tiempo que dejó de vivir con nosotros, y vivíamos éramos nosotros nada más: mis dos hermanos mayores, mi mamá y yo.
Bueno, yo me senté en la mesa con ellos, una actitud muy madura de mi parte, lo reconozco ahorita y lo reconocí en aquel entonces, y ellos también lo reconocieron, y de hecho fue un momento muy bonito porque ellos se sintieron muy agradecidos ante mi sinceridad con ellos, pues, ante reconocer mi error y ante de reconocer mi defecto delante de ellos, pues ¿no? Y a pesar de que la promesa fue el de no volver a hacerlo, definitivamente es el mismo demonio que lo lleva a uno a volver hacer otra vez las cosas malas, y él es el culpable y a quien yo le echo la culpa, sé que soy yo pero siempre manejado por él. Bueno, yo reconozco mi situación ante ellos y prometo no volver a hacerlo. De hecho, pasó un buen tiempo…
Yo no consumo droga desde el martes de la semana pasada. Llegué aquí el día martes en la mañana. Yo estaba en otro centro, pero era un centro cristiano y dentro de ese centro yo había escuchado sobre éste. Pero yo decía que no podía ser verdad porque realmente es un sistema en el que ellos trabajan el drogadicto o el ex drogadicto para darle todas las oportunidades. Y yo decía que no podía ser verdad, que tenía que haber algo a cambio, que casi siempre es así. Entonces en ese centro cristiano te paraban a las tres de la mañana a orar, luego a las once, luego a las tres de la tarde, luego a las seis de la tarde… Todos los días a la iglesia, los domingos a la iglesia… Entonces era como que muy saturado de información bíblica, por así decirlo, ¿no? cosa que uno es muy susceptible en ese aspecto, pues. Esas cosas a uno no le gustan mucho, entonces que te las estén metiendo mucho, de lleno, todos los días, entonces más rápido saturan. Decidí venirme, yo estaba una zona donde me consigo un amigo que me vuelve a comentar sobre esto, y era el punto en el que yo decía: “Bueno, aquí estoy y ¿para dónde agarro?”… Eso fue la semana pasada, el martes. Entonces, él me comentó de esto y tá, tá, tá, y bueno, llegué aquí, me abrieron la puerta, me fui con el presidente de la Comunidad Terapéutica, luego con el súper director, y ya estoy acá. Y, bueno, el recibimiento aquí es todo muy sincero, trabajan mucho la sinceridad: “Dime qué haces aquí, cómo llegaste aquí, quién te dijo de esto. Porqué estás aquí, cuál es tu problema, de dónde vienes”… Ese tipo de preguntas que se le hacen, pues, a una persona con este tipo de problema, que realmente tú no puedes mentir. No puedes mentir porque ése sería el principio de tu fracaso, yo lo pienso así, yo pienso que eso sería el principio de mi fracaso. Si llego aquí con mentiras, no me sirve de nada. Entonces llegas, pues, hablando con toda la sinceridad porque es una ayuda que te estás buscando.
Le puedo decir también que no tengo hijos, aunque yo quisiera tener hijos y de hecho, pues, la última novia que tuve, mi mamá me decía qué pasaba, que ella quería un nieto o una nieta, algo. Pero no sé, de alguna manera yo he estado siempre consciente ante las situaciones, por lo menos la mía, y sé perfectamente de que no podía tenerlo, pues, porque simplemente no tenía las condiciones económicas como para ofrecerlas a un niño, pues ¿ve? Pero también había otra parte que me decía que mucha gente comenzó así y luego, a medida de que el tiempo iba pasando, él iba saliendo de las cosas, iban progresando, pues. Familias que no tenían ni casa, y entonces poco a poco se iba dando las bendiciones, que definitivamente son bendiciones.
De tener un hijo yo lo criaría -siempre lo he pensado… Hay un dibujo que se llama Yin-Yang, que se conoce también como el Town Country, que es un dibujo redondo donde es blanco con negro. Entonces ahí se trabaja un equilibrio -eso es un dibujo chino- se trabaja el equilibrio, un poco de bueno y un poco de malo. Entonces yo personalmente lo criaría dándole información sobre las cosas que no debe hacer, por ejemplo, las drogas. Podría llegar a hacer confianza con él… La idea sería hacer confianza con él y… ir mostrándole a medida de su crecimiento, de acuerdo a su aceptación también, psicológica, cómo él podría identificar personas en ese estado, diferenciar una sustancia de otra, darle información sobre sus efectos, darle información sobre sus problemas que podría acarrear, porque no es solamente ir a comprar la droga y consumirla. Y creo absolutamente que eso despierta la curiosidad de la persona. Es una parte importante, porque realmente uno puede aquí hablar y decir cosas que realmente podrían o no (…) en un colegio, de un quinto grado -vamos a suponer- y entonces: “Bueno, yo vengo aquí a conversarles de las drogas para que ustedes se cuiden, no caigan en el consumo…”… Y entonces empiezo a hablarles de la marihuana, que incluso hay gente que la lleva en los maletines y la muestra, los diferentes tipos de droga… Entonces el niño, por aquí, por su cabeza, nunca le había pasado eso, pero a partir de ese momento se le despierta la curiosidad.
Entonces, ahí hay dos cosas muy importantes: hacer esto con la orientación de los padres, pero no hacer esto y dejarlo solo. Y reforzar esto con la orientación del maestro, de los adultos. Es muy importante, porque sin querer uno cambia la vida de otra persona. Por eso, a mí me hubiese gustado, siempre me gustó tener la idea de estudiar Psicología. Porque yo pienso de que uno con palabras, simplemente palabras, puedes cambiarle la vida a otra persona, dependiendo de lo que esa persona reciba, su parte receptiva como ser humano adopte las palabras y las equilibre, y las tome de lo mejor o de la peor manera posible. Entonces, ante un niño es muy delicada la situación, es muy difícil, porque el niño definitivamente de por sí es curioso, es curioso de nacimiento, desde pequeño es curioso.
Yo he oído que a los niños no se les debe decir más allá de lo que preguntan, sí, estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo dependiendo del entorno en que viva el niño. Yo digo que eso también influye en su crecimiento personal, en su desarrollo psicológico, en su desarrollo mental, en su desarrollo social, en su desarrollo emocional. Y eso lo aprendí en tercer año de bachillerato que es el último año que estudié.
No he estado en comunidades terapéuticas, en lo absoluto. Una vez estuve en una comunidad terapéutica, pero te trabajan mucho, pues, psicológicamente, pero no fue mucho el tiempo que estuve allí. Sí aprendí, a pesar del poco tiempo que estuve ahí, aprendí cosas que me han servido, otras que de verdad no las he puesto en práctica. Pero de que me servirían, me servirían de ponerlas en práctica. Pienso de que, por ejemplo, en el caso del niño, a mí me preocupa eso, siempre me ha preocupado porque yo tengo sobrinos, y de hecho hay algo en mí que cuando pienso en ellos o pienso mucho en ellos, yo podría… y debo, de hecho, duro hasta días sin consumir droga, pensando no en el daño que me estoy haciendo a mí, sino en el