tiempos modernos del uso y abuso de drogas por todas las culturas (p. 241).
A pesar de las diferencias existentes en cuanto al tipo de sustancia consumida, la frecuencia del uso, las razones o motivaciones que llevan a un sujeto a consumir droga y la permisividad o tolerancia que socialmente se establezca con relación al consumo, ninguna sociedad ha estado excluida de las experiencias del consumo de drogas. Dentro de las razones por las cuales las personas consumen drogas, se debe a que este tipo de sustancias pueden cambiar el estado de conciencia de los individuos. El atractivo y la fascinación que producen las drogas en los consumidores, reside en creer que éstas facilitan el rápido acceso a experiencias transitorias.
Especialmente los jóvenes son un sector de la población que tiende a ser vulnerable en cuanto a la experimentación con drogas, bien sea por iniciativa propia, como forma de rebelarse durante la adolescencia o con el propósito, en otros casos, de imitar conductas de amigos o de personas simbólicamente importantes para ellos.
En consecuencia, existe una amplia diversidad de razones por las cuales las personas pueden llegar a consumir drogas. …“Las motivaciones personales para el uso indebido de drogas son tan variadas como los mismos seres humanos” (Massún, 1991:33). Éstas varían de un sujeto a otro, es posible que el consumo provenga de razones que convergen al mismo tiempo.
Tomando en consideración esta afirmación, puede señalarse que los usos dados a las drogas ilegales han pasado por importantes trasformaciones; éstos van desde el uso en ritos religiosos como medio para cambiar el estado de ánimo y experimentar nuevas sensaciones, hasta los que creen que las drogas permiten relacionarse socialmente con mayor facilidad y disminuyen la inhibición.
A continuación se hará un breve recuento de los usos contemporáneos dados a las drogas, señalando la evolución de éstas en el tiempo. Durante la década de los cincuenta, grupos de personas comenzaron a experimentar con drogas como la marihuana, la heroína y otras sustancias estupefacientes usadas con diversos fines por minoritarios sectores. El tipo de drogas consumidas eran “los opiáceos, consumidos fundamentalmente por grupos considerados marginales, desde músicos de jazz, aristócratas, intelectuales y médicos hasta habitantes de los ghettos de las grandes ciudades” (Del Olmo, 1998:16). Para este mismo tiempo se llegó a asociar la delincuencia con el consumo de marihuana como droga que generaba violencia y criminalidad, surgiendo así explicaciones sociológicas que trataban de aproximarse a las razones por las cuales las personas consumían drogas; por otro lado, se le dio prioridad a la promulgación de leyes penales que sancionaban el consumo de drogas.
Pasando a la década de los setenta, se observa cómo se incorporaron al consumo de drogas jóvenes de clase media, los cuales experimentaron con una serie de drogas especialmente la marihuana, los hongos y el peyote, así como otras sustancias sintéticas. El consumo de droga considerado como un problema, se convirtió en una amenaza social y se consideró al consumidor como enfermo al cual no se le otorgaba ningún tipo de responsabilidad moral. Esto llevo a que las políticas preventivas se centraran hacia la implementación de programas educativos y preventivos sobre los riesgos del consumo de drogas.
Para la década de los ochenta, cuando el consumo de drogas había aumentado de manera considerable, los esfuerzos para disminuir el problema se concentraron en considerarlo como una amenaza a la seguridad nacional de los países involucrados. Mientras que en la década de los años noventa, muchos fueron los países que se vieron inmersos en la demanda y la oferta de drogas ilegales; drogas como la cocaína, la heroína, drogas de síntesis, entre otras, gozaban de auge y fueron usadas por amplios sectores de la sociedad. A raíz de la preocupación por el aumento en el consumo de drogas, temas como la salud, la prevención, la educación y la rehabilitación se convirtieron en prioridades, por lo que se plantearon a nivel internacional políticas criminalísticas encaminadas a reducir los riesgos y daños causados por estas sustancias, tanto a nivel individual, como social.
Actualmente, el tema de las drogas sigue generando preocupación debido a que la producción, el tráfico, la distribución y consumo de estas sustancias aumenta progresivamente a nivel mundial. Las drogas de síntesis se han popularizado mundialmente como una forma de policonsumo, en la que se incluyen diversas tipos de drogas produciendo un fuerte impacto en la población juvenil, la cual manifiesta una tendencia hacia el consumo.
Asimismo es importante señalar que el fenómeno del consumo de drogas, visto desde una perspectiva general produce su propia dinámica, y en cuanto a los distintos usos dados a las drogas, éstos a medida que pasa el tiempo y las sociedades avanzan, son propensos a transformaciones, siendo válida la tesis de Zinberg, citado por Romo (2001), en la que se debe considerar “la interacción constante entre los tres elementos que forman parte del fenómeno: sustancia, individuo y contexto” (p. 21).
Con relación a las sustancias consumidas, puede decirse que frente a las drogas más comunes como la marihuana, la cocaína y la heroína, se presenta constantemente la aparición de nuevas sustancias estupefacientes. Tal es el caso de las drogas de síntesis y especialmente el Éxtasis, así como otras sustancias como el crack y la llamada base de coca, también otras de uso médico como el Rhopinol, el Rivotril, entre otros. Se observa cómo la producción, distribución y el consumo de esta aumenta considerablemente. En cuanto al individuo, los factores personales que influyen en el consumo de drogas y las motivaciones particulares, son diferentes en cada sujeto. Por último, con relación al contexto sociocultural, éste es determinante e incluye múltiples factores socioeconómicos y políticos que intervienen, de cierta manera, en que una persona se vuelva o no consumidora de determinada sustancia.
Esta investigación tiene como finalidad estudiar el consumo de drogas en el contexto venezolano. En el primer capítulo se hace una descripción del objeto de estudio, su justificación y propósitos. En el segundo capítulo se hace una revisión de investigaciones similares y se desarrolla la situación actual de la demanda de drogas en el mundo. En el tercer capítulo se describe el diseño y la metódica utilizada, en el marco de la investigación cualitativa. En el cuarto capítulo se presenta la interpretación simbólica de la información recogida a través de relatos de experiencias de ocho consumidores de drogas en situación de calle. Por último se presenta un cuerpo de reflexiones vinculadas con la palabra de los informantes, su sentido y/o significados. Éstas orientan hacia futuras investigaciones a la luz de teorías como el Psicoanálisis, la