grave… A mí me decían lo mismo cuando yo era menor de edad.

Yo pienso que los chamitos ahorita son muy inteligentes. Ellos agarran un celular último modelo y lo manejan “así”, normal… computadoras… son muy inteligentes. A mi mamá no le gusta que yo a mi hermanito le hable así claro, pero yo lo hago igualito, escondío de mi mamá le hablo claro: “No hagas esto, mira lo que me pasó a mí. No hagas esto, por esto, esto y esto”…Cuanto yo fui a buscarlo a una fiesta que tenía él, me bajé… Claro, yo veo el ambiente a ver qué hacían, si fumaban cigarrillo, si esto, si lo otro, y todo bien, normal. O en el caso de que fui a una panadería y veo una chamita de camisa beige de secundaria, fumando un cigarro, como una veterana fumando. ¡Ay, una guará! yo la vi y le dije: “Mira, chica, y tú qué estás haciendo?”… “Fumando…”… -así, normal- “No fumes, chica, eso se ve feo”… –“Ay, déjame en paz, no seas entrépito”… Cuando me dijo así no le dije más nada y me fui. Así reacciona uno a esa edad, somos demasiado rebeldes.

También los maestros deben estar preparados, nunca debe faltar una buena charla para los chamos alusiva a las drogas a partir de primer año, fácil. Primer año, fácil. Primer año, porque son demasiado “pilas”. O también quinto, sexto grado, y ahorita los que estudian sexto grado son demasiado “pilas” y hay que empezar. Mi hermanito cuando estaba en primer año, yo consumía en la casa y él olía: “¿Qué huele así?”… –“No, cigarrillo”… -decía yo. Mi mamá fumaba cigarrillo y fumaba en la casa, o cuando había una reunión en la casa se fumaba un cigarrillo… “Mira, pero ése no es el mismo cigarro que tú fumas”…Entonces ya, de cuarto grado para arriba, hablarles.