vamos para el gimnasio. Gozamos de un privilegio del gimnasio. Entonces vamos, trotamos y aparte gozamos del privilegio de tener el gimnasio. Hay unos que estudian en la mañana porque tenemos donde ir aprender también.
Yo estoy es terminando con el bachillerato, cuarto y quinto año. Estoy pensando en terminar y lo que yo pienso es dedicarme hacia lo petrolero, pues. Yo sé que hay una carrera petrolera que viene ahorita, que voy a ver si la estudio, aunque me gustaría volver al medio artístico, fue satisfactorio para mí pero no lo mantuve. A fin de cuentas no me cerré la puerta, sino que yo mismo me alejé para que no me fueran a hacer a un lado. Creo que todavía tengo chance, porque estoy joven, tengo treinta y cuatro años, tengo mucha vida por delante.
Yo le voy a decir algo sobre qué es lo que hace que la juventud hoy día consuma tanta droga y para mí hay varias cosas, hay varios factores, y sobre todo hay muchos sitios donde la juventud tiene una tendencia a buscar siempre lo malo, buscar riesgos, buscan experiencias que a fin de cuenta son una gran estupidez. Por ejemplo, esa experiencia de consumir droga, de irse por la “caña”. Eso es buscando quizás -qué sé yo- aceptación, buscando amistad, la aceptación del grupo, de los que son de la misma edad. Ahorita yo veo, he visto, me he dado cuenta que hay niños consumiendo, demasiados niños consumiendo droga y muchas veces los padres no lo saben. Y los padres sí tienen alguna responsabilidad en esto, porque la responsabilidad es saber también cómo están sus hijos, dónde están, con quién andan, hay que hacerles un seguimiento. Ya eso para mí es una experiencia, porque yo volviendo con mis hijos los investigaría violentamente, debido a que no quiero que paguen ni que pasen lo que yo pasé.
Ahora, yo creo que el ocio es un factor que puede motivar a que persona se vaya pronto por ahí. La mente siempre tenemos que mantenerla ocupada. Ahora estoy haciendo un autoanálisis, una reflexión, debido a todo el tiempo que perdí y ahora me hacen falta mis hijos. Llamé a mis hijos el domingo y les hago falta, les hago falta bastante. Hablé con ellos, qué cuándo voy para allá. Y, para mí es una motivación, pero a fin de cuenta lo que yo estoy esperando es vivir con ellos nuevamente, pues, que estén a mi lado, pero primero tengo que curarme. Primeramente Dios, que es el que nos ha dado la vida y salud. Y, bueno, yo lo que le puedo decir es que, por lo menos en cuanto a la gente, a los padres, que se dediquen un poco más, que les den más afecto a sus hijos.
Y otra cosa importante es que los maestros también deben preocuparse más por los alumnos, ver cuando un alumno está triste, cuando un alumno falta mucho a clase. Esas cosas le deben llamar la atención para avisarle a los padres y ponerlos al tanto, a ver si está pasando algo. Eso es una cosa así como una cadena: de la casa a la escuela, de la escuela a los grupos de amigos que hay en la calle… que si los deportes, la música, las fiestas… todo eso hace que los jóvenes se encuentren. Por eso yo creo que es importante estar pendiente de ellos. Porque a veces también los alumnos o los hijos, buscan un apoyo y no lo consiguen… “No, mira, ahorita no tengo tiempo”… Y eso va alejando, va apartando un poco las personas… los hijos, los sobrinos -qué sé yo-.
Yo estoy de acuerdo en que ser papá es difícil, ser mamá también creo yo es difícil. Porque nadie nace preparado para eso. Eso es una cosa que es la naturaleza, que Dios le da a uno para criar un hijo. Claro, que cuando uno es preparado tiene más opción, porque sabe muchas cosas que otros padres que no saben, que no tienen educación. Entonces tal vez una de las cosas que hay que hacer es Escuelas para Padres, por ejemplo. Ahorita por lo menos aquí en Venezuela hay muchos padres, muchas madres que son solteras y pueden tener buena educación. Por lo menos las muchachas, por mucho que estudien, se consiguen un “loco”, un “loco” como yo era antes, por lo menos…
En mi caso, yo empecé a consumir droga a los veintiséis años y duré ocho años, pero fue algo así que no me llenaba tampoco. Eso fue buscando un anonimato que no tuve que haber buscado, yo tenía que haber seguido mi vida y enfrentado mi problema, pero yo estaba solo. Tuve oportunidad de hacer muchas cosas malas y no las hice, porque a fin de cuentas siempre hay -parece mentira- hay una moral que a lo mejor viola los principios ya al atentar contra uno mismo que es consumir droga. Pero por lo menos hay cosas que vienen de aquí, del corazón, de las enseñanzas, de la formación de las personas. Pero que hay cosas que no se de deben hacer: robar, por ejemplo. Pero yo no le quitaba a personas así, por más que… -como se dice- …que anduviera “enguayabáo”, que bajo los efectos de la droga uno hace lo que sea. No, eso tiene que también tener algo que lo conlleve. Bueno, yo perdí muchos amigos, de ahí. No es que sean amigos sino conocidos, porque me la pasaba quizás con ellos, pero después iban haciendo cosas malas como quitarle por lo menos el bolso a una señora o a una persona que venía del trabajo.
Yo para comprar la droga, yo tenía mi manera, como por lo menos me montaba de repente a una camioneta cuando me veía muy necesitado y pedía. Porque lo primero que yo hacía era buscar un trabajito, buscar algo mío, buscar mi plata, comprar la cosa y seguir. Sí, compráo, ganáo, porque yo sé que todo tiene un precio… Y tengo mi conciencia tranquila de no haber matado ni violado nunca a nadie. Y no veía la necesidad, porque me veo como en un espejo, que así como yo lo puedo hacer, lo pueden hacer conmigo. Bueno, sí, he tenido problemas fuertes con más de uno de ellos. Pero no así para llegar a cometer delitos graves.
CAPÍTULO V
LA DINÁMICA FAMILIAR Y EL CONSUMO DE DROGAS EN SITUACIÓN
DE CALLE EN EL CONTEXTO VENEZOLANO
En este capítulo se hace un recorrido de las vivencias de ocho consumidores de drogas en situación de calle, quienes participaron voluntariamente como informantes. Los jóvenes fueron entrevistados por la investigadora con el objetivo fundamental de conocer los pensamientos, sentimientos y hechos vinculados a su consumo de drogas. El lector podrá captar en los extractos de las narrativas, la crudeza de sus discursos, que muestra una realidad que hace aún más complejo el abordaje del consumo de drogas. Es un fenómeno que está presente en las calles, invisible a los ojos de quienes desconocen la verdadera dinámica de este problema, y con una desproporcionada tolerancia por parte de los organismos de seguridad del Estado.
De la información recogida se puede hacer un análisis muy fecundo, categorizando los textos. Sin embargo, en el presente Informe